De menos de un metro de longitud, es el cuarto cadáver de esta especie que se localiza en los últimos días en el litoral asturiano
- J. F. G. | BAYAS.
Un pequeño tiburón, de menos de un metro de longitud, apareció muerto a media mañana de ayer sobre la arena de la playa de Bayas. Se trataba de un tiburón azul o tintorera, una de las especies de tiburón más habituales en aguas europeas y la que más se pesca, hasta el punto de que su nombre figura en algunas listas de especies en peligro de extinción.
El cadáver fue localizado por los socorristas, prácticamente las únicas personas que había en la gris mañana de ayer en la playa de Bayas, la más grande de Asturias y una de las más salvajes. Tal y como refleja el protocolo, Salvamento dio aviso a la Coordinadora para el Estudio y Protección de las Especies Marinas, el Cepesma, que se hizo cargo del cadáver.
Es la cuarta tintorera que aparece muerta esta semana en el litoral asturiano. Las necropsias practicadas a las otras tres determinaron que, como se intuía, la causa de la muerte fueron los anzuelos que tenían en el tracto digestivo. Y todo apunta que el localizado ayer en Bayas corrió idéntica suerte. «Entendemos que se tragaron los anzuelos de un palangre y que fueron devueltos al mar después de cortar el nylon», manifestó Luis Laria, presidente del Cepesma.
La tintorera es un pez estilizado y alargado de hocico largo y cónico, y como la mayoría de las especies de tiburón no acostumbra a atacar al hombre, aunque siempre conviene mantener las distancias. En España no consta ningún fallecimiento por ataque de tiburón. A nivel mundial el año pasado se contabilizaron 72 ataques, diez de ellos mortales.
De color azul oscuro, más claro en los lados y vientre blanco, puede alcanzar los cuatro metros de longitud y suele moverse entre los 60 y 300 metros de profundidad, aunque ocasionalmente se acerca a las costas persiguiendo a sus presas. Su favorita es el calamar. La tintorera poco tiene que ver con el peregrino que durante estos días se deja ver por las playas de Valdés. Pese a su tamaño, unos 3,5 metros, el peregrino es absolutamente inofensivo. Solo se alimenta de plancton.
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