domingo, 22 de junio de 2014

El hundimiento del 'Agadir'

  • Fue provocado en la Revolución del 34 y dejó a Avilés bloqueada por mar durante días

  • Pronto hará ochenta años de la que es conocida por los libros de historia como la Revolución de Asturias. Una huelga general obrera que en pocas horas derivó en conflictos violentos locales hasta el punto de llegar a ser declarado el estado de guerra en toda Asturias.
    De todos los acontecimientos ocurridos en Avilés durante aquellas jornadas hay uno que destaca en cierta medida y que sin embargo suele ser desconocido para el gran público: el hundimiento del buque 'Agadir' en la bocana de la ría.
    Ante los acontecimientos que tomaron lugar a partir del domingo, día 5 de octubre de 1934, el gobierno decide el envío de tropas para reprimir la rebelión. De esta forma, a los revolucionarios les llega la información de que uno de los puntos elegidos para el desembarco es el puerto de Avilés, por lo que se toma la decisión de bloquear la ría para impedirlo.
    Para ello eligen un barco, el 'Agadir', cuyo armador es la Cía. de Gas y Electricidad, de Barcelona, que había llegado al puerto el 30 de septiembre. Su eslora medía 51,37 metros, 7,75 de manga, 3,15 de puntal y su calado llegaba hasta los 3,37 metros. Su carga era de 685 toneladas, si bien en el momento en que los revolucionarios se hicieron con él contenía 300 toneladas de carbón.
  • El 'Agadir' fue situado a la entrada de la ría, justo en el punto donde algo más de dos décadas antes, otro barco, el 'Cabo de Palos', había naufragado a la altura de las rocas llamadas de La Rechalda. Para intentar hundirlo en dicho lugar, los revolucionarios primero abrieron los grifos del fondo, pero debido a que el proceso resultaba demasiado lento, al final optaron por hacer explotar la dinamita en la bodega. La explosión abrió una brecha en un costado del barco que lo hundió y consiguió dejar la ría de Avilés bloqueada. Sin embargo, después de haber tomado esta medida extrema, las tropas enviadas por el gobierno no llegarían por mar, sino que al día siguiente por la tarde, desde Piedras Blancas, el ejército entraría en Avilés y empezaría a tomar la ciudad, acción que se prolongó durante varios días.
    Cuando la rebelión está prácticamente sofocada, y ante el todavía estado de bloqueo de la ría, se decide retirar el 'Agadir'. Primero se intenta sacarlo a la superficie con grandes flotadores, pero el barco está progresivamente hundiéndose en los bajos de las arenas y se decide volarlo por partes.
    Poco a poco la ría consigue ir abriendo el tráfico. El día 25, barcos de poco tonelaje consiguen ya salir del puerto. Unos días más tarde lo harán barcos de mayor envergadura. Los trabajos continuarán durante semanas hasta que el tráfico portuario fue normalizado.
    En la extracción del 'Agadir' se emplearon 2.750 kilos de dinamita. El presupuesto total de gastos de esta operación ascendió a 50.000 pesetas, si bien la venta de los restos consigue que la Junta del Puerto recupere en parte el dinero gastado.
    Sin embargo, aún quedaría un pequeño capítulo por escribir del 'Agadir'. En los años sesenta todavía hay pequeños restos del buque siniestrado, junto a otros de distintos barcos que a lo largo de la historia habían quedado en los fondos de la ría y alrededores. La venta de hierro es un gran negocio en aquella época y una empresa de desguaces submarinos, cuyo propietario es el mítico 'Peltop', aún tendrá la oportunidad de extraer los últimos restos del 'Agadir'. Con ello, concluye la historia de un barco construido en 1919 en los Astilleros de Cádiz y que terminaría sus días en la ría, tras varias explosiones provocadas: algunas para hundirlo y otras para desguazarlo y sacarlo por partes de las aguas de Avilés.

