lunes, 18 de abril de 2011

(El Fumarel) Los continentes también viajan

El Fumarel

Los continentes también viajan

Las rocas de Arnao se formaron en la época Emsiense

DIEGO ÁLVAREZ LAÓ COLECTIVO ECOLOGISTA DE AVILÉS Las rocas son como libros que nos hablan del pasado, de un pasado que muchas veces nos resultaría sorprendente. Los geólogos son los «traductores» encargados de descifrar el lenguaje de las rocas y hacérselo llegar a los ciudadanos. Desde este punto de vista, las rocas de Arnao corresponderían a un libro fascinante que nos habla de la vida y el ambiente que hubo en Asturias hace 400 millones de años. Por increíble que pueda parecer, los continentes también viajan, aunque muy despacio. En la época en que se formaron las rocas de Arnao, denominada Emsiense (Devónico Inferior), Asturias «viajaba» unida a un antiguo continente llamado Gondwana, y atravesaba la latitud del Trópico de Capricornio. Las rocas de la Arnao nos «cuentan» cómo se formó un arrecife, dando testimonio de las condiciones climáticas tropicales de la época. En la plataforma de Arnao, se pueden reconocer las diferentes fases de formación de un «parche arrecifal», desde las comunidades de organismos de aguas profundas (grandes crinoideos, braquiópodos, briozoos?), la colonización por una gran diversidad de organismos (corales ramificados, crinoideos, trilobites, briozoos?), hasta las comunidades correspondientes a episodios de «dominación». En las rocas que hay junto al túnel de Arnao se localiza el máximo desarrollo del arrecife que, a diferencia de los actuales, está constituido principalmente por unos organismos denominados estromatopóridos, aunque también abundan los corales de diversas morfologías. Podemos sentirnos afortunados de poseer este patrimonio geológico tan excepcional, pues son pocas las secuencias de este tipo que se conservan en el mundo, lo que le confiere una gran importancia científica al yacimiento de Arnao. Estas formaciones no pasan desapercibidas para el profano, pues las acumulaciones de fósiles que podemos ver a nuestros pies son realmente espectaculares. Esto, desgraciadamente, ha provocado que en décadas pasadas algunos desaprensivos expoliaran los fósiles para su coleccionismo y venta, usando métodos tan agresivos como las sierras radiales, cuyas huellas aún podemos apreciar en la plataforma. Afortunadamente, en los últimos tiempos se está llevado a cabo un plan de recuperación, puesta en valor y divulgación del patrimonio geológico de Arnao. Esta iniciativa servirá no sólo para proteger este «museo al aire libre», sino para que todos los ciudadanos podamos comprender y valorar este inestimable legado natural.
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Las rocas de Arnao se formaron en la época Emsiense

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DIEGO ÁLVAREZ LAÓ COLECTIVO ECOLOGISTA DE AVILÉS Las rocas son como libros que nos hablan del pasado, de un pasado que muchas veces nos resultaría sorprendente. Los geólogos son los «traductores» encargados de descifrar el lenguaje de las rocas y hacérselo llegar a los ciudadanos. Desde este punto de vista, las rocas de Arnao corresponderían a un libro fascinante que nos habla de la vida y el ambiente que hubo en Asturias hace 400 millones de años. Por increíble que pueda parecer, los continentes también viajan, aunque muy despacio. En la época en que se formaron las rocas de Arnao, denominada Emsiense (Devónico Inferior), Asturias «viajaba» unida a un antiguo continente llamado Gondwana, y atravesaba la latitud del Trópico de Capricornio. Las rocas de la Arnao nos «cuentan» cómo se formó un arrecife, dando testimonio de las condiciones climáticas tropicales de la época. En la plataforma de Arnao, se pueden reconocer las diferentes fases de formación de un «parche arrecifal», desde las comunidades de organismos de aguas profundas (grandes crinoideos, braquiópodos, briozoos?), la colonización por una gran diversidad de organismos (corales ramificados, crinoideos, trilobites, briozoos?), hasta las comunidades correspondientes a episodios de «dominación». En las rocas que hay junto al túnel de Arnao se localiza el máximo desarrollo del arrecife que, a diferencia de los actuales, está constituido principalmente por unos organismos denominados estromatopóridos, aunque también abundan los corales de diversas morfologías. Podemos sentirnos afortunados de poseer este patrimonio geológico tan excepcional, pues son pocas las secuencias de este tipo que se conservan en el mundo, lo que le confiere una gran importancia científica al yacimiento de Arnao. Estas formaciones no pasan desapercibidas para el profano, pues las acumulaciones de fósiles que podemos ver a nuestros pies son realmente espectaculares. Esto, desgraciadamente, ha provocado que en décadas pasadas algunos desaprensivos expoliaran los fósiles para su coleccionismo y venta, usando métodos tan agresivos como las sierras radiales, cuyas huellas aún podemos apreciar en la plataforma. Afortunadamente, en los últimos tiempos se está llevado a cabo un plan de recuperación, puesta en valor y divulgación del patrimonio geológico de Arnao. Esta iniciativa servirá no sólo para proteger este «museo al aire libre», sino para que todos los ciudadanos podamos comprender y valorar este inestimable legado natural.

