viernes, 25 de abril de 2014

La armadora del "Santa Ana" presenta un plan para reflotar la embarcación

25.04.2014 | 01:47
La armadora del "Santa Ana", el pesquero que embarrancó el 10 de marzo junto a la isla de La Erbosa, en el Cabo Peñas, presentó ayer en la Capitanía Marítima de Avilés un plan de reflotamiento para evacuar la embarcación de la zona rocosa en la que permanece hundido. Dicha propuesta técnica será ahora evaluada por Capitanía, que se encargará de estudiar el proyecto y vigilar las maniobras en el caso de sea posible reflotar al arrastrero. Un equipo de submarinistas protagonizará, a su vez, una inmersión para comprobar el estado de conservación del pecio, especialmente del casco. En base a este reconocimiento, como ya adelantó días atrás este diario, se adoptarán las medidas de reflotamiento que se consideren oportunas, siempre según fuentes próximas a la investigación.
Los últimos datos que se conocieron del "Santa Ana" -con 34 metros de eslora, un peso próximo a las 200 toneladas y sumergido a unos 25 metros de profundidad- era que estaba con la popa apoyada en el fondo frente a Peñas, encajado en una grieta a costado de babor. Se desconoce si los últimos golpes de mar han podido afectar al pecio. Los profesionales de salvamento que participaron en las tareas de rastreo y rescate de los tripulantes del barco -de los nueve marineros sólo uno logró sobrevivir al naufragio, el gallego Manuel Simal Sande- consideraron desde el primer momento que reflotar el barco presentaba una complejidad importante. El buque de bandera portuguesa está hundido en una zona de gran interés para los perceberos de Gozón, en el Paisaje Protegido del Cabo Peñas.


jueves, 24 de abril de 2014

Tres valdesanos salvan la vida en el cuarto accidente de pesca en los últimos dos meses

Los tripulantes del "Virgen de los Mares" encallan frente a Cadavedo y llegan a nado a la costa, uno de ellos con hipotermia - "Tal y como está la cosa tienes que salir todos los días y arriesgas más", afirma el patrón al explicar la racha de naufragios

24.04.2014 | 09:34
Tres valdesanos salvan la vida en el cuarto accidente de pesca en los últimos dos meses
Cuatro naufragios en menos de dos meses, con 15 muertos y 3 desaparecidos en las aguas del norte de España. El cuarto, sin víctimas mortales, se registró ayer en la costa de Valdés. La embarcación "Virgen de los mares" de Luarca quedó varada frente a Cadavedo con tres tripulantes a bordo. Todos llegaron a tierra, están fuera de peligro y sin secuelas físicas graves. Uno de ellos sufría hipotermia severa. El suceso se produjo sobre las siete de la mañana. Según el relato del patrón, Damián Quintana, la embarcación chocó contra una roca, el aparejo de pesca (nasas) se enredó en la hélice, el motor se paró y el barco empezó a dar tumbos. "Tantos, que nos lanzamos al mar porque pensamos que daba la vuelta", explicaba a pie de puerto, en Luarca, tres horas después del suceso. ¿Qué pasa en el sector pesquero para que se que concatenen tantos accidentes? "Tal vez arriesgamos más", apuntaba Quintana. Este pescador luarqués tiene más de una década de experiencia. Empezó a trabajar en el mar con 15 años y tiene ocho de trayectoria como patrón. "Tal y como están las cosas tienes que salir todos los días, no puedes perder uno porque no llegas a fin de mes y es evidente que hay que luchar más que antes", destacó.
Los tres supervivientes del "Virgen de los mares" llegaron a nado a un pedrero de Cadavedo. Nadaron unos 100 metros con chaleco y en un mar en relativa calma. Antes de tirarse al agua, Damián Quintana llamó a una embarcación amiga, encargada de dar la voz de alarma. Salvamento Marítimo recibió la alerta a las siete y media de la mañana. A las ocho menos veinte, la embarcación de rescate con base en Luarca, "Salvamar Capella", partió rumbo a la costa de Cadavedo. A ella se sumó el helicóptero Helimer 212, que rescató a uno de los tripulantes, el más afectado por la tragedia. Se trata de J. C. S. F., de 46 años, un marinero experimentado que no sabe nadar y que logró alcanzar la costa gracias el chaleco salvavidas. Fue trasladado al hospital de Jove (Gijón). Según la primera valoración médica, tenía hipotermia severa. Su vida no corre peligro.
Los otros dos tripulantes, Damián Quintana y José Antonio Peláez, volvieron al puerto de Luarca con la lancha de Salvamento Marítimo. Habían salido de este mismo puerto de madrugada a pescar pulpo. El "Salvamar Capella" remolcó al barco accidentado hasta el puerto luarqués con el apoyo de una lancha de Cruz Roja.
Para los tres accidentados fue el susto de su vida. Vieron el agua entrar en el barco y al apreciar que la costa estaba cerca no lo pensaron más. Se lanzaron por la borda. "Son segundos. Te llevas un susto grande y si ves que hay peligro, no te queda otra que tirarte y nadar", afirmó José Antonio Peláez. Ambos tenían en la cabeza la mala racha de accidente pesqueros con víctimas mortales. El "Santa Ana" chocó con una roca en las inmediaciones del Cabo Peñas el pasado 10 de marzo. Sólo quedó un superviviente de los nueve tripulantes. El accidente del "Mar de Marín" (impactó contra un carguero) dejó cuatro muertos y un desaparecido frente a la costa gallega el 1 de abril. El pasado Jueves Santo, el "Mar Nosso" se hundió a veinte millas de Navia por causas aún sin esclarecer. El balance en este último caso, tres muertos y dos desaparecidos. "Siempre piensas en lo que pasó en otros casos, pero hay que seguir adelante", explicó Damián Quintana.
En Luarca fueron recibidos con expectación. Casi medio centenar de personas, entre familiares y pescadores, vieron desde el puerto la llega del barco accidentado. Los tripulantes del "Virgen de los mares" tienen experiencia. No era la primera vez que faenaban juntos, a esas hora, en ese lugar, con ese barco y con ese arte de pesca. Según el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores Nuestra Señora del Rosario de Luarca, José Antonio Rodríguez, "saben lo que hacen". "Pero esto (por el trabajo en el mar) es una lotería, nunca sabes si te va a tocar a ti por mucha precaución que tengas".
En Luarca, los marineros se preguntaban por las causas de tantos accidentes en tan poco tiempo. Carlos Quintana, encargado de reparar los barcos del puerto valdesano, no encuentra explicación. "A veces pasa, lo importante es que la tripulación sobreviva, como en este caso". El "Virgen de los mares" se reparará en el puerto luarqués. Es de madera y tiene una fuga.
El patrón mayor de Luarca se mostró ayer especialmente preocupado por la situación de la flota luarquesa en particular y de la asturiana en general. En el puerto de la capital valdesana no se vivía un accidente desde hace décadas. Los peores sucesos suelen ocurrir "cerca de casa", decía. "Sólo esperamos que este tipo de accidentes no creen más preocupación de la necesaria en el sector", indicó. El barco pesquero luarqués es el cuarto que sufre un accidente mientras trabaja en el último mes y medio.