El hundimiento del 'Agadir'

  • Fue provocado en la Revolución del 34 y dejó a Avilés bloqueada por mar durante días

21 junio 2014


Pronto hará ochenta años de la que es conocida por los libros de historia como la Revolución de Asturias. Una huelga general obrera que en pocas horas derivó en conflictos violentos locales hasta el punto de llegar a ser declarado el estado de guerra en toda Asturias.
De todos los acontecimientos ocurridos en Avilés durante aquellas jornadas hay uno que destaca en cierta medida y que sin embargo suele ser desconocido para el gran público: el hundimiento del buque 'Agadir' en la bocana de la ría.
Ante los acontecimientos que tomaron lugar a partir del domingo, día 5 de octubre de 1934, el gobierno decide el envío de tropas para reprimir la rebelión. De esta forma, a los revolucionarios les llega la información de que uno de los puntos elegidos para el desembarco es el puerto de Avilés, por lo que se toma la decisión de bloquear la ría para impedirlo.
Para ello eligen un barco, el 'Agadir', cuyo armador es la Cía. de Gas y Electricidad, de Barcelona, que había llegado al puerto el 30 de septiembre. Su eslora medía 51,37 metros, 7,75 de manga, 3,15 de puntal y su calado llegaba hasta los 3,37 metros. Su carga era de 685 toneladas, si bien en el momento en que los revolucionarios se hicieron con él contenía 300 toneladas de 
Cuando la rebelión está prácticamente sofocada, y ante el todavía estado de bloqueo de la ría, se decide retirar el 'Agadir'. Primero se intenta sacarlo a la superficie con grandes flotadores, pero el barco está progresivamente hundiéndose en los bajos de las arenas y se decide volarlo por partes.
Poco a poco la ría consigue ir abriendo el tráfico. El día 25, barcos de poco tonelaje consiguen ya salir del puerto. Unos días más tarde lo harán barcos de mayor envergadura. Los trabajos continuarán durante semanas hasta que el tráfico portuario fue normalizado.
En la extracción del 'Agadir' se emplearon 2.750 kilos de dinamita. El presupuesto total de gastos de esta operación ascendió a 50.000 pesetas, si bien la venta de los restos consigue que la Junta del Puerto recupere en parte el dinero gastado.
Sin embargo, aún quedaría un pequeño capítulo por escribir del 'Agadir'. En los años sesenta todavía hay pequeños restos del buque siniestrado, junto a otros de distintos barcos que a lo largo de la historia habían quedado en los fondos de la ría y alrededores. La venta de hierro es un gran negocio en aquella época y una empresa de desguaces submarinos, cuyo propietario es el mítico 'Peltop', aún tendrá la oportunidad de extraer los últimos restos del 'Agadir'. Con ello, concluye la historia de un barco construido en 1919 en los Astilleros de Cádiz y que terminaría sus días en la ría, tras varias explosiones provocadas: algunas para hundirlo y otras para desguazarlo y sacarlo por partes de las aguas de Avilés.