Los continentes también viajan (El Fumarel)

Una biblioteca en la roca

Una biblioteca en la roca

En la plataforma de Arnao se puede observar una secuencia de arrecifes que se corresponden con el Devónico Inferior, entre hace 405 y 395 millones de años

Myriam MANCISIDOR

Arnao es lo más parecido a una «biblioteca» al aire libre que permite a los geólogos leer la historia hecha fósil. Este enclave castrillonense está dividido en dos partes bien diferenciadas: la plataforma y el túnel de Arnao. El paleontólogo Diego Álvarez Laó visitó el pasado jueves este enclave con LA NUEVA ESPAÑA para descifrar el significado de unas rocas «tatuadas» por la historia natural.
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Una biblioteca en la roca  

En la plataforma de Arnao se puede observar así una secuencia arrecifal que se corresponde con el Devónico Inferior (Paleozoico medio), período que transcurre entre hace 405 y 395 millones de años. «Hay que tener en cuenta para entender este espacio que en aquella época Asturias se encontraba a la altura del trópico de Capricornio, por lo que las condiciones climáticas eran tropicales, lo que permitió que se formaran arrecifes», explica Laó.

En la plataforma se reconocen una evolución de las comunidades de organismos, comenzando por comunidades de aguas profundas pobladas por organismos como branquiópodos, lamelibranquios y grandes crinoideos, cuyos artejos (fragmentos de caparazón) contribuyeron a estabilizar el fondo marino.

«Sobre este fondo marino ya estabilizado se produjo una fase de colonización por parte de corales ramificados, briozoos o crinoideos y, posteriormente una fase de diversificación en que se encuentran numerosas formas de corales, briozoos, trilobites, braquiópodos y otros organismos.

«Finalmente, en la parte más alta del parche arrecifal la comunidad se encuentra dominada por corales alveolítidos y briozoos lamelares», sentencia el paleontólogo avilesino, que destaca que la singularidad de la plataforma de Arnao radica que en se pueden reconocer las distintas etapas geológicas con solo echar un vistazo, algo único. Sin embargo, la lectura es complicada para un profano en la materia.

«El Ayuntamiento de Castrillón es consciente de la importancia de esta zona. Ya se han colocado paneles que informan sobre el interés de la zona y está previsto crear un itinerario dando a conocer qué esconde cada roca», destaca Álvarez Laó, que insiste en la necesidad de proteger este enclave sobre todo de los expolios. «Ya hay muchos agujeros de personas que se llevaron fósiles, sobre todo, crinoideos. Es más, nosotros hemos visto estos fósiles en venta en el mercado del Fontán, en Oviedo», subraya. Actualmente la plataforma está enmarcada en el plan especial de protección del Patrimonio Arqueológico de Castrillón y está catalogada como lugar de interés geológico internacional (LIG).

El otro punto a estudiar en Arnao son las inmediaciones del túnel, donde hay un sistema arrecifal pleno. Este arrecife se forma principalmente por unos organismos llamados estromatopóridos. «Este arrecife sería parecido a los actuales pero con la diferencia de que en lugar de coral predominan los estromatopóridos o esponjas calcáreas», dice Diego Álvarez Laó. Los estramotopóridos fueron los principales constructores del arrecife, sobre los cuales se asentaron colonias de corales tabulados y ramificados, braquiópodos, crinoideos, trilobites, gasterópodos... «Las condiciones seguían siendo tropicales», recalca. E incide en que esta parte del túnel fue explotada por una cantera que destrozó parte del arrecife. «Es muy importante conservar esta zona. Como decía antes, el Ayuntamiento está concienciado a dignificarlo y protegerlo », asegura este paleontólogo de la Universidad.

