Arrecifes de coral, estrellas de mar gigantes y algunas especies aparentemente "desconocidas" han sido halladas a siete millas de la costa asturiana
EFE Investigadores del Instituto Español de Oceanografía han hallado un escenario de biodiversidad de "riqueza extraordinaria" en las simas del Cañón de Avilés, en el mar Cantábrico, que posibilitaría la declaración de Área Marítima Protegida en algunos de sus enclaves.
Grandes extensiones de arrecifes de coral, incluso negro, esponjas, y estrellas de mar gigantes con hasta diez brazos, son algunas de las especies descubiertas a una profundidad de entre 200 y 1.300 metros a siete millas de la costa de Avilés, según ha informado hoy el director del centro Oceanográfico de Gijón, Francisco Javier Cristobo.
La investigación se ha realizado a bordo del buque Ángeles Alvariño por un equipo compuesto por doce investigadores y catorce tripulantes que han utilizado tecnología punta para capturar imágenes y tomar muestras a profundidades de más de mil metros.
El robot Linopus 2000 ha conseguido grabar en vídeo imágenes de los fondos marinos y tomar muestras de la flora y fauna hallada a profundidades hasta hace poco impensables, según ha informado el jefe de la expedición, Francisco Sánchez.
El trineo TFS-2, que trabaja a dos metros por encima del fondo marino remolcado por el buque, ha sido utilizado para tomar fotografías en secuencias de un fotograma cada diez segundos e imágenes de vídeo.
El material visual ha permitido elaborar un inventario de especies, entre las cuales existen algunas aparentemente "desconocidas", que ahora es necesario identificar y clasificar.
El Cañón de Avilés es un valle submarino ubicado a siete millas de la costa asturiana, que encierra una orografía singular con cadenas montañosas que oscilan entre los 140 y los 4.700 metros de profundidad.
Está formado por tres cañones, el de Avilés propiamente dicho y otros dos de menores dimensiones que han sido denominados La Gaviera y Corviro.
La riqueza de la flora y fauna detectada en la primera fase de la investigación permitiría que algunos enclaves puedan ser declarados Área Marítima Protegida, según ha informado el jefe del grupo en una rueda de prensa celebrada hoy a bordo del buque oceanográfico.
El Ángeles Alvariño iniciará mañana, jueves, la segunda fase de la investigación, en la que se intentará sondear hasta a 1.700 metros de profundidad y que se enmarca dentro de la campaña Indemares, destinada a la localización de espacios susceptibles de ser incluidos en regímenes de protección.
EFE Investigadores del Instituto Español de Oceanografía han hallado un escenario de biodiversidad de "riqueza extraordinaria" en las simas del Cañón de Avilés, en el mar Cantábrico, que posibilitaría la declaración de Área Marítima Protegida en algunos de sus enclaves.
Grandes extensiones de arrecifes de coral, incluso negro, esponjas, y estrellas de mar gigantes con hasta diez brazos, son algunas de las especies descubiertas a una profundidad de entre 200 y 1.300 metros a siete millas de la costa de Avilés, según ha informado hoy el director del centro Oceanográfico de Gijón, Francisco Javier Cristobo.
La investigación se ha realizado a bordo del buque Ángeles Alvariño por un equipo compuesto por doce investigadores y catorce tripulantes que han utilizado tecnología punta para capturar imágenes y tomar muestras a profundidades de más de mil metros.
El robot Linopus 2000 ha conseguido grabar en vídeo imágenes de los fondos marinos y tomar muestras de la flora y fauna hallada a profundidades hasta hace poco impensables, según ha informado el jefe de la expedición, Francisco Sánchez.
El trineo TFS-2, que trabaja a dos metros por encima del fondo marino remolcado por el buque, ha sido utilizado para tomar fotografías en secuencias de un fotograma cada diez segundos e imágenes de vídeo.
El material visual ha permitido elaborar un inventario de especies, entre las cuales existen algunas aparentemente "desconocidas", que ahora es necesario identificar y clasificar.
El Cañón de Avilés es un valle submarino ubicado a siete millas de la costa asturiana, que encierra una orografía singular con cadenas montañosas que oscilan entre los 140 y los 4.700 metros de profundidad.
Está formado por tres cañones, el de Avilés propiamente dicho y otros dos de menores dimensiones que han sido denominados La Gaviera y Corviro.
La riqueza de la flora y fauna detectada en la primera fase de la investigación permitiría que algunos enclaves puedan ser declarados Área Marítima Protegida, según ha informado el jefe del grupo en una rueda de prensa celebrada hoy a bordo del buque oceanográfico.
El Ángeles Alvariño iniciará mañana, jueves, la segunda fase de la investigación, en la que se intentará sondear hasta a 1.700 metros de profundidad y que se enmarca dentro de la campaña Indemares, destinada a la localización de espacios susceptibles de ser incluidos en regímenes de protección.
El buque Ángeles Alvariño en Gijón. / |
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