sábado, 19 de marzo de 2016

Los origenes de Salinas

Los orígenes de Salinas

(ver entrada en CARREÑO BLÁZQUEZ, V.: Real Club Náutico de Salinas. Cien años de historia. Avilés. Ediciones Nieva, 2015, p. 21)

Salinas es una pequeña localidad situada dentro de los límites municipales del Concejo de Castrillón, que desde sus orígenes mantendrá una estrecha vinculación con la próxima y milenaria ciudad de Avilés, a la que debe en gran medida su establecimiento como colonia veraniega primero y su expansión posterior como población. Tal ha sido esta relación entre ambas que históricamente ha llegado a ser reconocida en el ámbito supraregional como la “playa de Avilés”[1].

Pocas son las noticias que tenemos de su pasado más remoto, tan sólo su posible origen medieval si atendemos a la etimología de su nombre y a su proximidad al Castillo de Gauzón. Su nombre tiene relación directa con la obtención de la sal, recurso importante en el espacio geográfico comprendido entre la ría de Avilés y la desembocadura del río Nalón durante la Edad Media. Su complejo sistema dunar podría haber albergado algún establecimiento salinero y más si tenemos en cuenta la existencia documentada desde el siglo X de lugares dedicados a la obtención de este producto en otras parroquias del Concejo como Santa María del Mar, San Román de Naveces o San Félix de Bayas[2]. Atendiendo a esta circunstancia, cabe pensar en su más que probable existencia desde la alta Edad Media y por tanto la posibilidad de algunos asentamientos de población, aunque aislados y escasos, que sobrevivirían al abrigo y servidumbre de los cenobios[3] existentes en la vecina población de Raíces o del importante emplazamiento defensivo del Peñón, donde se ha probado la existencia de una aristocracia residente, al menos desde los tiempos del Reino de Asturias.

Sin embargo, la historia conocida de Salinas es relativamente reciente y habría que situarla en el último cuarto del siglo XIX. Su origen se debe a tres circunstancias principalmente: la actividad de la Real Compañía Asturiana de Minas, el establecimiento de una colonia de veraneantes atraídos por la playa para disfrutar de un ocio saludable y la elección de la Universidad de Oviedo como destino de sus colonias escolares y lugar de descanso veraniego para sus profesores.

Vista general de Salinas desde San Cristóbal a finales del siglo XIX.

Ayer y hoy del teatro en Salinas

Ayer y hoy del teatro en Salinas

VCB - Salinas


 Desde los primeros años de su creación como colonia veraniega, Salinas disfrutará de una gran diversidad de actividades culturales tras las agotadoras jornadas de playa, influencia, probablemente, de algunos destacados profesores del paraninfo asturiano como Adolfo Posada, Aniceto Sela, Adolfo Álvarez-Buylla, Félix Aramburu, Rogelio Jove y Bravo o el propio Leopoldo Alas "Clarín", conocidos como el “Grupo de Oviedo”, que eligieron Salinas como destino veraniego y serán los encargados de dinamizar la vida cultural de los primeros veranos. Estos docentes de nuevas ideas basadas en los principios pedagógicos del krausismo y la Institución Libre de Enseñanza de Giner de los Ríos, tenían como objetivo prioritario acercar la cultura a personas ajenas al ámbito académico y, por supuesto, no perderán la oportunidad de hacer lo propio en sus estancias veraniegas en la localidad.

Entre las muchas actividades de carácter cultural que se realizaban tendrá especial relevancia su afición por el teatro, que era compartida por un nutrido grupo de propietarios y visitantes. Durante las temporadas estivales preparaban obras, para ser representadas ante la colonia, de autores destacados del panorama nacional como los hermanos Álvarez Quintero, Linares Rivas, Muñoz Seca o Sebastián Alonso, pero también pequeñas piezas de un único acto escritas ex profeso por alguno de los aficionados que participaban en la puesta en escena. Los actores eran los propios veraneantes, dirigidos a su vez por miembros de la colonia, que además se encargaban del atrezzo y la construcción ad hoc de los escenarios, pues en los inicios estas representaciones tenían lugar en algún paraje natural del entorno o en el pinar de doña Teodora Carvajal, hasta que años más tarde se construya el Cine Ideal, escenario que tomará el relevo a los campos y pinares.

Interior del desaparecido Cine Ideal. En este escenario se representarán numerosas obras teatrales interpretadas por los miembros de la colonia veraniega.