En Arnao comenzó a explotarse una mina allá por el siglo XVI, siendo la primera de carbón de España, el primer pozo vertical de Asturias y el único del país cuyas galerías discurrían por debajo de los fondos marinos. Una vez que nace la Real Compañía Asturiana de Minas, Arnao se convierte en un foco de atención internacional para geólogos que se sentían atraídos por el estudio del yacimiento. Ese interés no ha decaído hasta hoy y son muchas las voces que piden la conservación de este espacio natural. Hasta tal punto que los investigadores defendieron ya hace un año crear un Parque Geológico en la plataforma y arrecife castrillonense para dar a conocer y proteger ese enclave que aporta información de hace más de 400 millones de años, como si se tratara de un museo al aire libre.

martes, 5 de abril de 2011

MAPA VEGARROZADAS

MAPA DE TEBOYAS

MAPA DE SANTIAGO DEL MONTE

MAPA DE SALINAS

MAPA DE QUILOÑO

MAPA DE PULIDE

MAPA DE PILLARNO

MAPA DE NAVECES

MAPA DE LA LAGUNA

MAPA DEL ESPARTAL ESTE

MAPA DEL ESPARTAL ESTE

lunes, 4 de abril de 2011

El cartografiado del Cañón de Avilés revela una cordillera submarina que llega a Navia

Los científicos descartan medidas restrictivas para la pesca, «si acaso alguna específica para el arrastre», apunta el director del Oceanográfico


Javier Cristobo sostiene en sus manos un espécimen extraído del Cañón de Avilés en una pasada campaña científica. marcos león
Gijón,
Francisco L. JIMÉNEZ
El Cañón de Avilés no deja de deparar sorpresas a la comunidad científica, que desde que comenzó a investigar en sus profundidades hace cinco años no sale del asombro por el potencial biológico y los misterios que esconde la sima. El último descubrimiento tiene que ver con la dimensión del cañón, históricamente circunscrito tan sólo al ámbito de la vertical de Avilés. Pero nada más lejano de la realidad. Según ha puesto de manifiesto el cartografiado de los fondos marinos realizado durante las últimas campanas científicas si bien es cierto que el canal principal del cañón comienza frente a Avilés, en la posición coincidente con los 6º de latitud Oeste, y desemboca a una profundidad de 4.750 metros en la base del talud continental, la red de cañones subsidiarios asociados a la falla principal se extiende formando una intrincada red hasta más allá de la vertical de Navia. Las imágenes preliminares del mapa submarino, aún en fase de elaboración, dan idea de un relieve muy semejante al que tendría una cordillera terrestre. Pero bajo el mar.

Francisco Javier Cristobo, director del Centro Oceanográfico de Gijón y miembro del equipo de investigadores que trabaja en el Cañón de Avilés, habla con pasión de las expectativas que levanta este espacio marino entre los biólogos. «Por lo general, sabemos infinitamente menos del mar que de la tierra. Existe un gran desconocimiento de lo que hay a partir de los mil metros de profundidad, y el Cañón de Avilés llega casi a los cinco mil metros... No obstante, sí sabemos que la biodiversidad en esos lugares es amplísima, por lo que lo previsible es encontrar decenas de nuevas especies, hábitats singulares y quién sabe qué rarezas», explica.

El laboratorio del Oceanográfico de Gijón guarda pruebas que fundamentan ese convencimiento. La toma de muestras de las últimas campañas en el cañón ha deparado la recolección de decenas de especímenes y los biólogos trabajan en su catalogación y archivo. «En el Cañón de Avilés se pueden encontrar todo tipo de especies, desde los mayores vertebrados marinos (cetáceos), a peces e invertebrados: ofiuras, crustáceos, equinodermos, corales, esponjas... También es interesante la investigación a nivel planctónico y bacteriano. El sistema del cañón es muy complejo por su profundidad -se originan muchas interacciones entre los organismos que viven a diferentes alturas de la columnas de agua- y por lo intrincado de su relieve», relata Cristobo.

A diferencia del área marina protegida del Cachucho (frente a Lastres), los científicos han llegado a la conclusión, según anuncia Cristobo, de que no será necesario declarar el Cañón de Avilés como área cerrada a la pesca, lo cual será recibido con agrado por las flotas que faenan en la zona.

