El arqueólogo Iván Muñiz localiza en un anticuario un grabado de la revista «Le Mond Illustré» con la única imagen de la visita de la reina al pozo castrillonense en 1858
Piedras Blancas,
Inés MONTES
La mina de Arnao es un pozo de datos para la historia española del siglo XIX. La visita que realizó a la mina la reina de España Isabel II acompañada de su esposo el infante Francisco de Asís de Borbón, el 24 de agosto de 1858 quedó inmortalizada en un grabado de la revista francesa «Le Monde Illustré» que publicó en la portada del número publicado el 25 de septiembre de 1858. El grabado acaba de ser localizado 154 años después por el arqueólogo castrillonense Iván Muñiz en una tienda de antigüedades de Valladolid.
«El grabado es muy importante ya que se trata de la única imagen que hay de la visita de la reina Isabel II y su esposo a la mina de Arnao. La Real Compañía Asturiana de Minas (RCAM) tiene un busto de la reina conmemorativo de la visita, así como una placa, pero no hay imágenes», señaló Iván Muñiz. «La visita la conocemos por los escritos y crónicas de la época que hay muchas, pero no por imágenes. Por eso el grabado tiene tanta importancia, además en la imagen Isabel II aparece con su marido, el director de la RCAM Jules Hauzeur y todo el séquito que la acompañaba en la visita histórica que hizo a Asturias en agosto de 1858», dijo.
Iván Muñiz, codirector junto con Alejandro García de las excavaciones arqueológicas en el castillo de Gauzón, encontró el grabado por casualidad. «Estaba en una tienda de antigüedades de Valladolid buscando documentos sobre otro asunto y fue cuando lo vi. Consideré inmediatamente que era un documento importante y lo compré», manifestó.
El arqueólogo presentó el documento esta semana a la alcaldesa de Castrillón, Ángela Vallina en una reunión en la que participaron también la concejala de Hacienda y Patrimonio, Yasmina Triguero, y el ingeniero Guillermo Laine, gerente de la empresa Sadim del grupo Hunosa que acometió las obras de rehabilitación de la mina de Arnao.
«Tengo la intención de ceder el documento para que se exponga en el museo de la mina de Arnao. Creo que la importancia del grabado lo requiere», indicó Iván Muñiz. «El grabado de la publicación francesa está firmado por Henry Duff Linton (1816-1899), que fue un grabador inglés que desarrolló sus obras en Europa y también en Estados Unidos», explicó.
La importancia que la publicación gala «Le Monde Illustré» dio a la visita de la Reina a la mina de Arnao se debió a que se trataba de una empresa de capital belga y, además las relaciones entre los promotores de la mina y la monarquía datan del principio de la puesta en marcha de la extracción. Los promotores de la mina fueron los belgas Nicolás Maximilien Lesoinne y su hijo Adolphe Lesoinne. En noviembre de 1833, la reina regente María Cristina, madre de Isabel II, firmó una real orden por la que otorgaba a los Lesoinne y a sus socios españoles José María Ferrer y Felipe Riera la denominación de Real Compañía Asturiana de Minas de Carbón, así como el privilegio de hacer figurar el escudo de armas en la empresa.
Isabel II recorrió Asturias durante todo el mes de agosto, 15 años después de que se madre firmara la concesión real para la mina de Arnao. La joven reina que entonces contaba con 28 años, no quiso perderse la experiencia de bajar a una mina, además se trataba del primer pozo submarino de Asturias. Isabel II y el rey consorte había pernoctado en Avilés. Cuando llegaron a Arnao nadie del séquito esperaba que la reina decidiera descender por la caña del pozo hasta las entrañas mineras, pero así fue. Isabel II, según cuentan las crónicas de la época, desoyó los consejos de los técnicos que la acompañaban, que pretendían realizar un reconocimiento del terreno antes de la visita de la reina, y recorrió más de 200 metros de galerías.
Las visitas regias a la mina de Arnao se sucedieron. Más de 40 años después de la llegada de Isabel II, su nieto el rey Alfonso XIII, también visitó el complejo minero. El rey Juan Carlos, no conoce la mina pero sí Arnao.
