El 112 recibió 15 llamadas alertando de la presencia de este grupo en torno a las costas asturianas.
EUROPA PRESS Un total de 16 delfines mulares fueron avistados este fin de semana cerca de las playas de Aguilar, de Bayas, de Verdicio, Cabo Peñas y Llumeres. El 112 recibió 15 llamadas, algunas a través del 112, alertando de la presencia de este grupo en torno a las costas asturianas.
Los informantes estaban preocupados por la cercanía a costa y por el escaso movimiento que hacían los mamíferos, quedando en ocasiones durante mucho tiempo en un perímetro muy escueto, de acuerdo con nota de prensa de la Coordinadora para el estudio y protección de las especies marinas (Cepesma).
El delfín mular, turpsiops truncatus es el característico 'Flipper', que puede llegar a pesos superiores a los 550 kilos, y tallas de hasta 3,40 metros, siendo el más proclive a tener contacto con embarcaciones o bañistas, sobre todo en los meses de mayo a octubre.
Cepesma lleva controlando desde hace diez días a este colectivo, en el que se encuentran cinco ejemplares de muy corta edad, algunos incluso no superan los tres meses.
Uno de los casos más singulares de asociación de delfines mulares y seres humanos se dio a mediados de los años 90 con la presencia estable, durante al menos 4 años, de los conocidos con el nombre de Enol y Ercina, y que tuvieron un asentamiento estable en la costa valdesana, con un periplo posterior en aguas de Galicia, precisamente esa historia está reflejada en un libro que Luis Laria publicará en breve.
Otro delfín mular muy conocido en el Cantábrico, Gaspar, recorrió distintos puntos de a costa gallega y occidental asturiana hasta el puerto de Cudillero hace cuatro años. Muy anterior, en los años 70 fue el caso de Nina, una hembra que en la localidad de Ribadeo y Figueras también se localizo durante un tiempo.
EUROPA PRESS Un total de 16 delfines mulares fueron avistados este fin de semana cerca de las playas de Aguilar, de Bayas, de Verdicio, Cabo Peñas y Llumeres. El 112 recibió 15 llamadas, algunas a través del 112, alertando de la presencia de este grupo en torno a las costas asturianas.
Los informantes estaban preocupados por la cercanía a costa y por el escaso movimiento que hacían los mamíferos, quedando en ocasiones durante mucho tiempo en un perímetro muy escueto, de acuerdo con nota de prensa de la Coordinadora para el estudio y protección de las especies marinas (Cepesma).
El delfín mular, turpsiops truncatus es el característico 'Flipper', que puede llegar a pesos superiores a los 550 kilos, y tallas de hasta 3,40 metros, siendo el más proclive a tener contacto con embarcaciones o bañistas, sobre todo en los meses de mayo a octubre.
Cepesma lleva controlando desde hace diez días a este colectivo, en el que se encuentran cinco ejemplares de muy corta edad, algunos incluso no superan los tres meses.
Uno de los casos más singulares de asociación de delfines mulares y seres humanos se dio a mediados de los años 90 con la presencia estable, durante al menos 4 años, de los conocidos con el nombre de Enol y Ercina, y que tuvieron un asentamiento estable en la costa valdesana, con un periplo posterior en aguas de Galicia, precisamente esa historia está reflejada en un libro que Luis Laria publicará en breve.
Otro delfín mular muy conocido en el Cantábrico, Gaspar, recorrió distintos puntos de a costa gallega y occidental asturiana hasta el puerto de Cudillero hace cuatro años. Muy anterior, en los años 70 fue el caso de Nina, una hembra que en la localidad de Ribadeo y Figueras también se localizo durante un tiempo.
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