«El cierre de una área marina como el Cachucho atiende al hecho de que existan ecosistemas únicos, especies raras o únicas y zonas de interés pesquero relacionadas con el proceso reproductivo de los peces. Es cierto que en el Cañón de Avilés se dan también esos condicionanres, pero el caso es muy diferente al Cachucho. Son áreas de diferente extensión y profundidad y en el Cañón de Avilés existe desde hace mucho tiempo una importante actividad pesquera que no había en el Cachucho, pero es una pesca pelágica (de superficie) y de corte artesanal que no tiene efectos sobre los fondos marinos», explica el director del Oceanográfico.

En opinión de Cristobo, «esa actividad pesquera tiene que seguir, lo que no quita que ciertas zonas del cañón que aún estamos en proceso de describir puedan ser cerradas a la pesca, en especial la de arrastre, dada la presencia de especies vulnerables -corales sobre todo- o lo delicado de ciertos ecosistemas; pero siempre hablamos de zonas muy, muy concretas. El Cañón de Avilés en un área enorme y sería una barbaridad cerrarlo todo, además no tendría sentido».

La comunidad científica tendrá una nueva oportunidad de indagar en los misterios del Cañón de Avilés este mismo mes. El buque «Vizconde de Eza», que empieza a ser un visitante habitual de sus aguas, iniciará el día 28 una campaña que durará hasta el 17 de mayo. «Embarcaremos científicos de los centros de Gijón, La Coruña y Santander, todos bajo la coordinación del investigador principal, que es Francisco Sánchez», apunta Cristobo.


 

El cartografiado del Cañón de Avilés revela una cordillera submarina que llega a Navia

El cartografiado del Cañón de Avilés revela una cordillera submarina que llega a Navia

Los científicos descartan medidas restrictivas para la pesca, «si acaso alguna específica para el arrastre», apunta el director del Oceanográfico

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Javier Cristobo sostiene en sus manos un espécimen extraído del Cañón de Avilés en una pasada campaña científica.
Javier Cristobo sostiene en sus manos un espécimen extraído del Cañón de Avilés en una pasada campaña científica. marcos león
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Gijón,
Francisco L. JIMÉNEZ
El Cañón de Avilés no deja de deparar sorpresas a la comunidad científica, que desde que comenzó a investigar en sus profundidades hace cinco años no sale del asombro por el potencial biológico y los misterios que esconde la sima. El último descubrimiento tiene que ver con la dimensión del cañón, históricamente circunscrito tan sólo al ámbito de la vertical de Avilés. Pero nada más lejano de la realidad. Según ha puesto de manifiesto el cartografiado de los fondos marinos realizado durante las últimas campanas científicas si bien es cierto que el canal principal del cañón comienza frente a Avilés, en la posición coincidente con los 6º de latitud Oeste, y desemboca a una profundidad de 4.750 metros en la base del talud continental, la red de cañones subsidiarios asociados a la falla principal se extiende formando una intrincada red hasta más allá de la vertical de Navia. Las imágenes preliminares del mapa submarino, aún en fase de elaboración, dan idea de un relieve muy semejante al que tendría una cordillera terrestre. Pero bajo el mar.

Francisco Javier Cristobo, director del Centro Oceanográfico de Gijón y miembro del equipo de investigadores que trabaja en el Cañón de Avilés, habla con pasión de las expectativas que levanta este espacio marino entre los biólogos. «Por lo general, sabemos infinitamente menos del mar que de la tierra. Existe un gran desconocimiento de lo que hay a partir de los mil metros de profundidad, y el Cañón de Avilés llega casi a los cinco mil metros... No obstante, sí sabemos que la biodiversidad en esos lugares es amplísima, por lo que lo previsible es encontrar decenas de nuevas especies, hábitats singulares y quién sabe qué rarezas», explica.

El laboratorio del Oceanográfico de Gijón guarda pruebas que fundamentan ese convencimiento. La toma de muestras de las últimas campañas en el cañón ha deparado la recolección de decenas de especímenes y los biólogos trabajan en su catalogación y archivo. «En el Cañón de Avilés se pueden encontrar todo tipo de especies, desde los mayores vertebrados marinos (cetáceos), a peces e invertebrados: ofiuras, crustáceos, equinodermos, corales, esponjas... También es interesante la investigación a nivel planctónico y bacteriano. El sistema del cañón es muy complejo por su profundidad -se originan muchas interacciones entre los organismos que viven a diferentes alturas de la columnas de agua- y por lo intrincado de su relieve», relata Cristobo.

