La comisión de investigación concluye que el siniestro se produjo por una mala planificación de la travesía y el despiste del encargado de la guardia
13.03.2015 | 04:37
E. CAMPO Una "falta de planificación de la travesía" y el despiste de la persona encargada de la guardia de navegación fueron los dos factores que, combinados, desencadenaron hace un año el accidente del pesquero portugués "Santa Ana", en el que fallecieron ocho marinos. Así se desprende del informe que acaba de divulgar la comisión de investigación de accidentes e incidentes marítimos, dependiente del Ministerio de Fomento. La investigación realizada "no aprecia causas técnicas desencadenantes del embarrancamiento". Y sin embargo también hubo fatalidad. Porque los tripulantes del "Cidade de Albufeira" -que salió del puerto a la vez que el "Santa Ana" para pescar juntos xarda- se dieron cuenta de que el rumbo no era el adecuado y de que iba a embarrancar. Llamaron, pero no consiguieron contactar.
Fue concretamente el segundo patrón del "Cidade de Albufeira", que navegaba a babor del "Santa Ana", el que se dio cuenta de que el pesquero portugués iba derecho hacia la rompiente. Intentó contactar con él por varios medios. "Primero llamó con el equipo de radiotelefonía, por el canal 13 de VHF que empleaban como canal de trabajo, sin obtener respuesta". Después, intentando alertarles de la forma que fuera, recurrió al móvil. "Llamó al teléfono del segundo patrón y al teléfono del pesquero, pero la compañía operadora le dio el mensaje de que el teléfono del segundo patrón estaba inoperativo y que el teléfono del buque estaba apagado o fuera de cobertura". Poco después, recoge el informe, el "Cidade de Albufeira" dejó de recibir la señal de identificación automática (AIS) del "Santa Ana", y dio la vuelta ante el temor de que se hubiera producido un accidente. El patrón de este barco, testigo del rumbo erróneo, explicó a preguntas de los investigadores: "No tenía sentido que estando más cerca de la línea de costa no tuvieran cobertura telefónica".
El "apagón" del AIS se produjo a las 5:17 de la madrugada. Y apenas un cuarto de hora después el "Cidade de Albufeira" llamó al Centro de Coordinación de Salvamento de Gijón para informar de que el "Santa Ana" no contestaba a sus llamadas y de que como el rumbo que había tomado iba directo hacia la costa, podría estrellarse, como así fue.
La investigación concluye que las travesías del "Santa Ana" no solían planificarse con antelación, sino que era el encargado de la guardia quien estimaba el rumbo necesario y gobernaba con el piloto automático. Pero no se trazaban los rumbos en las cartas náuticas. Y toda vez que el único superviviente del siniestro se retiró del puente para descansar antes del último cambio de rumbo, no se sabe cómo se determinó ni por qué el encargado de la guardia no comprobó la situación.
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