lunes, 9 de junio de 2014

Según sales por la Ría de Aviles y a mano derecha

Archivado en (Los episodios avilesinos) por albertodelrio el 08-06-2014

Para leer este episodio no hace falta tener barca o embarcarse. Solo ponerse en el punto de vista de un navegante, mediante un sencillo ejercicio de  memoria visual o una foto aérea, y saber (cosa difícil para algunos) donde está la derecha y donde la izquierda. Mojándose, también se puede hacer.
Por tanto, según sales navegando, o nadando, por la Ría de Avilés hacia el Océano Atlántico, hay que saber que a tu izquierda (margen izquierda de la Ría) siempre estuvo todo, desde los tiempos de Maricastaña y hasta el siglo XIX, en Avilés. Es decir: la villa a la que la Historia regó con monumentales edificios y singulares calles atechadas, luego el pueblo marinero de Sabugo, más allá el castillo de Gauzón –cuna del símbolo de Asturias–  y mucho más allá, la mina de Arnao, que aparte de ser submarina, fue la madre de todas las minas, antes de que existiesen el mismísimo Pozo María Luisa y la mina La Camocha, donde inventaron Comisiones Obreras.
En todo ese tiempo, la mar de siglos, la orilla de la derecha fue ignorada como si no hubiese pintado nada. Tanto es así, que el primer puente sólido que las unió fue el de San Sebastian, en el siglo XVI, cuando teníamos el agua en casa porque el puerto estaba entre lo que hoy conocemos como calle La Muralla y parque El Muelle.
Pero la margen derecha es mucho más. En los últimos tiempos ha tomado el relevo en la cosa del magnetismo industrial, milagro tan propio de la Ría avilesina y que a lo largo de la historia se mostró y demostró solamente en la margen izquierda, donde se asienta la ciudad, al borde del mar –pero separada por unos metros, que son un mundo que discurre entre tres semáforos, más dos vías terrestres y otras dos de ferrocarril– en la carretera de San Juan (oficialmente Avenida Conde Guadalhorce), hoy adornada con un sensacional paseo marítimo y donde están instalados los muelles deportivo, pesquero y finalmente el industrial de Raíces, en San Juan.zzzzzzzzzz AVILES AEREO siglo XXI 300x212 Según sales por la Ría de Aviles y a mano derecha
La margen derecha, en la zona más próxima a la ciudad fue, desde que se tiene memoria, una llanura húmeda que almacenaba ciénagas insalubres, que fueron saneadas y reconvertidas en fincas de labor y praderías llamadas Las Huelgas, nombre que no es casual pues, como se sabe una, de las acepciones del término huelga es el de terreno de cultivo especialmente fértil. Y eso ocurrió en el siglo XIX.
En aquellos terrenos fértiles se asentó, a mitad del siglo XX, una buena parte de la factoría de ENSIDESA, construyéndose nuevos muelles para la actividad industrial, hoy ampliados, en el centro del estuario, que de tan nuevos creo que no están ni bautizados (pues se les viene llamando, indistintamente, Las Canteras, El Estrellín y Valliniello) cuando se tiene, a punto de caramelo, la recuperación de topónimo tan singular, universal e histórico como San Balandrán, amparándose en la proximidad de la desaparecida isla y también la recordada playa denominadas con el nombre del navegante santo irlandés.
A la defunción de ENSIDESA correspondió un luto riguroso de tráfico marítimo siderúrgico en la dársena de San Agustín. La ausencia de embarcaciones de/con productos industriales está siendo solventada, en parte, en los muelles de la margen izquierda con el nuevo puerto deportivo y en la margen derecha, con el nuevo muelle Sur, contiguo al nuevo complejo cultural internacional Oscar Niemeyer, y que se ha convertido en zona de atraque –jardín japonés incluido– de los cruceros internacionales que visitan la ciudad.
El Niemeyer, avanzadilla de la margen derecha, está a seis minutos, andando, del Parche (Plaza de España). Este centro cultural es un invento, magnífico, del siglo XXI.MargenDcha ES5286 300x155 Según sales por la Ría de Aviles y a mano derecha
Como invento, y éste toponímico, de siglo anterior fue el del pueblo de Zeluán, situado a continuación del muelle de aquella ENDASA que hoy es ALCOA  y de la naufragada, por contaminación aguda, playa de San Balandrán. En Zeluán –un episodio aparte– confluyen la maravillosa ensenada de Llodero (declarada Monumento Natural) y la charca de Zeluán, parada y fonda de multitud de aves en sus desplazamientos intercontinentales.
A la ensenada también da el ‘Pabellón de verano’ de la familia Maqua, hoy despellejado por el abandono y camuflado en un bosque. Precisamente cuando los Maqua mandaron construir, en el siglo XIX, un malecón al lado de esta residencia, uno de los obreros (antiguo combatiente en la guerra de Marruecos) que cargaban vagonetas con tierra para al dique y al que –por lo que se ve– la obra le recordaba su estancia militar en la población de Zeluán (al sur de Melilla) comentaba, siempre que soltaba cada vagoneta con material para la obra: «¡Ahí va tierra para Zeluán!» Y tal nombre africano le quedó a este paraje de la Ría avilesina. Esto lo tiene contado Ricardo García Iglesias, oficial de la Armada española, nacido en esta margen derecha del estuario y la persona –a mí entender– que atesora más conocimientos generales sobre la Ría.
Por esta zona bendecida por la naturaleza, mira tú que cosas, está la estación central del colector industrial del saneamiento de Avilés.22.segun sales NIEVA 300x163 Según sales por la Ría de Aviles y a mano derecha
Pero donde no hay paradoja que valga es en el anclaje –lógico a rabiar– de los astilleros que, dale que te pego, siguen productivos al lado de San Juan de Nieva, el de la margen derecha, el antiguo, el San Juan de te lo juro por mi madre. Porque el de la otra margen, hoy pobre de población y millonario en contaminación, nació en el siglo XIX cuando se construyó el puerto industrial.
Y con el San Juan primigenio ya nos metemos de lleno en la fabulosa península de Nieva –otro episodio aparte– lugar mágico donde los haya, tanto en Asturias como en el norte de España.
Se suceden las maravillas en Nieva, la antigua Noega, donde al mar quebrado en curva le dicen ‘Pachico’, o aquel primer hotel ‘La Rosa’, de película (tal que ‘El Gatopardo’ de Visconti) y los primeros baños públicos de Avilés, o esa Peña del Caballo, que no es una peña cualquiera, y luego la fuente del Emballo, el Arañón y el Faro, donde hasta Woody Allen –el músico de Manhattan– estuvo filmando.
Aquí en esta península mítica de Nieva, donde está enclavado el Faro –al que casi todos decimos de San Juan por justicia geográfica, pero cuyo nombre oficial es Faro de Avilés– tiene la histórica Villa su Finisterre.
Fin de la tierra de Avilés, sí. Pero también umbral, si se viene de la mar salada. Que todo depende del punto de vista, como decía al principio, del navegante o del bañista.