Las representaciones eran el entretenimiento de un buen número de aficionados que dedicaban muchas horas al ensayo y puesta en escena, pero también era la distracción de un público entregado que disfrutará viendo a la juventud emulando a María Guerrero o Ricardo Calvo, grandes actores de la escena nacional de la época. Tenían casi siempre un carácter benéfico y se utilizaban como reclamo para recaudar fondos con los que financiar obras importantes para la colonia como la construcción del primer edificio del Club Náutico[1] o el actual templo[2], que reemplazará en su día a la desaparecida capilla del Carmen.

Un grupo de aficionados posando tras una representación musical benéfica (1927).

Esta afición era tal que, para conmemorar la inauguración de su sede social, el Club Náutico organizará un concurso literario costumbrista en bable titulado "Teatro de la Naturaleza", cuyas bases eran publicadas en el diario local "La Voz de Aviles" el 22 de septiembre de 1915 y en el que participarán las plumas más relevantes de las letras asturianas del momento. Un jurado de lujo, formado por escritores reconocidos como Rogelio Jove y Bravo (miembro de la Real Academia de la Historia), Adolfo F. Villaverde (Maestro y Director de las Colonias Escolares de la Universidad de Oviedo), Benito Álvarez-Buylla (Silvio Itálico), David Arias (Ánemos) o Antonio María Valdés (Aneroyde), será el encargado de otorgar el premio a Pachín de Melás con la obra "Na Quintana" y a Eloy F. Caravera (Paquito Candil) con "Rosina", vencedores de este curioso certamen, cuyo mayor premio y recompensa será ver representadas sus obras los días 21 y 22 de agosto de 1916 por actores aficionados de la propia colonia veraniega, entre los que destacamos a Teresita Hernández, Asunción Maradiaga, Jesús G. Ovies, José Torre, Ramón G. López, Celestino Fernández y Eloy Martínez.

     
Obras ganadoras del Concurso literario Teatro de la Naturaleza organizado por Club Náutico en el verano de 1916.

La afición por el teatro pervivirá a lo largo de la historia y muchos serán los que participen de los distintos grupos que han existido en la localidad dedicados a la escena. Algunos de esos jóvenes llegarán a formar parte de compañías de aficionados que recorrerán los teatros asturianos y unos pocos alcanzarán el profesionalismo como Adriano Prieto Mier, un currante de la escena, eterno secundario con una dilatada trayectoria en teatro, cine y televisión, al que deseamos llegue a triunfar algún día como protagonista, ¡talento no le falta!. (Adriano Prieto Mier)

Primera noticia de prensa sobre Salinas

Primera noticia en prensa sobre Salinas

VCB - Salinas

La primera noticia sobre Salinas en prensa escrita, que conozcamos hasta la fecha, data del 21 de enero de 1865. Se trata de un comunicado oficial del Comandante Naval de Gijón, D. José Maldonado y Barrera Caballero, publicado en el Boletín Oficial de la Provincia de Oviedo. La noticia cita la localidad en el contexto de una investigación judicial donde se informa del hallazgo del cadáver de un hombre desconocido "en la playa a doce varas de las aguas del mar, punto llamado de Salinas, parroquia de San Martín de Laspra, Concejo de Castrillón, distrito marítimo de Avilés". (BOPO, 21-I-1865, p.4)

Aunque la noticia no tiene una gran relevancia histórica, por no aportar ningún dato sobre la localidad más allá del desgraciado suceso, sin embargo es importante desde el punto de vista del territorio y su localización, pues ya por entonces se utilizaba la misma denominación y toponimia que en la actualidad.

Portada del Boletín Oficial de la Provincia de Oviedo donde aparece la noticia (21/01/1865)

Hace 130 años Salinas construyo su capilla

Hace 130 años Salinas construyó su capilla

VCB - Salinas

En 1886 algunos miembros de la recién creada colonia veraniega, cansados de subir hasta el templo parroquial localizado en San Martín de Laspra (o de los Pimientos, como se prefiera), decidieron evitar la tremenda cuesta que separa ambas poblaciones y construir un local donde poder celebrar los actos litúrgicos, evitando de este modo el sacrificio del penitencial desplazamiento. Se trataba de dar un paso más hacia la consolidación de Salinas como estación estival, tratando de conseguir la mayor cantidad de servicios y comodidades para los propietarios y visitantes. La iniciativa parte de Javier Aguirre, arquitecto de la Diputación provincial, y Jenaro Alas, ingeniero militar y hermano del universal escritor y docente Leopoldo Alas Clarín. Ambos fueron socios y promotores de las primeras edificaciones[1] de la estación veraniega y junto a Teodora Carvajal, viuda de José Galán y hermana del marqués de Pinar del Río, considerados los pioneros y fundadores de la actual Salinas. 

