miércoles, 5 de febrero de 2014

El sector pesquero rechaza restricciones a su actividad en aguas del Cañón de Avilés

Los pescadores exigen participar en la gestión de la zona tras la experiencia negativa del área protegida del Cachucho

 
 
La conservación del intrincado complejo de cañones que forma la gran sima abisal avilesina es compatible con el uso sostenible de los recursos. Así lo creen los responsables del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente que ayer presentaron en la rula de Avilés el informe que llevarán a la Unión Europea para la catalogación como Lugar de Interés Comunitario (LIC) del Cañón de Avilés. En la reunión -a puerta cerrada- participaron patrones mayores de toda la región, armadores, responsables de distintos colectivos y artes de pesca y representantes del Gobierno regional, entre ellos el director general de Pesca, Alberto Vizcaíno. Todos apoyaron la conservación de dicho espacio natural como propone el Ministerio, pero defendieron que se mantenga abierto a las diferentes pesquerías. El cañón es un lugar de especial valor para especies como la merluza y el pixín (rape).
"En la reunión se consiguieron dos compromisos importantes por parte de los responsables de la Secretaria de Pesca y de la dirección general de Sostenibilidad del Mar: que en el borrador de la Orden Ministerial por la que se propondrá la inclusión en la lista de Lugares de Importancia Comunitaria de la Red Natural 2000 de los espacios marinos no se establecerá ninguna medida restrictiva sobre la pesca y que el plan de gestión de dicha zona LIC se elaborará en cualquier caso con la participación del sector pesquero asturiano", explicó el director general de Pesca. Reiteró, de esta forma, que de cumplirse dichos acuerdos la flota asturiana no verá reducida su área de actuación en el Cañón de Avilés.
Agregó, no obstante: "En el aire está la desconfianza por la experiencia en el Cachucho". Esta fue la primera área marina protegida de España. Se trata de una gran montaña submarina que se eleva bruscamente desde los más de 4.000 metros de profundidad de la llanura abisal del golfo de Vizcaya hasta los 425 metros de su cumbre. Se localiza también en el mar Cantábrico, a unos 65 kilómetros de Ribadesella. Tras la declaración como área marina protegida del Cachucho, los pescadores poco más supieron de ese enclave que en la actualidad es un oasis en el que está prohibido pescar con artes que afectan al fondo. "En el Cachucho defendimos una buena gestión pesquera y, por contra, se cerró del todo", criticaban los armadores que ayer acudieron a la reunión con los técnicos ministeriales pocos minutos antes de que comenzase el encuentro en la nueva rula.
Cachucho
"La experiencia del sector pesquero es negativa con el Cachucho desde el momento en el que la Administración central no respondió a la generosidad del sector pesquero asturiano, que planteó voluntariamente moratorias con la finalidad de volver a pescar después de cuatro años. Lejos de esto, en el Cachucho no se pesca; por eso está justificado el rechazo de los pescadores a cualquier restricción en el Cañón de Avilés", subrayó Vizcaíno.
El responsable de la federación regional de cofradías, Dimas García, coincidió con Vizcaíno: "En su día el Gobierno estatal incumplió todo lo que tenía que ver con el Cachucho y la gente llegó hoy (por ayer) a Avilés bastante cabreada. Ahora quedaron en enviarnos un plan de gestión del cañón para que lo estudiemos, pero aseguraron que no se cerrará a la pesquería". García destacó también el anuncio de los representantes del Ministerio del Pesca de elaborar antes de la próxima primavera un estudio del Cachucho.
"Nosotros no rechazamos la protección del Cañón de Avilés siempre y cuando no nos perjudique", concluyó Dimas García en alusión a la gran sima abisal formada por dos valles submarinos que dan forma al cañón y que ya han sido bautizados: La Gaviera y Corviro. Son simas de menor tamaño que la principal -donde desembocan- pero de mayor valor incluso que el Cañón de Avilés por la riqueza de sus fondos: jardines de corales poblados por brisinguellas, unas estrellas de mar propias de estos arrecifes que se alimentan de materia orgánica conocida como nieve marina; esponjas, cangrejos o peces propios de las profundidades proliferan en los fondos del cañón.
 

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