miércoles, 23 de abril de 2014

martes, 22 de abril de 2014

Declaran los marineros gallegos supervivientes del naufragio en Asturias

Salvamento Marítimo prosigue hoy, por sexto día consecutivo, la búsqueda en superficie de los dos tripulantes portugueses desaparecidos

22.04.2014 | 18:38

Los cuatro marineros gallegos supervivientes del naufragio, el pasado jueves, del pesquero "Mar Mosso" a veinte millas de la costa de Navia han presentado hoy declaración ante la Capitanía Marítima de Avilés sin que haya trascendido el contenido de sus versiones sobre lo sucedido.
Ninguno de los pescadores han querido hacer declaraciones a los medios de comunicación que esperaban frente a la salida de la sede de la Capitanía de Avilés para hacer pública su versión de un naufragio que se produjo con un estado de la mar en calma.
Los cuatro marineros prestaron declaración entre aproximadamente las 11:30 y las 15:40 horas y está previsto que los dos de origen portugués que también sobrevivieron al accidente marítimo hagan lo propio en el país luso para abrir el correspondiente expediente administrativo y emprender una investigación oficial de los hechos.
Los marineros españoles han acudido acompañados por el gerente de los armadores de Marín, Juan Martín, quien se ha limitado a decir que han declarado ante la Capitanía Marítima de Avilés tal como se les pidió.
Salvamento Marítimo prosigue hoy, por sexto día consecutivo, la búsqueda en superficie de los dos marineros portugueses desaparecidos el pasado jueves en este naufragio, en el que perdieron la vida otros tres tripulantes lusos.
A preguntas de los periodistas, Juan Martín se ha referido al plan de reflotamiento del "Santa Ana", el pesquero que permanece hundido frente a la costa del Cabo Peñas desde el pasado 10 de marzo, tras un naufragio que se cobró la vida de ocho de sus nueve tripulantes.

"Ese plan me consta que por parte de los técnicos ya se ha elaborado y yo me imagino que será cuestión de días que se pueda llevar a cabo ese reflotamiento", ha indicado el gerente de los armadores de Marín.

lunes, 21 de abril de 2014

"Quizás el aparejo se enganchó en algo", opina uno de los supervivientes del "Mar Nosso"

Emotivo entierro de uno de los fallecidos, Américo dos Santos, en la ciudad lusa de Vila do Conde - Hoy tendrá lugar el sepelio de las otras dos víctimas

21.04.2014 | 01:20


"Quizás el aparejo quedó enganchado en algo y vino una ola que ayudó a escorar", aventura Francisco Manuel Albitres Lema, maquinista del "Mar Nosso", de O Vento (Villagarcía de Arosa), localidad a la que se trasladó desde Asturias el Viernes Santo. "Volveches a nacer", le dicen ahora por la calle los vecinos, contentos de que haya sobrevivido a una prueba tan terrible. Ayer acudió con los otros marineros que pueden contarlo a Vila do Conde, a rendir homenaje a uno de sus compañeros muertos, Américo Regufe dos Santos, que fue enterrado en medio del dolor de toda una comunidad.
Albitres Lema tiene la cara llena de cortes y magulladuras. Tras el rescate lo ingresaron en Cabueñes por hipotermia severa. Sostiene que le duelen los pulmones. "Tragué mucha agua con gasóleo", asegura. Anímicamente se muestra afable, aunque reconoce que sus sentimientos son encontrados: alegría por haber sobrevivido y estar con su familia; y un profundo dolor por haber perdido a cinco compañeros. "Con ellos desayuné, comí y cené a diario durante el último año", asegura. Albitres explica que en el momento del accidente estaba en la sala de máquinas. "Vi que el barco escoraba hacia babor y salí rápidamente. En la borda vi cómo uno de mis compañeros se quedó paralizado. Le decíamos que saltase, pero él estaba inmóvil, como aterrado. Es uno de los que fallecieron", dice.
Fueron momentos de confusión, en los que "todo ocurrió muy rápido". No se explica las causas del accidente. "El contramaestre desembragó la maquinilla para soltar rápido el saco, pero no sé qué pasó. Se levantaron lances más pesados e incluso con mal tiempo y nunca pasó nada. Además, cuando viene un lance muy fuerte, aún se tarda un cierto tiempo en virar. Yo descartaría esa hipótesis. Ahí ha tenido que haber una fatalidad que soy incapaz de comprender", confiesa.
Esperaba una terrible odisea. "Eché dos horas en el agua, sin ropa de aguas. Fue todo muy rápido. Lo importante es el factor psicológico, no derrumbarte. Supe que no todos aguantaríamos cuando escuché a algún compañero delirar y rezar en alto. Lo que me salvó a mí fue pensar en mi familia", afirma.
Entierro
El acueducto de Vila do Conde que rodea la iglesia de São Francisco y que atraviesa la localidad hasta un convento en lo alto de un monte fue testigo ayer del último adiós a Américo Francisco Regufe dos Santos. A las nueve y media de la mañana, un nutrido grupo de personas ya esperaba en la zona para dar el pésame a la familia y acompañar el féretro hasta el cementerio. Estaban presentes los marineros supervivientes y el armador, Claudino González. Ninguno de ellos quiso hacer declaraciones y se mostraron visiblemente afectados.
Pocos minutos antes de que diese comienzo la misa, en el interior de la iglesia se escucharon los gritos desgarradores de una mujer. Se trataba de la hermana del fallecido, que lloraba desconsolada y necesitó salir durante unos minutos. Ya en el cementerio, la familia entera, con los tres hijos del marinero al frente, rompió a llorar cuando el ataúd fue abierto para que se despidieran por última vez. La mujer de Américo dos Santos salió del cementerio acompañada de dos familiares. Allí, abrazó a cada uno de los que fueran compañeros de su marido. Esta tarde tendrá lugar el entierro de los dos marineros de Caxinas: António Cascão y José Esteves.