          
Javier Aguirre                                      Jenaro Alas

El martes 23 de marzo de ese mismo año se replanteaban los cimientos de la capilla que habría de levantarse, umodesto edificio de unos once metros de largo por seis y medio de ancho construido por la empresa Centro de Construcciones de Oviedo, y cuyo montante será sufragado totalmente por una suscripción popular "entre los propietarios de la colonia y algunos concurrentes”[2]. Se edificará en un solar de 270 m2 en la desaparecida Plaza del Carmen, ubicada en un segmento de la actual Calle Ramón y Cajal, unos terrenos inicialmente cedidos por Aguirre y Alas, aunque en la inscripción[3] del Registro de la propiedad figurarán como vendidos a Francisco Martínez Vigil, Obispo de la diócesis.

Postal de la Capilla del Carmen

El 16 de julio de 1886, festividad de Nuestra Señora del Carmen, era inaugurada oficialmente la capilla con una misa solemne presidida por Benigno Rodríguez, Ilustre Provisor del Obispado, que además de oficiar la celebración de forma totalmente altruista, habría donado algunos ornamentos litúrgicos imprescindibles para el culto[4]. Tres años más tarde el pequeño templo será elevado a la categoría de Coadjutoría filial de la parroquia de San Martín de Laspra, comprendiendo ésta las poblaciones de Salinas y Raíces.
En los primeros años de la segunda década del siglo XX la capilla será objeto de una ampliación llegando a alcanzar los dieciocho metros de largo, aunque con el mismo ancho original. A pesar de la ampliación, el edificio pronto se quedará pequeño y una parte de la población entendió necesaria la construcción de un nuevo templo capaz de albergar al elevado número de fieles, aunque este proyecto todavía tendrá que esperar unos años.

La Capilla pronto se quedará pequeña

La idea de construir un nuevo edificio se empezará a fraguar en octubre de 1918 por iniciativa de algunos feligreses entre los que se encontraba la famosa pintora María Galán Carvajal, hermana del arquitecto que a la postre realizaría el proyecto. Se organizarán rifas, tómbolas, funciones teatrales [5] y otras actividades para recaudar fondos con los que poder afrontar su construcción. En octubre de 1921 se adquiría el solar por valor de 9.000 Pesetas, cantidad nada despreciable para la época, y en diciembre de 1928 tenía lugar el acto de bendición y colocación de la primera piedra[6], que será presidido por el arcipreste Andrés Blanco Bolaño, asistido por los sacerdotes Cándido Alonso y Evaristo Quintana, ejerciendo de maestro de ceremonias el coadjutor de San Martín de Laspra, Joaquín Fernández Ocharán. 


Proyecto de Julio Galán para la nueva iglesia de Salinas (Porfolio veraniego del Club Náutico de 1931)

El templo será diseñado por el arquitecto local Julio Galán Carvajal, pero será su hijo, el también arquitecto Julio Galán Gómez, el que finalizará el proyecto tras el fallecimiento del primero. Fue inaugurado y bendecido durante las fiestas sacramentales de agosto de 1938 por Manuel Arce Ochotorena, Obispo por entonces de la diócesis. En la víspera de la festividad de la Inmaculada de 1940 se bendijo el altar mayor, que ya presidía por entonces el retablo restaurado por María Galán y que hoy luce en su interior, considerándose esta fecha como la oficial de su puesta de largo. Sin embargo, años más tarde, el pueblo tendrá que seguir organizando algunas actividades para recaudar fondos con los que realizar los últimos remates. No faltarán iniciativas para ello, algunas pintorescas, como las becerradas celebradas durante los veranos de 1945 y 1946 a iniciativa de algunos socios del Náutico y cuya recaudación sirvió para dar por finalizada definitivamente la obra.

Becerrada celebrada en el verano de 1946 para recaudar fondos para rematar el nuevo templo

Esta buena nueva para el pueblo será el final de la vieja capilla ya que, poco tiempo después, será derruida, pero siempre quedarán para el recuerdo las imágenes que de ella nos han llegado y que testimonian su existencia.


