F. L. J.
El agua superficial del mar Cantábrico está 0,3 grados más caliente que hace diez años como consecuencia del proceso de calentamiento global del planeta; a mil metros de profundidad el calentamiento durante la década fue de 0,2 grados. Esa es, al menos, la conclusión a la que llegaron los oceanógrafos que estudian la evolución de la temperatura en el Atlántico Norte y que ayer comparecieron en un simposio que se celebra en Santander por iniciativa del Instituto Español de Oceanografía. El aumento de temperatura es menor que el producido en las regiones boreales (hasta un grado), pero aún así tiene consecuencias para la biomasa marina, especialmente el plancton.
La década de 2000 a 2009 fue la más cálida registrada hasta ahora en el Atlántico Norte, según expusieron los científicos en el simposio de Santander. Sin embargo, en el curso de la misma década, el ritmo de incremento del calentamiento se ha ido aminorado. Así, los años con mayor aumento de temperatura se concentran en la primera mitad del periodo considerado, disminuyendo el ritmo de aumento al final del mismo.
Uno de los efectos del calentamiento del agua del Cantábrico en las comunidades planctónicas es que aumenta la proporción de los organismos vivos más pequeños, como las bacterias. Esos cambios en los niveles básicos de la cadena trófica pueden afectar, según los oceanógrafos, al resto de dicha cadena debido a que los seres vivos mayores se alimentan de los más pequeños y así sucesivamente, hasta alcanzar a todos los organismos marinos del Atlántico Norte, incluidas las especies de interés pesquero. Por ejemplo, en el simposio se dio por seguro un cambio en la migración de la caballa, que ha adelantando su llegada al Cantábrico para reproducirse.
El agua superficial del mar Cantábrico está 0,3 grados más caliente que hace diez años como consecuencia del proceso de calentamiento global del planeta; a mil metros de profundidad el calentamiento durante la década fue de 0,2 grados. Esa es, al menos, la conclusión a la que llegaron los oceanógrafos que estudian la evolución de la temperatura en el Atlántico Norte y que ayer comparecieron en un simposio que se celebra en Santander por iniciativa del Instituto Español de Oceanografía. El aumento de temperatura es menor que el producido en las regiones boreales (hasta un grado), pero aún así tiene consecuencias para la biomasa marina, especialmente el plancton.
La década de 2000 a 2009 fue la más cálida registrada hasta ahora en el Atlántico Norte, según expusieron los científicos en el simposio de Santander. Sin embargo, en el curso de la misma década, el ritmo de incremento del calentamiento se ha ido aminorado. Así, los años con mayor aumento de temperatura se concentran en la primera mitad del periodo considerado, disminuyendo el ritmo de aumento al final del mismo.
Uno de los efectos del calentamiento del agua del Cantábrico en las comunidades planctónicas es que aumenta la proporción de los organismos vivos más pequeños, como las bacterias. Esos cambios en los niveles básicos de la cadena trófica pueden afectar, según los oceanógrafos, al resto de dicha cadena debido a que los seres vivos mayores se alimentan de los más pequeños y así sucesivamente, hasta alcanzar a todos los organismos marinos del Atlántico Norte, incluidas las especies de interés pesquero. Por ejemplo, en el simposio se dio por seguro un cambio en la migración de la caballa, que ha adelantando su llegada al Cantábrico para reproducirse.
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