domingo, 20 de abril de 2014

Un golpe de mar provocó el hundimiento del "Mar Nosso", declaran los supervivientes

Los cuatro marineros ofrecen por separado el mismo testimonio a la Guardia Civil y señalan el elevado peso de la carga de pescado como la causa de la desestabilización del barco

20.04.2014 | 13:02

Los cuatro marineros gallegos supervivientes del naufragio del arrastrero luso "Mar Nosso" que fueron trasladados el jueves a los hospitales gijoneses de Jove y Cabueñes aseguran que un inesperado golpe de mar fue lo que provocó, alrededor de las once de la mañana del pasado jueves, el desplazamiento de la carga de xarda (caballa) que en ese momento intentaban introducir en el arrastrero. La desestabilización de la bolsa de pescado habría precipitado -según esta hipótesis que los cuatro marineros ofrecieron a los agentes de la Guardia Civil, que les tomaron declaración por separado-, que el barco escorase y volcase, "poco a poco", a veinte millas de la costa de Navia. El hundimiento se saldó con siete marineros heridos, tres fallecidos y dos desaparecidos a los que aún ayer buscaban los funcionarios de Salvamento Marítimo desplegados en la zona. Los supervivientes afirman que en el momento del siniestro el barco iba completamente vacío ya que hacía apenas cuatro horas que había zarpado del puerto de Avilés.
La Guardia Civil enviará un informe con los testimonios al Juzgado de instrucción 1 de Gijón, el que se encuentra de guardia esta semana. La magistrada titular de esta sala podría inhibirse en los próximos días a favor de los tribunales de Navia para que se hagan cargo de una investigación judicial que discurre paralela a la que están llevando a cabo la Capitanía Marítima de Avilés y la Comisión de Investigación de Accidentes Marítimos (CIAM). Mientras se intentan averiguar las causas del siniestro, los esfuerzos de Salvamento Marítimo se centran en encontrar los cuerpos del segundo patrón, Francisco Silva Santos, y del marinero Manuel Silva Carinha. Los compañeros de estos tripulantes contaban en las últimas horas que el primero de ellos -patrón de costa- se encontraba durmiendo en el momento del naufragio, por lo que su cuerpo podría encontrarse aún en el interior de uno de los camarotes del pecio, un arrastrero de 32 metros de eslora construido hace cuarenta años y matriculado en Viana do Castelo, al norte de Oporto y con base en Marín (Pontevedra).
El Helimer Cantábrico y el helicóptero Pesca II de la Xunta de Galicia, ayudados por el buque "Alonso de Chaves" y la salvamar "Capella" rastrearon ayer, durante horas, la zona del hundimiento, aunque sin resultado. Desde Salvamento Marítimo se asegura que los trabajos "no se van a interrumpir" a pesar de la dificultad que presenta la búsqueda. No en vano el "Mar Nosso" se hundió definitivamente alrededor de las siete de la tarde del jueves y actualmente se encuentra a 170 metros de profundidad. Lo que sí se descarta, al menos por el momento, es realizar inmersiones. "Agradecemos mucho a las autoridades españolas que sigan buscando, a pesar de ser Pascua ", decía el viernes en el tanatorio José Festas, de la asociación para seguridad en la pesca de Portugal.
En lo que respecta a los supervivientes atendidos en Gijón, los dos primeros marineros que abandonaron el hospital fueron el patrón Jesús Álvaro, visiblemente conmocionado según el portavoz de los armadores Juan Carlos Martín Fragueiro, y el portugués Sebastião Ferreira. Ambos salieron el viernes del Hospital de Jove por una puerta trasera evitando a los periodistas, apenas unos minutos antes de que hiciera lo propio Rafael Meijide, responsable de máquinas del barco, que tuvo que permanecer una hora más en el centro a la espera de que le realizaran una radiografía en la ingle, dañada tras el naufragio. Ya a las cuatro de la tarde, recibió el alta el único marinero que fue ingresado en Cabueñes, Francisco Albitres, que salió del hospital en compañía de su mujer y del armador del "Mar Nosso", Claudino González.
Continúan las labores de búsqueda
Salvamento Marítimo ha vuelto a poner en marcha hoy el dispositivo de búsqueda de los dos marineros portugueses desaparecidos tras el naufragio del pesquero 'Mar Nosso' a veinte millas de la costa asturiana.
Según han informado fuentes del organismo, a lo largo de la jornada participarán en la búsqueda los mismos medios que en los dos últimos días, las embarcaciones Salvamar Capella y Concepción Arenal con el apoyo aéreo del helicóptero Helimer 211 y de una aeronave de los servicios de Protección Civil del Principado.

Las mismas fuentes han indicado que, por el momento, no se contempla abandonar la búsqueda de los marineros desaparecidos ni recurrir a inmersiones de buzos hasta el pecio del 'Mar Nosso', que permanece hundido a 170 metros de profundidad, ante la posibilidad de que los tripulares se encuentren en el interior del buque.

El complot belga para arrebatar Arnao

Los historiadores sospechan que el Gobierno español influyó para que el avilesino Juan Biesca perdiese la licencia que ya tenía en 1828 para explotar la mina