El pasado futbolistico de Salinas

El pasado futbolístico de Salinas

VCB - Salinas

Sin duda, el fútbol moderno tiene sus raíces en la Gran Bretaña de mediados del siglo XIX, aunque existen precedentes con una antigüedad milenaria en Asia y algo más cercanas en el tiempo en Europa como el episkyros griego, el haspartum romano, el calcio italiano o el soule francés. De Inglaterra proceden las reglas de juego, la nomenclatura, las costumbres y las tradiciones. El club más antiguo del mundo es el Sheffield inglés (1857) y la primera competición oficial será la Copa de Inglaterra, cuya primera edición se celebró en 1871 y fue conquistada por los Wanderers. Pero el fútbol actual no es patrimonio únicamente de los británicos, es un deporte universal, un fenómeno de masas que pronto se extendió por todo el mundo. En España, desde su llegada, alcanzará tal protagonismo que pronto se convertirá en el espectáculo popular con mayor aceptación, especialmente desde los años veinte, superando incluso a las más castizas y arraigadas formas de entretenimiento y a inventos modernos e ingeniosos como el cinematógrafo. 

Una formación del Sheffield FC (1857), el club de fútbol más antiguo del mundo

Cuenta una leyenda que un barco carguero de origen nórdico con destino a San Esteban de Pravia no pudo hacer maniobra por estar anegada de arena la entrada al puerto, entonces viró y cambió rumbo hacia Avilés. Una vez atracado el barco en el muelle avilesino, los tripulantes dedicaron su tiempo libre a un juego que consistía en correr detrás de una pelota dándole puntapiés. Es posible que lo hicieran en las explanadas cercanas al embarcadero de San Juan y muy probablemente esos intrépidos peloteros corriesen tras el balón en la playa, esa gran concha que une el estuario avilesino y la península de La Peñona. De ser cierta esta bonita historia, el primer sitio en practicarse el balompié en nuestra región sería ese espacio próximo al primitivo embarcadero a caballo entre Avilés y Salinas. Esta anécdota, imposible de demostrar, podría suscitar un nuevo interrogante sobre que región debe ser considerada la pionera en esto del fútbol, ya que siempre se ha dado por sentado que los onubenses fueron los primeros, gracias a los británicos afincados entorno a la explotaciones mineras de Ríotinto, pero ¿por qué no Asturias?. La relativa cercanía de nuestra región a las Islas Británicas y la actividad empresarial de la hispano-belga Real Compañía Asturiana de Minas, iniciada en 1833 con la explotación carbonífera y desde 1855 con la fábrica de zinc, podrían ser dos buenos argumentos para replantearse nuevamente la cuestión, aunque la ausencia de fuentes nos impidan contrastar esta hipótesis que, aunque algo tendenciosa y chauvinista, dejaría al extremo Este de nuestra playa como el primer lugar donde se vio rodar un balón de fútbol en España. 

En los albores del siglo XX el nuevo sport llegaría a nuestra comarca para quedarse, convirtiéndose en uno de los principales entretenimientos de la juventud, aunque los primeros practicantes serían observados, casi seguro, con estupor por los viejos del lugar, siendo considerados unos auténticos desequilibrados o como poco unos snobs. Pronto los matchs se convertirán en noticia obligada en los escasos medios locales de comunicación, desde donde se citaba a los jugadores y se retaba a otros equipos para disputar encuentros. Todos los barrios y pueblos cercanos a Avilés lograban conjuntar a sus equipiers, especialmente durante las temporadas estivales, para enfrentarse de forma civilizada con los pueblos vecinos, lo que no quita que algún partido hubiese acabado en una auténtica batalla campal, ¡cosas de la edad!.

Sport Club Avilesino (1904). Imagen más antigua que se conserva del fútbol avilesino.

La playa se convertirá a principios del siglo XX en punto de encuentro para los intrépidos futboleros de la comarca. Hasta el playón llegaban jóvenes de Avilés, Arnao, Salinas y Piedras Blancas para disfrutar con el deporte de moda. Futbolistas de gran prestigio y reconocimiento en aquel tiempo como los hermanos Robés o los también hermanos Adolfo, Plácido y Vicente Álvarez-Buylla, entre otros, dieron sus primeras patadas al balón en el emblemático y, por entonces, paradisíaco lugar. Ya en la primera década del siglo XX encontramos información sobre algunos de los encuentros que la juventud de Salinas habría disputado en esos años, como el que les enfrentará a los jóvenes de la cercana villa marinera de Luanco[1], aunque posiblemente la mayoría de los participantes de ese partido fuesen veraneantes de Oviedo y Madrid, conocedores del nuevo sport y algo más duchos tanto técnica como tácticamente. En 1908 el equipo infantil que representaba a Salinas en sus encuentros con los equipos de la comarca estaba formado por: Bausili (portero); Ovies y Verdín (defensas); Peláez, García y Valenti (medios); Ovies, Oria, Pérez, Nadal y Peláez (delanteros).

