Cuando Asturias amaneció reino
IVÁN MUÑIZ CODIRECTOR DE LAS EXCAVACIONES EN EL CASTILLO DE GAUZÓN En el año 2007, los primeros resultados de las excavaciones arqueológicas en el castillo de Gauzón revelaron la presencia de una fortaleza anterior al reinado de Alfonso III, con fechas más antiguas de los siglos VII-VIII d.C. Se trataba de un hallazgo que cuestionaba muchas hipótesis sobre el origen de los castillos medievales y el mismo principio de la sociedad medieval asturiana, dado que se situaba en los albores de la fundación del reino de Asturias. Las dataciones de Carbono 14 de la 6ª campaña avalan de forma definitiva la existencia de un asentamiento cuyas fechas podrían adelantarse hasta el siglo VII d.C.
Su importancia es considerable. Esa fase 1 se encuadra en un momento histórico particularmente trascendental, la llamada Antigüedad Tardía (siglos V-VIII d.C.). Es una etapa mal conocida, hasta el punto de que en algunas zonas europeas recibe el nombre de «Edad oscura». En Asturias contábamos con muy pocos datos, sobre todo porque apenas existe documentación escrita y la documentación arqueológica era muy reducida. Algunos investigadores como Francisco Diego Santos ya habían tratado de reunir todos los testimonios disponibles y yacimientos como la villa de Veranes (Gijón) han sido fundamentales, pero en conjunto era muy difícil saber qué había ocurrido en Asturias por entonces. Esto llevó a pensar, a veces, en un sociedad atrasada y aislada, al margen de los sucesos de la época, lo que planteaba muchos problemas para entender los orígenes del reino de Asturias ¿Cómo era posible que un territorio tan enigmático y una sociedad tan pobre fuesen capaces de engendrar una de las grandes potencias políticas de la Península Ibérica en la Alta Edad Media?
El primer asentamiento del Peñón de Raíces, junto a las murallas de La Carisa y La Mesa o la propia villa de Veranes, han obligado a replantearse esa imagen y a revisar todas las pruebas con otros ojos. Diversos indicios se añaden: las fechas del castillo de Peñaferruz (Gijón), los materiales de la necrópolis de Rodiles (Villaviciosa) o las primeras sospechas sobre otras fortificaciones, como ha estudiado José Avelino Gutiérrez. Son certezas, a la luz de esta nueva perspectiva, de una sociedad asturiana que en la Antigüedad Tardía se encontraba en un estado de desarrollo similar al de otras zonas hispanas y europeas. Aún así, en Historia, a una respuesta le sucede otra pregunta ¿Quiénes fueron los constructores del primer asentamiento de Raíces? ¿Quiénes fueron aquellos señores asturianos que sentaron las bases de las jerarquías medievales? De una manera rigurosa sólo podemos decir de ellos que tenían la capacidad económica para levantar edificios de prestigio, manteniendo las formas de construir romanas. Poseían abalorios selectos y se enterraban con esas joyas y con armas, pues sin duda tenían en alto valor la dignidad social, incluso tras la muerte. Por otro lado, su fundación de fortificaciones sobre emplazamientos estratégicos respondía a un interés por dominar el territorio. En definitivas cuentas, con sus actos y su poder estaban preparando los acontecimientos que conducen a Covadonga y a la constitución del reino de Asturias. No es una consecuencia milagrosa ni aislada. Por toda Europa se atisban procesos de este tipo y en espacios periféricos y con numerosos puntos en común con nuestra provincia, como Irlanda o Escocia, otros poderosos estaban procediendo a construir fortificaciones y residencias. Estos grupos sociales iban a formar poco después los primeros reinos.
El castillo de Gauzón todavía puede deparar muchas sorpresas. La localización de la construcción de los siglos VI-VII d.C. en la ladera del Peñón, una zona poco intervenida, aumenta el espacio que puede esconder otros vestigios del pasado. Con ello, paso a paso, la historia de Asturias seguirá escribiéndose.