20.04.2014 | 01:21

El equipo de Sadim, la empresa del Grupo Hunosa que gestiona el museo de la mina de Arnao, con Guillermo Laine como director técnico e Iván Muñiz como director cultural, sigue profundizando en la historia del emblemático conjunto minero industrial de Castrillón. Guillermo Laine, director técnico de Sadim e Iván Muñiz, director cultural del museo de la mina, están ampliando los estudios sobre la que se considera primera mina asturiana y buceando en los archivos históricos.
Una de las etapas más desconocidas de la mina de Arnao, la que antecede a la llegada de los belgas y a la fundación de la Real Compañía Asturiana de Minas (RCAM) en 1834, ha recibido nueva luz con el hallazgo de un documento de gran trascendencia, la licencia concedida en 1828 a Juan Biesca, vecino de Avilés, para la explotación de dos minas de carbón en Arnao. "El documento se encontraba en el Archivo Histórico de Asturias y ha permanecido inédito hasta ahora. Conocíamos ya la existencia de Juan Biesca y su explotación, pero no sabíamos el momento en el que había empezado ni las circunstancias" indicó Guillermo Laine, que pudo localizarlo en una consulta del Archivo.
"Es un documento muy importante que cambia en cierta manera la imagen que teníamos de la llegada de los inversores belgas y de los orígenes de la mina de Arnao. Los datos apuntan a una irrupción bastante más polémica de lo que en ocasiones se ha llegado a pensar", manifestó Iván Muñiz.
"En esos momentos España estaba en situación de crisis. Dos de las acciones del Gobierno se encaminaban a conocer el estado de las minas del carbón y obtener financiación extranjera. En Arnao, la comisión de facultativos advirtió de que la explotación era deficitaria y de hecho el criadero de Santa María del Mar se había venido abajo, según sus palabras. Ese informe permitió al Gobierno considerar abandonada la explotación y revocar la licencia de Biesca en unos momentos en los que sospechosamente se encontraba en negociaciones con los inversores extranjeros", explica Guillermo Laine.
El 30 de abril de 1834 Nicolás Maximiliano Lescinne, banquero belga, y los españoles José María Ferrer y Felipe Riera, firmaron ante notario los acuerdos por los que se constituía la RCAM con un capital inicial de 450.000 reales de vellón.
"La duda que se plantea ahora y que siempre nos hemos preguntado es si la gestión de Juan Biesca de la mina fue tan desastrosa como indican los informes o si trató de exagerarse el mal funcionamiento para retirarle la licencia y concedérsela a los belgas. Para el Gobierno español siempre era más apetecible atraer a grandes industriales extranjeros con importante capital y técnicas novedosas", afirmó Iván Muñiz. La renuncia de Juan Biesca a las concesiones mineras de Arnao no fue voluntaria y la herida jamás se cerró, sostienen Laine y Muñiz. "Podemos afirmar que el hecho preocupó a la RCAMC, pues en cartas de años posteriores se menciona que el señor Juan Biesca sigue de cerca la marcha de la mina con la pretensión de presentar demanda en el caso que se paralice o sufra algún percance. Esto sugiere que intentaba recuperar su explotación", aseguró Guillermo Laine.
"Por una de esas decisiones oficiales que cambian el rumbo de la historia, la mina pasó de manos asturianas a manos belgas. De lo contrario, es posible que todo lo sucedido en Arnao hubiese sido muy distinto. Y también lo hubiese sido la historia de la minería del carbón en Asturias, teniendo en cuenta que numerosas técnicas y formas de explotación que acabaron adaptándose fueron introducidas por los belgas en Arnao", concluyeron Guillermo Laine e Iván Muñiz.
El director técnico y el director cultural del museo de la mina de Arnao se han propuesto ampliar los referentes históricos para que los visitantes tengan las mayores datos posibles de lo que ven en su recorrido por la mina. Un estudio arquitectónico sobre el origen del castillete de la mina de Arnao que avanzó este periódico el pasado lunes, concluye que la construcción primitiva era mucho más simple que la actual, ya que se trataba de una torreta de madera al aire libre.

El primer pozo vertical de Asturias se puso en marcha en 1834 y los complementos arquitectónicos fueron introduciéndose paulatinamente hasta llegar a 1903, cuando se cubrió de cinc el tejado. De esa época data también el revestimiento de las fachadas del castillete con escamado de chapa de cinc. laine y Muñiz sostienen que las mejoras en el castillete coincidieron con la incorporación a la RCAM del arquitecto Tomás Acha Zulueta, autor también del proyecto de las escuelas del Ave María.

sábado, 19 de abril de 2014

Uno de los fallecidos había vivido otro naufragio hace meses en el que murió su padre

18.04.14 - 17:54 - LUCÍA RAMOS / ELCOMERCIO.ES | GIJÓN

Uno de los fallecidos en el hundimiento del pesquero 'Mar Nosso', el portugués Antonio A. Casao da Silva, había sobrevivido hace unos meses otro naufragio en el que perdió la vida su padre. Poco después tuvo que regresar al trabajo en el barco para poder sostener a su familia, una familia que ahora vuelve a ser golpeada por la tragedia de la forma más cruel.
Así lo ha confirmado hoy en el Hospital de Cabueñes José Postiga, presidente de la Freguesía (alcalde de parroquia) de Vila do Conde, pueblo del que procedían los tres tripulantes que murieron ayer. Postiga aseguró que en el entorno de las familias están satisfecho por cómo se están llevando a cabo las labores de búsqueda y, por otro lado, declaró que se están intentando acelerar los trámites para la repatriación de los fallecidos. Esperan que los féretros pueden salir hacia Portugal mañana a primera hora de la tarde.
La preocupación por los desaparecidos es máximo, señaló, y la conmoción ha sacudido a la vecindad de Vila do Conde porque es "un pueblo de pescadores pequeño, en el que todos se conocen" y "todos están destrozados".
Por su parte, al centro hospitalario también acudió hoy José Festas, portavoz de los familiares de las víctimas portuguesas y presidente de la Associação para Asegurança, que manifestó que aún no sé sabe por qué se produjo el hundimiento, ya que no han hablado con los supervivientes. Dijo que desconocen también si podrán participar en las labores de búsqueda de los desaparecidos y pidió que se pongan todos los medios disponibles para poder llevarse los cuerpos a Portugal.

«Estaba en el camarote y, de repente, aparecí en calzoncillos en plena mar»

Los cuatro marineros que permanecen en Jove y Cabueñes con hipotermia e intoxicación de gasóleo se encuentran ya en planta fuera de peligro 

