domingo, 8 de septiembre de 2013

Una moneda de Recaredo en Gauzón

«Los trientes sólo circulaban entre los miembros de la nobleza, como símbolo de gran ostentación y prestigio», destaca el arqueólogo Iván Muñiz
 
El equipo de arqueólogos del Peñón de Raíces lleva celebrando con unos días de antelación «el Día de Asturias más emocionante de nuestras vidas». Así lo manifestó ayer Iván Muñiz, codirector de la excavación, durante la presentación del último hallazgo obtenido en las ruinas del castillo de Gauzón: una moneda de oro visigoda, acuñada en Zaragoza entre los años 586 y 601, y cuya aparición está destinada «a cambiar y reescribir, en el buen sentido de la palabra, la historia de la Asturias de la Edad Media que conocíamos hasta ahora».
Con esas palabras lo resumió ayer en el Valey de Piedras Blancas la consejera de Cultura, Ana González, en la presentación de una pieza cuyas pequeñas dimensiones «no se corresponden con su valor arqueológico, que es incalculable», según afirmó con efusividad. Su satisfacción, compartida por la alcaldesa Ángela Vallina, precedió a las explicaciones que sobre la moneda dieron el director general de Patrimonio, Adolfo Rodríguez Asensio, y el propio Iván Muñiz, que confirmaron la importancia de un descubrimiento «casual, pero que justifica los esfuerzos hechos en esta excavación hasta ahora».
El hallazgo, efectuado en un primer momento por Sergio Muñiz, uno de los operarios del yacimiento, consiste «en un triente -moneda visigoda de oro- con la efigie del rey Recaredo, acuñada en Zaragoza entre los años 586 y 601», explicó el director de la excavación. Su importancia estriba tanto en la fecha de fabricación de la pieza, que además «es la más antigua de este período que se ha encontrado en Asturias», como por el material del que está hecha. Pero quizá lo más importante de todo consista «en el contexto en el que ha aparecido», añadió el arqueólogo.
«Esta no es una apreciación menor», afirmó Iván Muñiz, «puesto que hablamos del castillo de Gauzón, un enclave esencial para entender el medievo asturiano», y de una moneda «que indica que su poseedor tenía una elevada consideración política». Y esto es debido a que «los trientes sólo circulaban entre los miembros de la nobleza, como símbolo de gran ostentación y prestigio», y eso lo confirma «que tiene un pequeño agujero, hecho con suma delicadeza por un orfebre, para poder ser llevado a modo de colgante».
Para redondear la cuestión (rareza, valor material y entorno donde se encontró la pieza) hay un cuarto factor que apuntala su importancia histórica: la datación. «El triente fue fabricado en la época de Recaredo, probablemente el segundo rey más importante de la monarquía visigoda de Toledo». Esta época, el final del siglo VI y los comienzos del VII «son una época de cierto 'vacío' en la historia de Asturias, en la que se ha llegado a negar la presencia local de visigodos y en la que muchas cuestiones que nos interesan a los historiadores están sumidas en una incómoda oscuridad», añadió Rodríguez Asensio.
En base a esta circunstancia, el director de Patrimonio ponderó las investigaciones efectuadas con carbono 14, así como el trabajo sobre el terreno del equipo, que revela, en base a la antigüedad de las capas de tierra excavada donde se encontró la moneda «que quedó depositada en el suelo del entorno de Gauzón en una época muy próxima a la de su acuñación».
Iván Muñiz aclaró a este respecto que «se abre una vía para confirmar que en la época previa al Reino de Asturias hubo visigodos, o al menos contacto estrecho con la nobleza local». Las crónicas escritas al comienzo de la Reconquista «se esfuerzan en vincular la monarquía de Pelayo con la de Toledo», y esto ayudará a esclarecer «si era una invención para legitimar el reino o si la continuidad era real», añadieron los expertos.
Mientras las investigaciones prosiguen, la moneda es todo un símbolo. No sólo por su efigie, que representa con rasgos bizantinos al rey que oficializó el catolicismo en Hispania, sino por lo que tiene de punto de inflexión en el estudio del medievo asturiano. «Y es de justicia poética que el hallazgo casi haya coincidido con el Día de Asturias», concluyó un emocionado Iván Muñiz.