IVÁN MUÑIZ CODIRECTOR DE LAS EXCAVACIONES EN EL CASTILLO DE GAUZÓN En el año 2007, los primeros resultados de las excavaciones arqueológicas en el castillo de Gauzón revelaron la presencia de una fortaleza anterior al reinado de Alfonso III, con fechas más antiguas de los siglos VII-VIII d.C. Se trataba de un hallazgo que cuestionaba muchas hipótesis sobre el origen de los castillos medievales y el mismo principio de la sociedad medieval asturiana, dado que se situaba en los albores de la fundación del reino de Asturias. Las dataciones de Carbono 14 de la 6ª campaña avalan de forma definitiva la existencia de un asentamiento cuyas fechas podrían adelantarse hasta el siglo VII d.C.
Su importancia es considerable. Esa fase 1 se encuadra en un momento histórico particularmente trascendental, la llamada Antigüedad Tardía (siglos V-VIII d.C.). Es una etapa mal conocida, hasta el punto de que en algunas zonas europeas recibe el nombre de «Edad oscura». En Asturias contábamos con muy pocos datos, sobre todo porque apenas existe documentación escrita y la documentación arqueológica era muy reducida. Algunos investigadores como Francisco Diego Santos ya habían tratado de reunir todos los testimonios disponibles y yacimientos como la villa de Veranes (Gijón) han sido fundamentales, pero en conjunto era muy difícil saber qué había ocurrido en Asturias por entonces. Esto llevó a pensar, a veces, en un sociedad atrasada y aislada, al margen de los sucesos de la época, lo que planteaba muchos problemas para entender los orígenes del reino de Asturias ¿Cómo era posible que un territorio tan enigmático y una sociedad tan pobre fuesen capaces de engendrar una de las grandes potencias políticas de la Península Ibérica en la Alta Edad Media?
El primer asentamiento del Peñón de Raíces, junto a las murallas de La Carisa y La Mesa o la propia villa de Veranes, han obligado a replantearse esa imagen y a revisar todas las pruebas con otros ojos. Diversos indicios se añaden: las fechas del castillo de Peñaferruz (Gijón), los materiales de la necrópolis de Rodiles (Villaviciosa) o las primeras sospechas sobre otras fortificaciones, como ha estudiado José Avelino Gutiérrez. Son certezas, a la luz de esta nueva perspectiva, de una sociedad asturiana que en la Antigüedad Tardía se encontraba en un estado de desarrollo similar al de otras zonas hispanas y europeas. Aún así, en Historia, a una respuesta le sucede otra pregunta ¿Quiénes fueron los constructores del primer asentamiento de Raíces? ¿Quiénes fueron aquellos señores asturianos que sentaron las bases de las jerarquías medievales? De una manera rigurosa sólo podemos decir de ellos que tenían la capacidad económica para levantar edificios de prestigio, manteniendo las formas de construir romanas. Poseían abalorios selectos y se enterraban con esas joyas y con armas, pues sin duda tenían en alto valor la dignidad social, incluso tras la muerte. Por otro lado, su fundación de fortificaciones sobre emplazamientos estratégicos respondía a un interés por dominar el territorio. En definitivas cuentas, con sus actos y su poder estaban preparando los acontecimientos que conducen a Covadonga y a la constitución del reino de Asturias. No es una consecuencia milagrosa ni aislada. Por toda Europa se atisban procesos de este tipo y en espacios periféricos y con numerosos puntos en común con nuestra provincia, como Irlanda o Escocia, otros poderosos estaban procediendo a construir fortificaciones y residencias. Estos grupos sociales iban a formar poco después los primeros reinos.
El castillo de Gauzón todavía puede deparar muchas sorpresas. La localización de la construcción de los siglos VI-VII d.C. en la ladera del Peñón, una zona poco intervenida, aumenta el espacio que puede esconder otros vestigios del pasado. Con ello, paso a paso, la historia de Asturias seguirá escribiéndose.