18.04.14 - 00:33 - 

«Estaba en el camarote y, de repente, aparecí en calzoncillos en plena mar». El relato de uno de los marineros que permanecen ingresados en el Hospital de Jove es el mejor resumen de lo ocurrido ayer a 20 millas de la costa de Puerto de Vega. Una nueva tragedia marítima que ha vuelto a teñir de luto a la comunidad pesquera. Sólo una concatenación de errores -un viraje, la carga que llevaba el barco y el peso de las redes de faena- y la mala suerte puede explicar cómo, con mar en calma y cielo despejado, el 'Mar Nosso' quedó con la quilla al sol, es decir, volcado totalmente en menos de un minuto.
En la tragedia que acabó con la vida de tres marineros portugueses -y mantiene desaparecidos a otros dos-, sobrevivieron los profesionales gallegos José Martínez Calo, de Marín; Francisco Pereira Iglesias, de Bueu; Jesús Álvaro González, de Marín; Rafael Meixide Rodríguez, de Marín; y Francisco Manuel Alvite, de Villagarcía, así como los portugueses Bernardino Augusto, 48 años, de Póvoa de Varzim, y Sebastao Maciel, de Vila do Conde. Cuatro de ellos fueron evacuados a Gijón poco antes de las tres de la tarde por los efectivos del Helimer de Salvamento Marítimo.
Los amigos que se trasladaron durante la tarde al Hospital de Jove, donde fueron ingresados tres de los heridos -el patrón, el jefe de máquinas y un marinero portugués-, se mostraban esperanzados por la evolución de los mismos. Ingresaron a primera hora de la tarde con importantes síntomas de hipotermia, después de permanecer aproximadamente una hora en el agua, e intoxicación por ingesta de gasóleo.
Hasta el centro sanitario se trasladó el consejero de Sanidad, Faustino Blanco, quien tras visitarlos declaró que se encuentran «fuera de peligro, pero todavía digiriendo la tragedia que acaban de vivir». Los tres supervivientes, así como el cuarto gallego ingresado en el Hospital de Cabueñes, fueron trasladados a planta después de varias horas en el área de Urgencias.
Inesperado e inmediato
Los supervivientes pudieron relatar a los efectivos de la Guardia Civil de Gijón cómo se produjo el accidente, completamente inesperado, en el último día que salían a faenar la xarda. «El barco volcó de pronto, no nos dio tiempo ni a llamar a la torre de control, fue todo rapidísimo, no nos explicamos qué ha podido pasar», relató uno de los heridos. Podrían ser dados de alta hoy.
El armador del 'Mar Nosso', Enrique Álvarez, llegó a Gijón sobre las seis de la tarde acompañado por Juan Carlos Martín Fragueiro, gerente de la Unión de Armadores de Marín (Pontevedra). A pie de pista, en la base del Helimer en El Musel, esperaron la llegada de los tres cadáveres que han podido ser recuperados para reconocerlos antes de que fuesen derivados al Instituto de Medicina Legal de Asturias, en Oviedo.
A continuación, visiblemente afectados, se trasladaron a la Comandancia de la Guardia Civil de Contrueces para declarar. Faltaban pocos minutos para que marcasen las diez de la noche cuando se personaban en la Fundación Hospital de Jove para visitar al patrón y a los otros dos marineros ingresados.
«Los tres están bien. La Comisión de Investigación será la encargada de determinar las causas del siniestro, ahora lo más importante es apoyar a los supervivientes y a las familias de los fallecidos para asistirles en todo lo que precisen en estos duros momentos», señaló Juan Carlos Martín Fragueiro, quien añadió que a lo largo de la mañana de hoy está previsto que lleguen las familias de los heridos.
El portavoz de los armadores de Marín recordó que «sigue su curso el operativo de búsqueda para localizar a los dos supervivientes. Ojalá puedan ser encontrados lo antes posible para descanso de sus allegados y de todos», dijo, haciendo especial mención a los «difíciles momentos que atraviese la comunidad pesquera gallega» debido a los tres siniestros mortales registrados en menos de mes y medio, dos de ellos frente a la costa asturiana.

CC OO cree imprescindible aclarar las causas de los últimos naufragios

Alertan de que los siniestros del 'Santa Ana' y el 'Mar Nosso' han disparado las víctimas mortales de la siniestralidad laboral en Asturias "a niveles extraordinariamente preocupantes"

19.04.14 - 13:07 - 

"No sé explicar lo que pasó; el barco volcó y solo hubo tiempo de saltar al agua"

Bernardino Bicho, un marinero del 'Mar Nosso' con más de 34 años de experiencia en la mar, relata la dura experiencia del naufragio: "Un poco más y no nos salvamos ninguno"

19.04.14 - 10:24 -
Bernardino Bicho, uno de los supervivientes del naufragio del pesquero 'Mar Nosso' ocurrido el pasado jueves a 20 millas de la costa de Navia, lleva 34 trabajando en la mar. A sus 48 años, con toda la experiencia que acumula, este marinero portugués es aún incapaz de explicarse lo que ocurrió ese fatídico Jueves Santo. "No sé explicar ni se puede entender lo que pasó, el barco volcó y sólo tuvimos tiempo de saltar al agua", relató al diario portugués 'Público'.
Junto a su familia, en su Póvoa de Varzim natal, Bernardino Bicho echa la vista atrás para recordar la que sin duda es la peor escena que ha vivido en la mar. "En un principio nos tiramos todos al agua y después vimos que faltaban tres hombres. Entendimos que quedaron en el barco o fueron golpeados, no puedo explicar lo que les pasó", declaró. "Sé que me tiré al agua y cuando miré atrás vi a los otros. Tuvimos suerte porque se soltó una tabla del barco, parece que fue Dios quien nos la envió".
El dolor por lo ocurrido y por los compañeros que faltan, tanto los tres fallecidos, cuyos cadáveres viajan ya hacia Portugal, como los dos desaparecidos, es aún muy fuerte. A pesar de ello, este pescador es capaz de relatar las "casi tres horas" que permaneció en el agua, un tiempo en el que dos compañeros perdieron la vida. "Estuvieron allí casi hasta el final, pero perdieron la vida una media hora antes de que apareciese el barco que nos socorrió. Intentamos que aguantasen pero no había fuerzas. Un poco más y no nos salvamos ninguno", confesó.
Bicho explicó que, ya en el hospital, su preocupación fue llamar a su esposa. "Pasadas unas horas hablé con mi mujer, ella sólo lloraba". "Trabajaba en el barco desde hace doce años, eramos una familia. La campaña acababa el jueves (día del accidente), y veníamos a pasar la Pascua a casa, como de costumbre". En cuanto al futuro, reveló que todavía no sabe si volverá a la mar. "De momento quiero descansar. No podré olvidar tan pronto".


