Jess y Kelly Rodriguez, que nacieron en Avilés hace más de un siglo, fueron los primeros y los únicos españoles en jugar de manera profesional en la National Football League (NFL)
Saúl FERNÁNDEZ
Cuando Fabriciano Rodríguez y su hijo Luis Ángel llegaron a los Estados Unidos llevaban 30 dólares en los bolsillos. Los dos avilesinos desembarcaron el 3 de noviembre de 1911 en Nueva York, en la isla de Ellis, al calor de la Estatua de la Libertad. Un funcionario de inmigración anotó entonces en el informe de llegada que los dos hombres procedían de «Astoria» (sic) y que planeaban establecerse en la ciudad de Clarksburg, en el condado de Harrison, en Virginia Occidental; el centro para las nuevas vidas de cientos de avilesinos y castrillonenses que miraron a América del Norte cuando la crisis dio en la línea de flotación de la Real Compañía Asturiana de Minas, en los primeros años del pasado siglo XX.
Sin embargo, la peripecia de Jess y Kelly Rodriguez, los primeros españoles que jugaron en la National Football League (NFL) de Estados Unidos, comenzó unos años antes. Los dos deportistas eran, como Luis Ángel, hijos de Fabriciano Rodríguez López y de Josefa Ávila Suárez, una pareja de mirandinos que se casó en el templo de Santo Domingo el 4 de mayo de 1889. Fabriciano tenía entonces 23 años y su esposa, dos menos. En el padrón avilesino el cabeza de familia figura como jornalero, es decir, trabajador al jornal.
Ventidós años después de la boda, aquel hombre hizo las maletas en su casa de Miranda, bajó al puerto de Avilés y, acompañado por uno de sus diez hijos, tomó un barco con dirección a la ciudad de Liverpool, en el norte del Reino Unido. Allí, padre e hijo, volvieron a embarcar. Este segundo viaje lo realizaron a bordo del buque «Lusitania», un navío que pasaría a la historia unos años después, cuando su hundimiento provocó la entrada de los Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial.
La National Football League (NFL) fue fundada con este nombre en el año 1922. Jess Rodriguez, el sexto hijo de Fabriciano Rodríguez y Josefa Ávila, jugó como tailback (corredor escolta) en 1929 en los Buffalo Bisons, la franquicia de la NFL entonces en la ciudad de Búfalo, en el estado de Nueva York. Su hermano Kelly fue jugador profesional un año después: primero enlos Minneapolis Red Jackets y, posteriormente, en los Frankford Yellow Jackets. Según los datos publicados por la página web de la liga profesional de fútbol americano, la carrera de Kelly Rodriguez fue más destacada que la de su hermano mayor. Jess Rodriguez jugó cinco partidos y en dos salió como titular. Kelly, sin embargo, disputó 15 encuentros: dos con los Minneapolis y los otros 13 con la formación de Filadelfia.
¿Cuántos españoles han jugado en la NFL? Pues sólo dos: Jess y Kelly Rodriguez. ¿Hubo otros jugadores de fútbol americano? Por supuesto que sí. El asturiano, de Carreño, Alfredo Prendes Muñiz practicó este deporte -a mitad de camino entre el fútbol y el rugby- antes que los dos hermanos de Miranda, pero nunca jugó en la liga profesional. Muchos años después el catalán Jesús Angoy estuvo a un paso de fichar por la NFL, pero prefirió jugar en la liga europea. Actualmente, Alejandro Villanueva, de los Navy, está llamando a las puertas de la liga profesional. No se le han abierto todavía porque continúa en el ejército. Villanueva nació en Misisipi, pero se crió en España (su familia se movió de Motril a Zaragoza y de allí a Canarias). Así que los dos avilesinos que cruzaron el Atlántico en busca de un mejor medio de vida tienen, además de la corona de pioneros, la vitola de la exclusividad.
El sacerdote José Manuel Feito; Jeffrey Miller, de la Professional Football Researchers Association, Xosé Francés y Carlos García Rubio colaboraron con LA NUEVA ESPAÑA en la reconstrucción de la aventura de la familia avilesina que dejó Miranda para conquistar los Estados Unidos.
La llegada de Fabriciano Rodríguez y de su hijo mayor Luis Ángel está documentada en el archivo de la isla de Ellis. Al resto de la familia se la encuentra en el condado de Harrison en el momento en que fallecen, en la década de los sesenta del pasado siglo. Asimismo, existe documentación que certifica que tanto Jess como Kelly cursaron estudios superiores. Jess Rodriguez provenía de la Salem State University cuando fichó por los Buffalo Bisons y su hermano pequeño estudió en el West Virginia Wesleyan antes de entrar en los Minneapolis Red Jackets, el primero de los dos equipos en los que militó en la temporada de 1930.
