A la espera de que se publiquen los últimos resultados de las pruebas realizadas el año pasado con Carbono 14 y una vez confirmada la correspondiente dotación presupuestaria, 135.000 euros con cargo al presupuesto municipal, el equipo de arqueólogos que trabaja en el yacimiento del Peñón de Raíces prepara la que será la sexta temporada de excavaciones. Se convierte así en la única inversión que cuenta con presupuesto hasta el momento este año.
Según Iván Muñiz, codirector junto con Alejandro Rodríguez del programa, «el objetivo será consolidar lo conseguido hasta la fecha», que no es poco. El trabajo de los arqueólogos ha permitido arrojar luz sobre una remota época envuelta en las tinieblas de la historia. Las pruebas ya realizadas con el Carbono 14 han constatado que ya en el siglo VII, es decir, antes de la Batalla de Covadonga (722), en lo alto del Peñón de Raíces se levantaba una fortificación defensiva, una atalaya que además de controlar la navegación costera, representaba un símbolo de poder.
«En él se emplearon los mejores medios disponibles en la época, las mejores técnicas constructivas y lo mejores materiales, lo que significa que además de su función militar, el rey quería hacer ostentación de la categoría económica, social y política que había alcanzado el Reino de Asturias, que no tenía nada que envidiar a otros», manifiesta Iván Muñiz.
Las excavaciones han permitido recuperar la planta de la fortaleza y de dos de sus estancias, una habitación regia, con firme de mortero, al uso romano, y un baño contiguo, con estanque, aljibe y desagüe. Según Muñiz, todo indica que allí se alojaba Alfonso III El Magno, rey de Asturias desde el 866 hasta poco antes de su fallecimiento, en 910. «Las crónicas medievales ya apuntan que se trataba del castillo más importante de Asturias, de un símbolo», destaca el arqueólogo, que no duda de que fue allí, en Raíces, donde en el año 908, en los estertores del reinado de Alfonso III, se forjó la Cruz de la Victoria. «Lo dice la propia cruz en su reverso», aclara.
El equipo ha recuperado los restos de una fragua, de un tablero de juego que habría utilizado la tropa para matar el tiempo y unas ocho mil piezas cerámicas, de hierro y hasta de vidrio.
También ha sacado a la luz materiales y vestigios de construcciones fechadas entre los siglos VII y XIV situadas en la zona baja del Peñón, procedentes, posiblemente, de una aldea extramuros. Sus habitantes nada tendrían que ver con la realeza, sino con las capas más humildes de la sociedad del alto medievo.
Los resultados de las últimas pruebas de Carbono 14 podrían retrasar aún más en el tiempo los orígenes del Castillo de Gauzón, hasta la época romana. En cuanto a las próxima campaña, el trabajo de campo comenzará en junio. Además de consolidar y restaurar las estructuras ya recuperadas, el objetivo es dibujar un retrato de la sociedad asturiana de la época, en todos sus estratos.
La recuperación del Castillo de Gauzón es la piedra angular de un proyecto más amplio, la rehabilitación del conjunto histórico de Raíces Viejo, a los pies del peñón. Su elemento más destacado es el Monasterio de La Merced, de origen medieval, rehabilitado en 2006 a raíz del descubrimiento de los restos de la fachada de un antiguo palacio, datado en el siglo XV, y de una serie de enterramientos.
Las obras costaron 399.000 euros y dieron paso al desarrollo del Área de Rehabilitación Integral de Raíces, que permitió la reurbanización del entorno y la restauración de otras edificaciones. Así, se habilitó un Centro de Interpretación con un coste de 452.392 euros, un taller de orfebrería y un albergue de peregrinos con capacidad para dieciséis personas.
Cerrado
Todo continúa cerrado a cal y canto, al igual que sucede con la rehabilitada Mina de Arnao. Ambos proyectos, el de Raíces y el de Arnao, se emprendieron con ánimo de transformarlos en sendos atractivos turísticos de primer orden, capaces de atraer turistas a un concejo que, por otra parte, posee una oferta hotelera muy limitada.
El Ayuntamiento prevé abrir la mina al público el próximo verano, una vez concluidas las obras de adecuación del entorno que se están realizando en la actualidad. En cuanto al enclave de Raíces, «la previsión es que en los próximos tres años el yacimiento tenga sus estructuras restauradas y consolidadas, a fin de proceder a su musealización», según manifestó la concejala de Hacienda y Patrimonio, Yasmina Triguero.
Hasta entonces, el Ayuntamiento baraja la posibilidad de ceder al renovado Museo Arqueológico de Asturias, en Oviedo, algunas de las piezas más importantes que el equipo de arqueólogos ha desenterrado en el Peñón de Raíces.
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