El trazado que une los concejos de Soto del Barco y Castrillón permite divisar la isla La Ladrona, entre otros enclaves, y restos de la Guerra Civil
Arnao,
Myriam MANCISIDOR
La Senda Norte que enlaza los concejos de Soto del Barco y Castrillón recoge a cada paso historia y leyendas. El camino, con distintas entradas y salidas, se puede iniciar a los pies del «pozo güelo» de Arnao. El trazado costero avanza siguiendo la línea serpenteante de playas y acantilados. Tras superar el mirador de Las Arribas, la senda topa con la isla de La Ladrona, en Santa María del Mar. Este islote es accesible en marea baja y posee elementos singulares como una galería subterránea en dirección norte-sur, un bufón en su vertiente oeste visible con grandes pleamares o con fuerte marejada y una cueva abovedada de grandes dimensiones. Además, la peña conserva parte del cerramiento de cuando se utilizaba para que pastaran las ovejas.
La Ladrona es también refugio de varias especies de aves marinas entre las que se encuentra el halcón peregrino. Entre la flora existente destaca la berza marina catalogada como «especie vulnerable» en el catálogo regional de Especies Amenazadas de la Flora del Principado. Además, en sus proximidades se encuentra el arrecife devónico de la playa de Arnao. Su nombre tiene detrás una macabra leyenda: la cultura popular acertó en llamar La Ladrona a este islote porque en sus recovecos solían aparecer los cuerpos inertes de los ahogados.
El paseo continua, ahora en descenso. Y los caminantes pueden observar restos de la Guerra Civil. En las proximidades del trazado se alza un nido de ametralladoras construido por republicanos durante la contienda para proteger la playa de Santa María del Mar de los desembarcos. De esta playa la ruta sigue hacia la playa de Bahínas, lo que obliga al senderista a cumplir con un nuevo repecho. De Bahínas a Munielles. La siguiente sorpresa del itinerario: la playa de Bayas, desde donde se puede observa la isla de La Deva catalogada Monumento Natural. El camino se puede ampliar tanto en el concejo castrillonense como en el sotobarquense, llegando incluso a la localidad conocida como El Castillo. La ruta pese a ser conocida como «rompepiernas» por sus desniveles merece la pena como fuente histórica y de leyendas.
Myriam MANCISIDOR
La Senda Norte que enlaza los concejos de Soto del Barco y Castrillón recoge a cada paso historia y leyendas. El camino, con distintas entradas y salidas, se puede iniciar a los pies del «pozo güelo» de Arnao. El trazado costero avanza siguiendo la línea serpenteante de playas y acantilados. Tras superar el mirador de Las Arribas, la senda topa con la isla de La Ladrona, en Santa María del Mar. Este islote es accesible en marea baja y posee elementos singulares como una galería subterránea en dirección norte-sur, un bufón en su vertiente oeste visible con grandes pleamares o con fuerte marejada y una cueva abovedada de grandes dimensiones. Además, la peña conserva parte del cerramiento de cuando se utilizaba para que pastaran las ovejas.
La Ladrona es también refugio de varias especies de aves marinas entre las que se encuentra el halcón peregrino. Entre la flora existente destaca la berza marina catalogada como «especie vulnerable» en el catálogo regional de Especies Amenazadas de la Flora del Principado. Además, en sus proximidades se encuentra el arrecife devónico de la playa de Arnao. Su nombre tiene detrás una macabra leyenda: la cultura popular acertó en llamar La Ladrona a este islote porque en sus recovecos solían aparecer los cuerpos inertes de los ahogados.
El paseo continua, ahora en descenso. Y los caminantes pueden observar restos de la Guerra Civil. En las proximidades del trazado se alza un nido de ametralladoras construido por republicanos durante la contienda para proteger la playa de Santa María del Mar de los desembarcos. De esta playa la ruta sigue hacia la playa de Bahínas, lo que obliga al senderista a cumplir con un nuevo repecho. De Bahínas a Munielles. La siguiente sorpresa del itinerario: la playa de Bayas, desde donde se puede observa la isla de La Deva catalogada Monumento Natural. El camino se puede ampliar tanto en el concejo castrillonense como en el sotobarquense, llegando incluso a la localidad conocida como El Castillo. La ruta pese a ser conocida como «rompepiernas» por sus desniveles merece la pena como fuente histórica y de leyendas.
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