¿Cómo eran los equipos que contrataron a los dos mirandinos? Los Buffalo Bisons de Jess Rodriguez quedaron los décimos en el campeonato (jugaron doce formaciones). Los Frankford Yellow Jackets, la segunda de las formaciones de Kelly Rodriguez, tuvieron un buen año en 1930. El mejor había sido 1926, cuando terminaron los primeros en la liga. ¿Qué dijo la prensa? Jeffrey Miller ha estudiado la historia de la franquicia de la NFL en la ciudad de Búfalo. Facilitó a este periódico recortes de prensa que menciona el juego de Jess Rodriguez en los Bisons en la temporada de 1929. Sin embargo, el cronista deportivo localiza el origen del tailback avilesino en Portugal.
Los Rodriguez, encabezados por Fabriciano, el patriarca, buscaron su futuro en los Estados Unidos. Dejaron Miranda en unos años de crisis económica descomunal. El movimiento obrero era incipiente en la comarca: la Real Compañía Asturiana de Minas fundía cinc en su factoría de Arnao y la mina de carbón a orillas del mar produjo mineral hasta 1915. Los Rodríguez marcharon en dirección al condado de Harrison y contribuyeron a fundar una colonia tan asturiana como las de la región. Los avilesinos hicieron las maletas en pos de la prosperidad que entonces vivía al otro lado del Atlántico. La Graselli Chemical Company abrió sus puertas a los trabajadores asturianos. ¿Fabriciano entre ellos? Es más que posible. Viajó junto a su hijo mayor. ¿A quién dejó en su casa de Miranda? A una familia extensa compuesta por Adela, Sabina Concepción, Edelmiro, Florentina, Ángel Jesús (Jess), José Eloy, Aquilino Fabriciano (Kelly), Palmira Luisa y María Amor. Esta última era un bebé de dos meses cuando Fabriciano y Luis Ángel alcanzaron las costas de Nueva York.
Jess Rodriguez falleció en 1983. Había regresado al condado de Harrison. En los años setenta se dejó fotografiar cuando entrenaba a un niño de Clarksburg. Aquel niño andando el tiempo sería el actual entrenador del equipo de la Florida State University: Jimbo Fisher.
Los dos españoles que dejaron Avilés contribuyeron al crecimiento de la National Football League, que organiza el mayor espectáculo deportivo del mundo, el que más recauda. Y todo comenzó con 30 dólares, en la cola del funcionario de inmigración que conoció a un padre y a un hijo que acababan de llegar de «Astoria».
Saúl FERNÁNDEZ
Cuando Fabriciano Rodríguez y su hijo Luis Ángel llegaron a los Estados Unidos llevaban 30 dólares en los bolsillos. Los dos avilesinos desembarcaron el 3 de noviembre de 1911 en Nueva York, en la isla de Ellis, al calor de la Estatua de la Libertad. Un funcionario de inmigración anotó entonces en el informe de llegada que los dos hombres procedían de «Astoria» (sic) y que planeaban establecerse en la ciudad de Clarksburg, en el condado de Harrison, en Virginia Occidental; el centro para las nuevas vidas de cientos de avilesinos y castrillonenses que miraron a América del Norte cuando la crisis dio en la línea de flotación de la Real Compañía Asturiana de Minas, en los primeros años del pasado siglo XX.
Sin embargo, la peripecia de Jess y Kelly Rodriguez, los primeros españoles que jugaron en la National Football League (NFL) de Estados Unidos, comenzó unos años antes. Los dos deportistas eran, como Luis Ángel, hijos de Fabriciano Rodríguez López y de Josefa Ávila Suárez, una pareja de mirandinos que se casó en el templo de Santo Domingo el 4 de mayo de 1889. Fabriciano tenía entonces 23 años y su esposa, dos menos. En el padrón avilesino el cabeza de familia figura como jornalero, es decir, trabajador al jornal.
Ventidós años después de la boda, aquel hombre hizo las maletas en su casa de Miranda, bajó al puerto de Avilés y, acompañado por uno de sus diez hijos, tomó un barco con dirección a la ciudad de Liverpool, en el norte del Reino Unido. Allí, padre e hijo, volvieron a embarcar. Este segundo viaje lo realizaron a bordo del buque «Lusitania», un navío que pasaría a la historia unos años después, cuando su hundimiento provocó la entrada de los Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial.
La National Football League (NFL) fue fundada con este nombre en el año 1922. Jess Rodriguez, el sexto hijo de Fabriciano Rodríguez y Josefa Ávila, jugó como tailback (corredor escolta) en 1929 en los Buffalo Bisons, la franquicia de la NFL entonces en la ciudad de Búfalo, en el estado de Nueva York. Su hermano Kelly fue jugador profesional un año después: primero enlos Minneapolis Red Jackets y, posteriormente, en los Frankford Yellow Jackets. Según los datos publicados por la página web de la liga profesional de fútbol americano, la carrera de Kelly Rodriguez fue más destacada que la de su hermano mayor. Jess Rodriguez jugó cinco partidos y en dos salió como titular. Kelly, sin embargo, disputó 15 encuentros: dos con los Minneapolis y los otros 13 con la formación de Filadelfia.