Equipo de la colonia veraniega de Luanco (1912)

A modo de anécdota, en 1910, durante la constitución de los estatutos y reglamentos de uno de los intentos fallidos de crear un ente federativo nacional de fútbol, Asturias estaba representada por tres clubes y entre ellos figurará el Salinas Foot-Ball Club, representado por Vicente Álvarez-Buylla[2]. Así pues, Salinas aportará su granito de arena en la construcción de lo que habría de ser en un futuro no muy lejano la Real Federación Española de Fútbol y lo habría hecho en igualdad de condiciones a otras poblaciones de mayor entidad como Madrid, Barcelona, Santander, Bilbao, Irún o San Sebastián. Esto, que a priori puede llamar la atención, fue posible gracias a la gran cantidad de veraneantes madrileños, verdaderos impulsores del fútbol en la localidad.

Vicente Álvarez-Buylla

Desde 1916 el foot-ball será, junto a otras disciplinas deportivas tan elitistas como el law tennis, una de las actividades veraniegas programadas por el Club Náutico y que más éxito tendrá, de tal forma que en agosto de 1919 el propio Club, principal sociedad dinamizadora de los veranos salineros, organizará la Copa Club Náutico[3] en la que Deportivo Ovetense, Unión Deportivo Racing de Gijón, Deportivo Avilesino y Salinas Football Club competirán en el campo de El Pradón por obtener once medallas encargadas a Suiza por el prestigioso joyero ovetense Pedro Álvarez. La anécdota de este campeonato la protagonizará la ausencia de balón al comienzo de uno de los encuentros, que retrasará su inicio treinta y cinco minutos hasta que un aficionado local puso a disposición de los contendientes una pelota para la celebración del partido. Como consecuencia inmediata de esta demora algunos aficionados y jugadores ovetenses tendrán que pernoctar en la Villa del Adelantado, ya que al finalizar el encuentro se produjo tal colapso en los accesos a los coches de La Chocolatera que no llegará a tiempo a la estación de Avilés para cumplir con el horario de salida del tren con destino a Oviedo.

Portada del semanario deportivo Madrid Sport y crónica de uno de los encuentros de la Copa Club Náutico durante el verano de 1919.

Una formación del Real Club Náutico de Salinas F.C. en los años veinte. 

En 1917 el equipo del pueblo cambiará de denominación, pasando a llamarse Club Salinas. Esa temporada estaba formado por: L. Verdín (portero); A. Menéndez y Víctor Heres (defensas); R. Rodríguez, David Fernández y M. Treillard (medios); J. Arasa, M. Bausili, M. Fernández, A. García y M. González (delanteros). La alternancia de equipos durante estos años era algo frecuente, no existiendo una disciplina de club, y donde los equipos llegaban a compartir elementos para completar los once jugadores necesarios para disputar un encuentro. Este transfuguismo futbolero hizo que en 1921 el equipo de la localidad sufriera una auténtica renovación de equipiers, pasando a estar formado por: Amaro (portero); Fuertes y García (defensas); Tresguerres, David Fernández y Echeverría (medios); Antonio, Marcelo, Pataco, Chapa y Blanco (delanteros)

Durante los años de la dictadura de Primo de Rivera, el equipo local cambiará nuevamente de denominación, pasando a llamarse Fomento FC. Este club se federará y disputará varias temporadas el Campeonato Regional de 2ª categoría. En esta competición mantendrá una rivalidad especial con equipos de la comarca como el Villalegre FC o el Club Hispano de Castrillón. La plantilla de esa primera experiencia federada estaba formada por: Alfredo, Pepe Longo, Fran, Benigno, David Fernández, Millán, Bausili, Lugones, Floro, Platko y Cachero. A pesar de no conseguir ningún éxito reseñable, el pueblo se volcará con sus jugadores y el domingo 17 de julio de 1927 se inauguraba un nuevo campo de fútbol, ubicado en la carretera de los pinares próximo a la vía del tranvía eléctrico. La banda municipal de música de Avilés haría su entrada triunfal para abrir el protocolario acto de bendición de las instalaciones, oficiado por el coadjutor de San Martín de Laspra, Antonio Sánchez. La misma banda cerraría también los festejos amenizando el baile que tendría lugar tras el match inaugural, que enfrentó a una selección de Gijón y al Stadium Avilesino[4].