Piedras Blancas,
Inés MONTES
La mina de Arnao es un pozo de datos para la historia española del siglo XIX. La visita que realizó a la mina la reina de España Isabel II acompañada de su esposo el infante Francisco de Asís de Borbón, el 24 de agosto de 1858 quedó inmortalizada en un grabado de la revista francesa «Le Monde Illustré» que publicó en la portada del número publicado el 25 de septiembre de 1858. El grabado acaba de ser localizado 154 años después por el arqueólogo castrillonense Iván Muñiz en una tienda de antigüedades de Valladolid.
«El grabado es muy importante ya que se trata de la única imagen que hay de la visita de la reina Isabel II y su esposo a la mina de Arnao. La Real Compañía Asturiana de Minas (RCAM) tiene un busto de la reina conmemorativo de la visita, así como una placa, pero no hay imágenes», señaló Iván Muñiz. «La visita la conocemos por los escritos y crónicas de la época que hay muchas, pero no por imágenes. Por eso el grabado tiene tanta importancia, además en la imagen Isabel II aparece con su marido, el director de la RCAM Jules Hauzeur y todo el séquito que la acompañaba en la visita histórica que hizo a Asturias en agosto de 1858», dijo.
Iván Muñiz, codirector junto con Alejandro García de las excavaciones arqueológicas en el castillo de Gauzón, encontró el grabado por casualidad. «Estaba en una tienda de antigüedades de Valladolid buscando documentos sobre otro asunto y fue cuando lo vi. Consideré inmediatamente que era un documento importante y lo compré», manifestó.
El arqueólogo presentó el documento esta semana a la alcaldesa de Castrillón, Ángela Vallina en una reunión en la que participaron también la concejala de Hacienda y Patrimonio, Yasmina Triguero, y el ingeniero Guillermo Laine, gerente de la empresa Sadim del grupo Hunosa que acometió las obras de rehabilitación de la mina de Arnao.
«Tengo la intención de ceder el documento para que se exponga en el museo de la mina de Arnao. Creo que la importancia del grabado lo requiere», indicó Iván Muñiz. «El grabado de la publicación francesa está firmado por Henry Duff Linton (1816-1899), que fue un grabador inglés que desarrolló sus obras en Europa y también en Estados Unidos», explicó.
La importancia que la publicación gala «Le Monde Illustré» dio a la visita de la Reina a la mina de Arnao se debió a que se trataba de una empresa de capital belga y, además las relaciones entre los promotores de la mina y la monarquía datan del principio de la puesta en marcha de la extracción. Los promotores de la mina fueron los belgas Nicolás Maximilien Lesoinne y su hijo Adolphe Lesoinne. En noviembre de 1833, la reina regente María Cristina, madre de Isabel II, firmó una real orden por la que otorgaba a los Lesoinne y a sus socios españoles José María Ferrer y Felipe Riera la denominación de Real Compañía Asturiana de Minas de Carbón, así como el privilegio de hacer figurar el escudo de armas en la empresa.
Isabel II recorrió Asturias durante todo el mes de agosto, 15 años después de que se madre firmara la concesión real para la mina de Arnao. La joven reina que entonces contaba con 28 años, no quiso perderse la experiencia de bajar a una mina, además se trataba del primer pozo submarino de Asturias. Isabel II y el rey consorte había pernoctado en Avilés. Cuando llegaron a Arnao nadie del séquito esperaba que la reina decidiera descender por la caña del pozo hasta las entrañas mineras, pero así fue. Isabel II, según cuentan las crónicas de la época, desoyó los consejos de los técnicos que la acompañaban, que pretendían realizar un reconocimiento del terreno antes de la visita de la reina, y recorrió más de 200 metros de galerías.
Las visitas regias a la mina de Arnao se sucedieron. Más de 40 años después de la llegada de Isabel II, su nieto el rey Alfonso XIII, también visitó el complejo minero. El rey Juan Carlos, no conoce la mina pero sí Arnao.
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