Sigue la búsqueda de los dos desaparecidos tras el naufragio de un arrastrero gallego ante Navia que ha dejado tres muertos

El desplazamiento de la carga, probable causa del hundimiento del "Mar Nosso", con base en Marín, que salió de Avilés para cerrar la costera de la xarda

Salvamento Marítimo ha retomado esta mañana la búsqueda de los dos marineros portugueses desaparecidos el pasado jueves frente a la costa de Navia, en Asturias, a consecuencia del naufragio de arrastrero 'Mar Nosso', que permanece sumergido a unos 170 metros de profundidad.
Según fuentes de Salvamento Marítimo, al lugar del naufragio, a unas 20 millas al norte del litoral asturiano, se han desplazado ya el helicóptero Helimer 212 y la embarcación Salvamar Capella, que serán sustituidos a lo largo del día por aeronaves del Principado y de la Xunta de Galicia y por el Alonso de Chaves.
Los siete supervivientes del naufragio del buque regresaron ayer a casa tras recibir el alta médica en los hospitales donde fueron internados mientras que las familias de los tres tripulantes portugueses fallecidos están ya en Gijón, a la espera de hacerse cargo de los cadáveres para proceder a su repatriación.

Tres fallecidos en una nueva tragedia marítima
Tres pescadores portugueses murieron ahogados y otros dos permanecen desaparecidos (cuya búsqueda se ha reanudado esta mañana) al hundirse a veinte millas de la costa de Navia el arrastrero luso "Mar Nosso", matriculado en Viana do Castelo, al norte de Oporto, pero con base en el puerto pontevedrés de Marín (Pontevedra). Otros siete pescadores, cinco gallegos y dos portugueses, lograron sobrevivir tras permanecer unas dos horas en el mar a la espera de que llegase ayuda. Y es que el barco se hundió sin que se activase la radiobaliza de emergencia. La llegada de otro pesquero luso que faenaba en la zona, el "Mar da Galega", evitó que los supervivientes perdiesen también la vida. Se trata del segundo arrastrero gallego de bandera portuguesa que se hunde en las costas asturianas en el plazo de cuarenta días, después del naufragio del "Santa Ana", con ocho fallecidos.
El arrastrero "Mar Nosso", de 32 metros de eslora y construido hace 40 años, había partido del puerto de Avilés en torno a las dos y media de la madrugada para faenar en la última jornada de la costera de la xarda (caballa). En torno a la una de la madrugada había descargado en los muelles el pescado capturado en la jornada anterior.
El barco, patroneado por el portugués Francisco Silva Santos, uno de los dos desaparecidos, se dirigió, a 5,7 nudos, hacia los caladeros situados frente a Luarca y Navia, conocidos como la "playa de Busto". La última señal del pesquero se produjo a las once y catorce minutos de la mañana. Una media hora antes, el barco había cambiado bruscamente de rumbo. Como hipótesis, se apunta a un posible desplazamiento de la carga durante el izado de los aparejos. El buque llevaba en ese momento unas 100 cajas de xarda, según comunicó el patrón al armador poco antes del naufragio.
Cerca de la una y cuarto de la tarde, el "Mar da Galega" avistó el casco del "Mar Nosso", con la quilla al sol, expresión marinera con la que se indica que el barco está boca abajo. Siete pescadores aún estaban vivos y fueron izados al "Mar da Galega", que lanzó de inmediato una señal de socorro. Otro pesquero que se encontraba en la zona, el "Kika", recuperó dos cadáveresUn tercero sería encontrado por el buque de salvamento "Alonso de Chaves", poco antes de las siete de la tarde. Los fallecidos son António Abel Cascão Silva, Amérigo Suárez Regufe y José Estévez Faría. Aún no ha sido posible rescatar los cuerpos del ya citado Francisco Silva Santos ni de Manuel Silva Carinha. Todos proceden de la comunidad pesquera de As Caxinas, en las localidades portuguesas de Vila do Conde y Povoa de Varzim, donde ayer esperaban noticias las familias de los fallecidos, en la sede de la Associação Pró-Maior Segurança dos Homens do Mar (Asociación para una mayor seguridad de los hombres de la mar).
Cuatro de los pescadores, que presentaban hipotermia debido al tiempo que permanecieron en el agua, fueron evacuados en helicóptero a los hospitales de Cabueñes y Jove. En el primero se encontraba el que presentaba un estado más grave, Francisco Manuel Alvite, de 55 años y vecino de Vilagarcía de Arousa y que recibió el alta ayer por la tarde tarde. En el de Jove fueron ingresados el patrón de pesca del barco, Jesús Álvaro González, de 56 años y vecino de Marín; el portuguésSebastião Ferreira y Rafael Meixide Rodríguez, también de Marín. Los dos primeros fueron dados de alta en la mañana de ayer, Meixide tuvo que esperar a primera hora de la tarde al serle detectada una lesión en la ingle que fue revisada por los médicos.
Los otros tres pescadores fueron evacuados por el helicóptero de la Xunta de Galicia al Hospital Comarcal de Burela, en Lugo. Aunque su estado físico era bueno -que no el psíquico, según indicó el gerente de la Asociación de Armadores de Buques de Pesca de Marín, Juan Carlos Martín Fragueiro, que acudió a visitarlos junto al armador Claudino González Covelo-, quedaron ingresados y también han recibido el alta. Se trata de José Martín Calo, de 53 años y vecino de Pontevedra; Francisco Pereira Iglesias, de 51 años y residente en Bueu, y el portugués Bernardino Augusto Korabicho, de 48.
Los armadores se desplazaron desde Marín hasta Burela y posteriormente a Gijón para visitar a los supervivientes. También les correspondió la penosa tarea de reconocer los tres cadáveres recuperados. La esposa de uno de los pescadores acudió al Hospital de Jove para estar cerca de su marido. Al patrón de pesca, Jesús Álvaro González, uno de los más afectados por la tragedia, apenas le quedan dos meses para jubilarse.
Poco después de darse la señal de alarma acudió a la zona la embarcación salvamento con base en Luarca, la "Salvamar Capella", así como el "Helimer Cantábrico" y la embarcación "Alonso de Chaves". Este barco intentó remolcar el arrastrero, pero éste se hundió definitivamente en torno a las siete de la tarde. Se cree que está a unos 170 metros de profundidad.
En Gijón preocupaba sobre todo el estado de salud de Francisco Alvite. Llegó con cuadro de hipotermia severo y fue necesario aplicarle calor envolviéndolo con una manta térmica. No obstante, su temperatura corporal no llegó a bajar de los 35 grados, según el jefe de la guardia, el doctor Herminio Martín. Permaneció consciente en todo momento.
A media tarde, se había estabilizado su situación médica. "Evoluciona bien y su pronóstico es bueno", explicó el consejero de Sanidad, Faustino Blanco, tras visitarlo en la unidad de observación del Hospital de Cabueñes, donde permaneció ingresado. El jueves, dada "la parte emocional lógica de lo ocurrido", se desaconsejaba cualquier alusión al accidente, más allá de las pesquisas que tendrán que realizar los expertos de Salvamento Marítimo para determinar lo sucedido. Tanto el Consejero como los médicos apuntaron que los tripulantes ingresados en Cabueñes y Jove llegaron bastante nerviosos por lo que había pasado.
El Consejero también visitó a los ingresados en Jove. "Los tres están en buena situación. Sufren un cuadro de hipotermia. Después de estar aquí se recuperan bien y pasarán a planta, pero en principio su salud es buena. He estado hablando con ellos y, lógicamente, están pasando una situación difícil porque esto no es habitual. El patrón de pesca tiene un grado de afectación mayor por la responsabilidad que uno tiene en los barcos, pero creo que lo va entendiendo y aceptando la situación, sabiendo que es algo que marca mucho y afecta mucho a las emociones. Tiene preocupación por los embarcados", explicaba entonce Blanco. La doctora que atendió a estos tres náufragos, Begoña Álvarez Muñoz, indicó que la evolución estaba siendo favorable.
El gerente de la Asociación de Armadores de Buques de Pesca de Marín, Juan Carlos Martín Fragueiro, no quiso hacer especulaciones sobre las causas del siniestro. "De forma ordenada habrá declaraciones de todos los supervivientes. Tres cadáveres ya han sido reconocidos, hay otros dos desaparecidos y los operativos de Salvamento Marítimo están trabajando en la zona. El barco está a unos 170 metros de profundidad porque se ha hundido. Cumplía con todas las condiciones de seguridad en vigor expedidas por las autoridades portuguesas y ahí no hay reproches que hacer", señaló. Martín dijo no explicarse lo ocurrido, ya que la mar presentaba unas condiciones inmejorables. Instantes antes del naufragio, el patrón del barco habló con el armador y todo iba bien. Y lamentó la que supone tercera tragedia de la pesca gallega en apenas seis semanas.
Los cadáveres fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal de Oviedo, donde ayer por la mañana se  practicaron las autopsias, para posteriormente ser trasladados al Tanatorio de Cabueñes, desde donde serán repatriados. A este respecto, José Festas, representante de la Asociación para la Seguridad en la Pesca de Portugal, llegado ayer por la tarde tarde a Asturias, pidió que se agilizaran los trámites de repatriación y "que no paren, que sigan las tareas de búsqueda".
A excepción de una mujer que sufrió un ataque de ansiedad y que ha tenido que ser atendida en el Hospital de Cabueñes, la decena de familiares de los tres marineros portugueses fallecidos, llegados ayer por la tarde desde Vila do Conde, ya han emprendido el regreso tras hacerse cargo de los cadáveres.
Primeras imágenes del naufragio del pesquero ´Mar Nosso´
Consternación entre los marineros del puerto de Marín 
Al menos tres marineros muertos al volcar un pesquero en 