Fomento FC (1925)

Club Hispano de Castrillón (1926)

Villalegre FC (1925)


Tras el Salinas FC, el Club Salinas y el Fomento FC llegarán otros intentos por disponer de un equipo en la localidad, como el Deportivo Salinas, equipo infantil existente en los años de la II República, además de algún que otro intento relativamente reciente, sin embargo nunca más se volverán a revivir aquellos tiempos en los que un pueblo no era importante sin un equipo de fútbol que lo representase y Salinas los tuvo, aunque no quede de ellos más que el recuerdo. 


jueves, 10 de marzo de 2016

Un rorcual muerto en la playa de San Juan

Un rorcual muerto en la playa de San Juan

10.03.2016 | 04:05

Los restos de un rorcual quedaron varados ayer en la playa de San Juan de Nieva, en la foto. Las fuertes mareas arrastraron al cetáceo hasta el arenal sin las aletas dorsales, posiblemente porque fue devorado por otro animal, informa I. MONTES.


jueves, 3 de marzo de 2016

Un estudio en el cañon de Aviles confirma cientificamente que el pez grande se come al chico

Un estudio en el cañón de Avilés confirma científicamente que el pez grande se come al chico

La investigación de la Universidad de Oviedo revela que en el gran valle submarino de la costa asturiana los depredadores pesan entre 1.000 y 4.000 veces más que sus presas

Que el pez grande se come al chico parece una obviedad, pero desde una perspectiva científica no lo es tanto. Investigadores del Grupo de Ecología Marina y Paleooceanografía, perteneciente al Observatorio Marino de Asturias de la Universidad de Oviedo, han confirmado ahora con datos del Cañón de Avilés que esta hipótesis se cumple.
Según informa la Universidad de Oviedo, este idea implica que los animales más pequeños ocuparían los niveles tróficos inferiores, más próximos a la base de la pirámide trófica, los hervíboros, mientras que los superpredadores más grandes estarían situados en la cúspide. Los investigadores autores del trabajo, que ha sido publicado en la revista 'Ecology', subrayan que, a pesar de que esta hipótesis está fuertemente afianzada y es aceptada científicamente como uno de los rasgos característicos de la estructura de los ecosistemas, hasta la fecha no se apoyaba en un conjunto amplio de datos.
La forma tradicional para estimar el nivel trófico de un organismo es mediante el análisis de su contenido digestivo, o mediante observaciones in situ de su comportamiento de selección de presas. Estos enfoques son sumamente laboriosos, lo que dificulta la medición del nivel trófico en un conjunto suficientemente amplio y representativo de animales dentro de un ecosistema.
El nuevo estudio, dirigido por el profesor del Departamento de Biología de Organismos y Sistemas, José Luis Acuña, y liderado por la estudiante de doctorado Sonia Romero Romero, como primera firmante, se basa en el análisis del 15N, un isótopo estable del nitrógeno.
El 15N es menos abundante que el isótopo normal -14N-, y se acumula en los tejidos con cada transferencia entre depredador y presa. Es decir, cuanto más alta es la proporción de 15N en el cuerpo de un animal, más alta es su posición trófica. Utilizando ésta técnica, los investigadores han logrado estimar simultáneamente la masa corporal y el nivel trófico en 897 ejemplares de diversas especies de animales recogidos en el Cañón de Avilés.
El análisis abarca desde minúsculos crustáceos que se alimentan de microalgas hasta los grandes calamares gigantes y cetáceos característicos de este ecosistema, pasando por diversos peces, aves, equinodermos y otros taxones que habitan el fondo y la columna de agua.
Han cubierto de este modo un rango de pesos corporales de 11 órdenes de magnitud y han confirmado que los cachalotes se encuentran en la cúspide de la cadena trófica, seguidos de cerca por calamares gigantes y estrellas de mar. La investigación revela que en el gran valle submarino de la costa asturiana los depredadores pesan entre 1.000 y 4.000 veces más que sus presas.