viernes, 6 de junio de 2014

Un avilesino de 20 años muere al caer por un acantilado junto a la ría de Avilés

Guillermo Menéndez, que se precipitó desde más de 25 metros, acabó entre las rocas ante la impotencia de dos amigos con los que pasaba la tarde

06.06.2014 | 04:34

Un paseo de tres jóvenes por los acantilados cercanos a la ría de Avilés acabó ayer en tragedia. El avilesino Guillermo Menéndez Prado, de 20 años y exalumno del Colegio Paula Frassinetti, perdió la vida a media tarde al despeñarse, por causas que aún se investigan, por un acantilado de unos treinta metros de altura conocido por los pescadores como la "Coveta", muy próximo al faro de Avilés. Guille, como era conocido por sus allegados, se encontraba en la zona con dos amigos que presenciaron el desafortunado accidente. El cuerpo acabó en un pedrero de complicado acceso y para recuperarlo fue necesaria la intervención del helicóptero del 112 Asturias. Al cierre de esta edición, las condolencias a los familiares de Menéndez Prado comenzaban a circular por la red. Entre ellas, las del club Rayo Villalegre, donde el chaval practicaba una de sus pasiones, el fútbol sala. El club ha perdido a su querido número 8.
El centro de coordinación de Emergencias recibió una llamada a las 18.21 horas en la que se alertaba de que una persona había caído por un desnivel de más de quince metros sobre las peñas, en las inmediaciones del faro de Avilés, en el término municipal de Gozón. La sala del 112 movilizó de inmediato al helicóptero medicalizado y al grupo de rescate, del que forma parte un médico rescatador. Un bombero y un facultativo consiguieron acceder al pedrero desde la aeronave y confirmaron que el joven estaba muerto.
El equipo consiguió recuperar el cuerpo de Guillermo Menéndez Prado después de una hora de trabajo y lo trasladó a las inmediaciones del faro, donde la Guardia Civil se hizo cargo del cadáver. Hasta el lugar del accidente se desplazaron también agentes de la Policía Local y Portuaria que cortaron el acceso a la zona. Los policías atendieron a los dos amigos del fallecido, que ofrecieron su versión de lo sucedido para determinar las causas del siniestro. Según fuentes próximas a la investigación, los tres jóvenes se encontraban pasando la tarde por la zona, divirtiéndose en el borde del acantilado. Pero el juego terminó en tragedia, según las primeras hipótesis.
Menéndez Prado frenó su caída en un terraplén a unos metros del agua, cuando la marea estaba subiendo. Una vez recuperado el cuerpo, hasta el faro de Avilés se desplazaron una forense y el responsable del Juzgado de guardia, que ordenó el levantamiento del cadáver en torno a las nueve de la noche. El cuerpo sin vida del joven avilesino fue trasladado al tanatorio de Luanco (Gozón) y está previsto que hoy se le realice la autopsia en el Instituto de Medicina Legal de Oviedo.

Guille era un apasionado del fútbol. Algunos de sus conocidos relataban ayer que de niño se dejaba los playeros de tanto pelotazo en la pista de La Exposición. Y seguía disfrutando de su pasión futbolística hasta ayer mismo, cuando un accidente se lo llevó de forma prematura. "El Rayo Villalegre y todos los que lo componemos no podemos sentirnos más tristes por tan sensible pérdida ante el fallecimiento en un desafortunado accidente de nuestro jugador del Regional sala y número 8 Guille", recogía a última hora de ayer el perfil de Facebook del club, conmocionado por la trágica y prematura muerte de su futbolista.