El dorado del castillo de Gauzón

Una moneda de oro acuñada a finales del siglo VI y hallada en la excavación de la fortaleza reescribe la historia regional al señalar a la Monarquía astur como heredera de la visigoda

Piedras Blancas, Inés MONTES Una pequeña moneda de oro, del tamaño aproximado de diez céntimos de euro revisa la historia de Asturias en una de sus etapas más desconocidas: el periodo entre la romanización y la constitución de la monarquía asturiana. Los arqueólogos del castillo de Gauzón presentaron ayer, ante la consejera de Cultura, Ana González, la pequeña pieza acuñada a finales del siglo VI y que constata la relación de los nobles asturianos con la monarquía visigoda.
«Es un hallazgo excepcional que emociona por su percepción y por su belleza y nos hace sentirnos parte de la historia de Asturias». Así inició Ana González la presentación ayer en el Valey de la moneda de oro acuñada durante el reinado de Recaredo I en Zaragoza entre los años 586 y 601 y encontrada hace una semana por el equipo de arqueólogos que trabaja en las excavaciones del castillo de Gauzón.
La moneda de oro, de 1,5 gramos de peso, pertenece al tipo numismático III de las acuñaciones de Leovigildo. En el anverso tiene el rostro del rey Recaredo y la leyenda «Recaredux Rex», y en el reverso se constata el lugar de acuñación. «La moneda arroja luz sobre un periodo muy desconocido de la Historia de Asturias como es el que transcurre desde los tiempos de la romanización hasta el nacimiento de la Monarquía Asturiana», dijo la Consejera, en presencia de la alcaldesa de Castrillón, Ángela Vallina.
«El hallazgo supone un momento muy importante para la arqueología asturiana», señaló Adolfo Rodríguez Asensio, director general de Patrimonio Cultural. «El Peñón de Raíces nos ha hecho un regalo a los historiadores y a los amantes de la orfebrería, pues la moneda de oro es una pieza fantástica», manifestó.
El equipo de arqueólogos que dirigen Iván Muñiz y Alejandro García, que ayer no pudo estar en el acto por un asunto familiar, encontró la moneda en los basureros vinculados a la muralla. Fue el operario del equipo Sergio Muñiz, el que realizó el afortunado hallazgo. «Es fantástico que la moneda hubiera aparecido a pocos días de la celebración del Día de Asturias. Es el hallazgo de una vida para mí y para todo el equipo», manifestó Iván Muñiz. El resto del equipo que trabaja en el yacimiento arqueológico del Peñón de Raíces lo componen Jesús Rodríguez, Covadonga Ibáñez, Emilio Blanco, Nicolás Alonso, José Fernández Quirós y Noelia Fernández. Algunos acompañaron ayer a Iván Muñiz y a Sergio Muñiz en la presentación.
«El castillo de Gauzón es la fortaleza más célebre del Reino de Asturias. La moneda posee un valor incalculable como pieza histórica. Se trata de la acuñación visigoda más antigua que se conserva en el Principado de Asturias y forma parte de un tipo de monedas muy difíciles de encontrar, máxime en un contexto arqueológico. El enorme prestigio que suponía su disfrute hizo que uno de sus propietarios la utilizara como abalorio o colgante lo que explica la presencia de un orificio realizado con gran esmero», señaló Iván Muñiz. El arqueólogo aseguró que la moneda también tiene gran trascendencia científica. «Además aporta un argumento imprescindible a uno de los principales y más controvertidos debates sobre el origen del Medievo en España y las raíces de la Reconquista. Esta discusión se refiere a la impronta de la presencia visigoda en Asturias durante la Antigüedad tardía y a la naturaleza de los reyes asturianos como herederos de los monarcas visigodos».
Dos agentes de la Policía Local de Castrillón permanecieron ayer en la sala del Valey custodiando la moneda que se guarda en una caja fuerte en un lugar que ni la Consejera ni la Alcaldesa quisieron precisar.
En la séptima campaña de excavaciones en el castillo de Gauzón que concluirá en octubre, los arqueólogos han encontrado también el novén (maravedí llamado también «viejo»), una moneda de plata que tiene un castillo en su anverso y un león en su reverso. Asimismo, se ha encontrado un sello de lacre de azabache.
«A la luz de estos datos, el castillo de Gauzón redobla su protagonismo en el conocimiento de los orígenes del Reino de Asturias. La monumentalización del castillo por parte de Alfonso III se asocia al afán de entroncar con una herencia de poder que remite a los siglos de la España visigoda. En este sentido, la fabricación de la Cruz de la Victoria en el castillo de Gauzón durante el año 908 adquiere un nuevo sentido», explicó Iván Muñiz. Hace unas semanas y por vez primera, se hallaron restos óseos humanos en la que fue la necrópolis vinculada a la iglesia de San Salvador, en la zona interior de la fortaleza medieval. Están pendientes de su datación.

El dorado del castillo de Gauzón