A diferencia del área marina protegida del Cachucho (frente a Lastres), los científicos han llegado a la conclusión, según anuncia Cristobo, de que no será necesario declarar el Cañón de Avilés como área cerrada a la pesca, lo cual será recibido con agrado por las flotas que faenan en la zona.

«El cierre de una área marina como el Cachucho atiende al hecho de que existan ecosistemas únicos, especies raras o únicas y zonas de interés pesquero relacionadas con el proceso reproductivo de los peces. Es cierto que en el Cañón de Avilés se dan también esos condicionanres, pero el caso es muy diferente al Cachucho. Son áreas de diferente extensión y profundidad y en el Cañón de Avilés existe desde hace mucho tiempo una importante actividad pesquera que no había en el Cachucho, pero es una pesca pelágica (de superficie) y de corte artesanal que no tiene efectos sobre los fondos marinos», explica el director del Oceanográfico.

En opinión de Cristobo, «esa actividad pesquera tiene que seguir, lo que no quita que ciertas zonas del cañón que aún estamos en proceso de describir puedan ser cerradas a la pesca, en especial la de arrastre, dada la presencia de especies vulnerables -corales sobre todo- o lo delicado de ciertos ecosistemas; pero siempre hablamos de zonas muy, muy concretas. El Cañón de Avilés en un área enorme y sería una barbaridad cerrarlo todo, además no tendría sentido».

La comunidad científica tendrá una nueva oportunidad de indagar en los misterios del Cañón de Avilés este mismo mes. El buque «Vizconde de Eza», que empieza a ser un visitante habitual de sus aguas, iniciará el día 28 una campaña que durará hasta el 17 de mayo. «Embarcaremos científicos de los centros de Gijón, La Coruña y Santander, todos bajo la coordinación del investigador principal, que es Francisco Sánchez», apunta Cristobo.

domingo, 3 de abril de 2011

Denuncian daños en fortines de la Guerra Civil catalogados para su conservación

La Asociación para la Recuperación de la Arquitectura Militar alerta de la construcción de un muro sobre la galería de fusileros de San Adriano




Inés MONTES

La Asociación para la Recuperación de la Arquitectura Militar Asturiana (ARAMA) denuncia agresiones contra el patrimonio bélico de Castrillón. Se trata de la galería de fusileros de San Adriano, que ARAMA considera una construcción singular y única en Asturias, al menos por su extensión. La construcción está incluida en el catálogo urbanístico de Castrillón, pendiente de aprobar, y también en la proyectada ruta que recorrerá el patrimonio bélico del concejo.

La galería se encuentra ubicada en una finca particular y hasta ahora se conservó en buen estado, pero recientemente ha sido utilizada como cimiento para un muro de obra y colmatada con tierra. ARAMA ha preguntado a la alcaldesa de Castrillón, Ángela Vallina, si las obras se realizaron con licencia municipal, según explicó el presidente de la entidad, Artemio Mortera.

Los elementos bélicos de la guerra civil incluidos en el catálogo y que se prevé formarán parte del itinerario turístico están, en gran parte, ubicados en San Adriano. Además de la galería de fusileros, se conservan también un refugio, un nido de ametralladora, una casamata y una trinchera. Asimismo, en la ruta se incluirán un nido de ametralladora y una trinchera, ambos en Santa María del Mar, una trinchera en Pinos Altos y la iglesia de San Martín de Laspra.

La galería de fusileros formaba parte de la segunda línea de fortificación levantada durante la guerra civil española por el ejército republicano en el centro de la región asturiana entre 1936 y 1937. La línea comenzaba en Santa María del Mar y proseguía por la zona oeste de Castrillón, Illas, Llanera y Siero para seguir hasta la retaguardia de Oviedo.

ARAMA sostiene que la galería, ahora deteriorada, es única en Asturias, por sus casi 50 metros de longitud y por conformar una trinchera blindada cuyos puestos de tirador están descubiertos para proporcionar ventilación. La asociación ha denunciado también que la trinchera blindada de San Adriano se encuentra rellena por vertidos recientes de escombros y restos de desbroces. «La trinchera se limpió hace un año y ya está llena de escombros otra vez. Contrasta el interés municipal por establecer unos itinerarios para dar a conocer el patrimonio histórico con la dejadez administrativa en lo que se refiere a su conservación», concluyó Artemio Mortera.