viernes, 18 de abril de 2014

Fallece a los 91 años el catedrático de Minas Enrique Vallhonrat

El finado, vecino de la calle Toreno, fundó la Sociedad Felguerina de Montajes

18.04.2014 | 02:28
Enrique Vallhonrat Astorquia.
Enrique Vallhonrat Astorquia. 
El ingeniero de minas y catedrático Enrique Vallhonrat Astorquia falleció ayer en Oviedo a los 91 años. Nacido en Bilbao el 8 de junio de 1922, Vallhonrat obtuvo el título en Madrid, para muy pronto conseguir su primer trabajo en Turón en el sector de la minería. Sería su primer contacto con Asturias, donde se establecería de manera definitiva y formaría una familia junto a Manolita Iglesias García, con la que tuvo tres hijos: María José, Marta y Enrique. Manolita Iglesias es natural de La Felguera, aunque lleva buena parte de su vida residiendo en Oviedo. Los dos compartían desde hacía medio siglo un piso en la calle Toreno.
Desde muy pronto, Vallhonrat demostró ser un hombre con inquietudes en campos muy dispares. Quienes lo conocieron destacan de él que fue "un pionero" en muchas de las facetas que cultivó. En el ámbito profesional -llegaría a doctorarse en Ingeniería de Minas-, además de en el sector del carbón, trabajó durante un tiempo para Electricidad de Viesgo. Luego fundaría su propia empresa -Sociedad Felguerina de Montajes- junto a su cuñado Andrés Monreal.
También fue uno de los primeros profesores de la Escuela de Ingeniería de Minas de la Universidad de Oviedo, donde ejerció como catedrático de Resistencia de Materiales, hasta su jubilación en el año 1987. Paralelamente, el fallecido cultivó su amor por el esquí y por la pesca, a la que era un gran aficionado. El funeral por su eterno descanso se celebrará el lunes en la iglesia de San Juan el Real.

Asturias antes de los dinosaurios

Hace unos 300 millones de años, al final del periodo Carbonífero, lo que hoy es nuestra región era una selva tropical en la que reinaban los grandes insectos y los anfibios 

17.04.14 - 00:19 - 

El puerto licita las obras para ampliar su superficie útil

18.04.14 - 00:32 - 

El Boletín Oficial del Estado publicó ayer una licitación de la Autoridad Portuaria que permitirá incrementar su superficie útil con una nueva parcela situada en la avenida de La Playa, en las inmediaciones de los controles de acceso al puerto.
El proceso se tramita por la vía de urgencia. Las ofertas se pueden recibir hasta el próximo 6 de mayo. La obra plantea la urbanización de la parcela, dotándola de las redes de saneamiento y abastecimiento de aguas.
El presupuesto de la obra asciende a 707.201,52 euros, impuestos incluidos. El criterio de adjudicación será el económico, concediéndose al precio más bajo. Los trabajos deberán concluirse en el plazo de cuatro meses desde la firma del acta de replanteo. De esta manera, en el último trimestre del año, la Autoridad Portuaria de Avilés podrá disponer de más superficie útil.