¿Cuántos españoles han jugado en la NFL? Pues sólo dos: Jess y Kelly Rodriguez. ¿Hubo otros jugadores de fútbol americano? Por supuesto que sí. El asturiano, de Carreño, Alfredo Prendes Muñiz practicó este deporte -a mitad de camino entre el fútbol y el rugby- antes que los dos hermanos de Miranda, pero nunca jugó en la liga profesional. Muchos años después el catalán Jesús Angoy estuvo a un paso de fichar por la NFL, pero prefirió jugar en la liga europea. Actualmente, Alejandro Villanueva, de los Navy, está llamando a las puertas de la liga profesional. No se le han abierto todavía porque continúa en el ejército. Villanueva nació en Misisipi, pero se crió en España (su familia se movió de Motril a Zaragoza y de allí a Canarias). Así que los dos avilesinos que cruzaron el Atlántico en busca de un mejor medio de vida tienen, además de la corona de pioneros, la vitola de la exclusividad.
El sacerdote José Manuel Feito; Jeffrey Miller, de la Professional Football Researchers Association, Xosé Francés y Carlos García Rubio colaboraron con LA NUEVA ESPAÑA en la reconstrucción de la aventura de la familia avilesina que dejó Miranda para conquistar los Estados Unidos.
La llegada de Fabriciano Rodríguez y de su hijo mayor Luis Ángel está documentada en el archivo de la isla de Ellis. Al resto de la familia se la encuentra en el condado de Harrison en el momento en que fallecen, en la década de los sesenta del pasado siglo. Asimismo, existe documentación que certifica que tanto Jess como Kelly cursaron estudios superiores. Jess Rodriguez provenía de la Salem State University cuando fichó por los Buffalo Bisons y su hermano pequeño estudió en el West Virginia Wesleyan antes de entrar en los Minneapolis Red Jackets, el primero de los dos equipos en los que militó en la temporada de 1930.
¿Cómo eran los equipos que contrataron a los dos mirandinos? Los Buffalo Bisons de Jess Rodriguez quedaron los décimos en el campeonato (jugaron doce formaciones). Los Frankford Yellow Jackets, la segunda de las formaciones de Kelly Rodriguez, tuvieron un buen año en 1930. El mejor había sido 1926, cuando terminaron los primeros en la liga. ¿Qué dijo la prensa? Jeffrey Miller ha estudiado la historia de la franquicia de la NFL en la ciudad de Búfalo. Facilitó a este periódico recortes de prensa que menciona el juego de Jess Rodriguez en los Bisons en la temporada de 1929. Sin embargo, el cronista deportivo localiza el origen del tailback avilesino en Portugal.
Los Rodriguez, encabezados por Fabriciano, el patriarca, buscaron su futuro en los Estados Unidos. Dejaron Miranda en unos años de crisis económica descomunal. El movimiento obrero era incipiente en la comarca: la Real Compañía Asturiana de Minas fundía cinc en su factoría de Arnao y la mina de carbón a orillas del mar produjo mineral hasta 1915. Los Rodríguez marcharon en dirección al condado de Harrison y contribuyeron a fundar una colonia tan asturiana como las de la región. Los avilesinos hicieron las maletas en pos de la prosperidad que entonces vivía al otro lado del Atlántico. La Graselli Chemical Company abrió sus puertas a los trabajadores asturianos. ¿Fabriciano entre ellos? Es más que posible. Viajó junto a su hijo mayor. ¿A quién dejó en su casa de Miranda? A una familia extensa compuesta por Adela, Sabina Concepción, Edelmiro, Florentina, Ángel Jesús (Jess), José Eloy, Aquilino Fabriciano (Kelly), Palmira Luisa y María Amor. Esta última era un bebé de dos meses cuando Fabriciano y Luis Ángel alcanzaron las costas de Nueva York.
Jess Rodriguez falleció en 1983. Había regresado al condado de Harrison. En los años setenta se dejó fotografiar cuando entrenaba a un niño de Clarksburg. Aquel niño andando el tiempo sería el actual entrenador del equipo de la Florida State University: Jimbo Fisher.
Los dos españoles que dejaron Avilés contribuyeron al crecimiento de la National Football League, que organiza el mayor espectáculo deportivo del mundo, el que más recauda. Y todo comenzó con 30 dólares, en la cola del funcionario de inmigración que conoció a un padre y a un hijo que acababan de llegar de «Astoria».
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