La restauración regional lamenta la marcha de Miguel Ángel Loya, un grande de la hostelería, fallecido ayer tras una grave enfermedad
28.11.2014 | 04:10
Salinas (Castrillón), S. FERNÁNDEZ Una penosa enfermedad pulmonar pudo finalmente con la vida del restaurador Miguel Ángel Loya García, el gerente y maître del conocido restaurante Real Balneario, en la localidad castrillonense de Salinas. Hace pocos días pudo celebrar nuevamente la reválida de su estrella Michelin que certifica la primera categoría de su negocio, uno de los más conocidos del Principado, abierto en el año 1991. Loya tenía 63 años y hace unos pocos meses comenzó a sentir los síntomas de la enfermedad que acabó por rendir sus resistencias. "Se ha ido un buen tipo, el mejor director de sala de la historia de la gastronomía en Asturias", aseguró destrozado el cocinero Marcos Morán, de Casa Gerardo.
Miguel Ángel Loya falleció en el domicilio familiar. La iglesia de Salinas acoge esta tarde a las 16.30 horas el funeral y despedida de uno de los hombres más apreciados de su profesión, el heredero de una familia dedicada a dar de comer en la comarca de Avilés desde hace más de siete décadas.
Miguel Ángel Loya falleció en el domicilio familiar. La iglesia de Salinas acoge esta tarde a las 16.30 horas el funeral y despedida de uno de los hombres más apreciados de su profesión, el heredero de una familia dedicada a dar de comer en la comarca de Avilés desde hace más de siete décadas.
Hace poco más de un año la familia de Miguel Ángel Loya despidió al patriarca: Félix Loya Fernández, que había fallecido el 14 de agosto de 2013. Miguel Loya tomó el bastón de mando de una familia que, según explicó Rafael Anson, el presidente de la Real Academia de la Gastronomía, "supo innovar la cocina tradicional, no quiso quedarse anclada en el pasado". Félix Loya fue el que asentó los cimientos de un edificio que Miguel Ángel Loya contribuyó a embellecer y que ahora ha crecido con nuevos locales bajo la batuta de sus dos hijos Isaac y Javier.
Ymelda Moreno de Arteaga, de la Cofradía de la Buena Mesa, se sentía consternada con la noticia de la muerte del hostelero. "Lo siento muchísimo. Era un gran profesional y también un gran hombre que estaba al frente de una familia ejemplar", aseguró la autora de "Saberes y sabores de ayer y de hoy". Todas las personas consultadas destacan precisamente el trabajo en común llevado a cabo por todos los miembros de los Loya.
Ymelda Moreno de Arteaga, de la Cofradía de la Buena Mesa, se sentía consternada con la noticia de la muerte del hostelero. "Lo siento muchísimo. Era un gran profesional y también un gran hombre que estaba al frente de una familia ejemplar", aseguró la autora de "Saberes y sabores de ayer y de hoy". Todas las personas consultadas destacan precisamente el trabajo en común llevado a cabo por todos los miembros de los Loya.
Juan Rivero, el propietario de Casa Tataguyo, uno de los restaurantes con más historia de la comarca de Avilés, recibió anoche el premio del sector servicios que concede la Cámara de Comercio de Avilés. En el marco de esa gala no pudo más que remarcar su tristeza. "Se ha ido uno de los mejores camareros de Asturias. Sesenta y tres años son pocos años para dejarnos", aseguró Rivero visiblemente afectado por la pérdida de un compañero de profesión y un amigo íntimo.
Hace unas pocas semanas Miguel Ángel Loya fue trasladado al Hospital Universitario Central de Oviedo (HUCA). Los amigos temían que este iba a ser su último viaje, pero Loya logró salvar el cerco al que le tenía sometido la enfermedad. Finalmente, regresó a casa. Junto a su familia dijo su último adiós.
Ahora el restaurante Real Balneario está de luto, el local que se asoma a la playa de Salinas y que encandiló a al maître Miguel Loya hace casi veinte años. La familia de Loya no fue la primera en explotar el local con las mejores vistas posibles, tan buenas que enamoraron al director Woody Allen. Filmó una secuencia de su película asturiana: "Vicky Cristina Barcelona". La filmación de aquel plano montó revuelo en la playa: estaban los actores Javier Bardem y Rebecca Hall frente a frente.
Las celebridades han llenado y llenan un local que es una isla de tranquilidad para los clientes que eligen una cocina en la que sobresalen: Lubina al champán, que creó el patriarca de una familia consternada, o el salmonete a la parrilla con su arroz cremoso. En la cocina de los Loya triunfaron los pescados de primera. Y así fue reconocido en innumerables ocasiones.
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