"Han sido las peores horas de nuestras vidas", dice la familia de uno de los supervivientes

Un contramaestre de Marín logra superar con vida su segundo naufragio

18.04.2014 | 05:20
Dos familiares de José Martínez. | s. a.
Dos familiares de José Martínez. | s. a.
Pasaban unos minutos de la una de la tarde cuando a la vivienda de José Martínez Calo, en el humilde barrio de San Pedro de Marín, llegaban las primeras informaciones que daban un vuelco al corazón de su esposa Sonia. El barco en el que estaba enrolado su marido como contramaestre, el "Mar Nosso", había naufragado frente a la costa asturiana. A partir de ahí, y hasta pasadas las cinco de la tarde, esta familia de Marín vivió "las horas más angustiosas y terribles de nuestras vidas", según explicó ayer el hermano de este veterano marinero, Carlos Martínez Calo. Afortunadamente para ellos, a esa hora recibieron la comunicación por parte de la casa armadora de que José estaba entre los supervivientes y que además se encontraba "en buen estado de salud".
Fueron horas de tensión -y sobre todo de angustia- esperando una llamada de teléfono. Horas en las que la mujer y el hijo de 16 años de José Martínez estuvieron arropados en su domicilio por la familia más cercana, temiendo que cada visitante que llegaba a la vivienda (y fueron muchos en cuanto el accidente saltó a los medios de comunicación) fuera portador de la peor de las noticias. Nervios que aumentaban a medida que otros familiares de Marín, también sacudidos por la catástrofe, iban conociendo que sus seres queridos se encontraban entre los que habían salvado su vida. Sin embargo, no llegaban nuevas a este domicilio de San Pedro.
En la parroquia de Seixo, también se vivía con angustia el hundimiento del "Mar Nosso". Allí reside el patrón de pesca del buque, Jesús Álvaro González, rescatado y evacuado al Hospital de Jove, en Gijón. A las puertas de su domicilio, su hijo, Walter González, explicaba que su padre les pudo llamar casi de inmediato por teléfono desde el hospital, un hecho que había logrado mitigar rápidamente la angustia inicial: "se le notaba muy afectado por lo sucedido", explicaba su hijo.
Lo mismo ocurrió con Rafael Meijide Rodríguez, natural del barrio de Mogor pero que se mudó recientemente a Vigo, en donde reside en la actualidad. Meijide también fue de los tripulantes que pudieron llamar casi de inmediato a sus familiares para decirles que se encontraba bien, "que no se preocupasen".
Sin embargo, esta llamada tardaba en llegar al domicilio familiar de Martínez Calo en San Pedro. Pegados a la radio y al televisor, escuchaban las primeras noticias del naufragio, que en ese momento hablaban de dos muertos y tres desaparecidos. Sobre las cinco de la tarde, Sonia recibía la anhelada llamada. Era uno de los hijos del armador, que la informaba de que su marido estaba bien, "en el Hospital de Jove de Gijón, que le estaban haciendo pruebas" y que en cuanto le fuera posible se pondría en contacto con ella. "Para nosotros esto es una alegría enorme", decía su hermano Carlos a las puertas del domicilio, "sentimos una pena muy grande por los desaparecidos y por los fallecidos, pero para nosotros saber que él está bien es maravilloso, han sido unas horas de angustia muy grandes", añadía. "Ahora estamos ya bastante más tranquilos y esperando a que pueda volver cuanto antes a casa", dijo.
Conocido en Marín como "Sesé", este contramaestre de 53 años "lleva toda la vida en la mar, desde que tenía tan sólo 15", dice su cuñado, y no es la primera vez que se ve en un percance de este tipo ya que "hace muchos años ya se salvó de otro naufragio, en otro barco, a la entrada de la ría de Marín". También su mujer, todavía nerviosa, recuerda que José Martínez Calo ya pasó por un episodio similar hace años. "Ahora le queda muy poco para jubilarse, no sé si lo dejaré volver al mar otra vez", explicaba ayer.

"Había siete tiritando por el frío", dice el patrón del barco que dio la alarma

Eduardo Pena destaca que todo fue muy rápido: "No llevaban ni chalecos; estaban agarrados a lo que podían"

18.04.2014 | 05:20

El patrón del arrastrero portugués "Mar da Galega" con base en Muros, el gallego Eduardo Pena López, fue el primero que alertó a los servicios de salvamento marítimo del naufragio del también arrastrero "Mar Nosso" y el primero, igualmente, que puso la proa de su barco en dirección a la catástrofe: "Estábamos pescando xarda, en plena operación de recogida del aparejo, cuando divisamos un bulto flotando a unas dos millas de nuestra posición: era la quilla del "Mar Nosso". El barco, por lo visto, se había dado la vuelta. De inmediato avisamos por radio a la torre de salvamento y nos acercamos a toda máquina al lugar temiéndonos lo peor".
Las sospechas de la tripulación del "Mar da Galega" se confirmaron al llegar al punto donde el "Mar Nosso" flotaba volcado, con "la quilla al sol" como se dice entre los marinos. "Recogimos a siete hombres, estaban en las últimas y agarrados a lo que podían: maderas, corchos... Todos estaban tiritando por el frío, dos especialmente mal, y los otros cinco no mucho mejor. Los subimos al barco y después se los llevó la gente de Salvamento Marítimo", relató Eduardo Pena minutos después de atracar su barco a las 9 de la tarde en el puerto pesquero de Avilés e iniciar la descarga de las capturas del día.
Según el relato de este improvisado rescatador de los supervivientes del "Mar Nosso", "no debió darles tiempo a nada cuando el barco se perdió porque no llevaban puestos ni chalecos salvavidas; seguían vivos porque se habían podido agarrar a cosas que flotaron". Según su estimación, "llevaban más de una hora en el agua y estaban casi en las últimas". La rapidez con que se debieron desarrollar los acontecimientos explicaría, asimismo, la ausencia de llamada de socorro por parte del patrón en apuros, un aviso que hubiera puesto en alerta de inmediato a todos los pesqueros que faenaban por la zona.
El patrón del "Mar da Galega" aseguró, ya en tierra, que los supervivientes "no contaron gran cosa" de las razones del naufragio del "Mar Nosso" y, preguntado sobre su parecer sobre el accidente, se encogió de hombros: "Es bastante inexplicable; la mar estaba calma y, salvo un poco de niebla, el día se presentaba plácido". El marino, patrón de un barco similar al hundido, tampoco daba mucho crédito a la teoría de una posible desestabilización del barco en el momento de izar el aparejo por un exceso de carga en la bolsa donde se almacena el pescado.

Eduardo Pena, que nunca antes se había visto implicado en un naufragio ni en un rescate, expresó sus condolencias por las víctimas, a las que apenas conocía al tener base en otro puerto pero con las que compartía, según resaltó, "el medio de vida".