miércoles, 5 de febrero de 2014

La flota captura "monstruos" a pares

Un arrastrero trajo a puerto un raro ejemplar de calamar del que se hicieron cargo los científicos y una lancha de Cudillero pescó una espectacular lubina de 10,8 kilos



Los marineros del arrastrero "Nuevo Balayo" se llevaron una buena sorpresa cuando de entre sus redes sacaron, a mediados de enero, un ejemplar de un calamar gigante que, además, resultó ser "poco frecuente". El "kraken" fue capturado a la altura de Lastres, a unos 500 metros de profundidad. Los responsables del arrastrero descargaron el ejemplar en el puerto de Avilés el pasado 14 de enero y lo cedieron al Centro Oceanográfico de Gijón del Instituto Español de Oceanografía (IEO) para su estudio. Desde el pasado sábado está guardado en uno de los congeladores del museo del calamar gigante de Luarca, que gestiona el Cepesma. Fue uno de los que se salvó de la destrucción que dejó a su paso el temporal marítimo esa misma noche en el citado museo.

El ejemplar resultó ser una hembra de la especie "Taningia danae" (pulpo pota o chupón). Según explica el IEO, el animal resultó no ser muy grande para su especie (apenas pesaba 5,7 kilos y un metro de longitud), "pero los registros de esa especie son escasos y de ahí el gran valor científico". Eva Velasco, investigadora del Centro Oceanográfico de Gijón, fue la encargada de tomar muestras al "kraken", que a continuación remitió a unos compañeros de Vigo, donde están elaborando un trabajo sobre calamares gigantes.

El extraño calamar pescado por la tripulación del "Nuevo Balayo" no fue el único pez llamativo traído a tierra en los últimos días por barcos asturianos; una lancha de Cudillero pescó en las últimas horas una espectacular lubina que pesó 10,8 kilos (los mayores ejemplares de esta especie suelen pesar seis kilos, siendo lo habitual que ronden los dos y medio o menos). La "superlubina" fue vendida en la rula de Avilés a la firma Casapesca, que encontró rápidamente un restaurante interesado en el ejemplar: Casa Tataguyo de Avilés, en cuya nevera ya reposa el especimen esperando el paso a los fogones. Samuel Guillén, el responsable de la pescadería que adquirió la lubina, comentó que cuenta con los dedos de una mano las veces que vio un ejemplar de lubina salvaje de semejante tamaño. "Es seguro que este bicho ha escapado a lo largo de su vida de muchos anzuelos", comentó el pescadero.


Samuel Guillén, con la lubina de casi once kilos.


El ejemplar de calamar capturado por el arrastrero "José Balayo" y donado en última instancia a Cepesma

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