Las víctimas volaban en una excursión aérea de tres aeronaves procedentes de San Sebastián y con destino a Portugal - Uno de los pilotos optó por aterrizar en Santander tras saber que el tiempo era adverso por la torre de control asturiana
Aeropuerto de Asturias / Bayas, A. P. GIÓN /J. A. ORDÓÑEZ / I. PULIDO
La visibilidad era prácticamente nula a las dos de la tarde de ayer, cuando se registró el doble siniestro en las inmediaciones del aeropuerto de Asturias, como se aprecia en las fotos de la derecha. Las imágenes se tomaron apenas quince minutos después de que una avioneta se estrellase en Santiago del Monte, junto a la nave de Bomberos.
Cuatro hombres de nacionalidad polaca y con edades de entre 39 y 54 años perdieron ayer la vida al estrellarse las dos avionetas en las que viajaban en el aeropuerto de Asturias y en un monte de eucaliptos colindante con la cabecera de la pista y próximo al playón de Bayas. Las aeronaves habían despegado junto a una tercera avioneta del aeropuerto de San Sebastián a las doce y media con dos ocupantes cada una y se dirigían al aeródromo de Vilar da Luz, en las proximidades de Oporto (Portugal). Dos de ellas se estrellaron en el término municipal de Castrillón, por causas que se investigan, minutos antes de las dos de la tarde y sus ocupantes murieron en el acto. La tercera avioneta, en la que volaban un polaco y un alemán, aterrizó a las 14.57 horas en el aeropuerto de Santander. Cuando se produjo el doble siniestro estaba activado el protocolo de baja visibilidad en el aeropuerto de Asturias. En medios próximos a la investigación comunicaron que las malas condiciones meteorológicas pudieron ser determinantes en la tragedia.
Los fallecidos y los dos supervivientes estaban realizando un viaje por etapas que arrancó al otro lado de los Pirineos. Partieron de los aeropuertos franceses de Saint Yan-Chorolas Burgogne y de Moulins-Montbeugny el 4 de junio y ese mismo día aterrizaron en San Sebastián, según la información que maneja la Delegación del Gobierno. A las doce y media de ayer reanudaron el viaje en dirección a Vilar da Luz (Portugal), aunque tenían como destino alternativo el aeropuerto de Oporto. Cuando se encontraban volando entre Santander y Asturias, uno de los pilotos solicitó información sobre las condiciones meteorológicas asturianas y decidió regresar a Santander tras comunicárselo a sus compañeros. Los ocupantes de las otras dos aeronaves decidieron continuar viaje hacia Asturias. En las inmediaciones del aeródromo de Santiago del Monte encontraron la muerte.
Una de las avionetas, una Cessna Skyline 182 T con matrícula SP(Polonia)-CFM, se estrelló dentro del recinto aeroportuario mientras, presuntamente, intentaba aterrizar siguiendo un inusual vector de aproximación: sobrevoló Ranón y se acercó al aeropuerto en sentido Oeste-Este. En su ruta planeó sobre los tanques de combustible para aviones y acabó impactando con la torre de aire acondicionado del centro de formación, junto a la nave de bomberos. Los ocupantes, Janusmareh M. Zieniewicz (49 años) y Jacek Olesinski (54 años), salieron despedidos y murieron en el acto.
La segunda avioneta siniestrada, una Cirrus SR-22 matrícula SP-AVD, perdió la comunicación con la torre de control asturiana e impactó en el monte de Bayas, prácticamente a los pies de la cabecera de pista del aeropuerto. La baliza del aparato lanzó una señal de emergencia, lo que permitió a los servicios de salvamento su localización. Sus dos ocupantes, S. Marian Kurylowicz (52 años) y Jacek Piotr Syropolski (39 años), también perecieron en el acto y el rescate de los cadáveres resultó de especial dificultad dado lo inaccesible de la zona y que uno de los cuerpos salió despedido de la aeronave. Las avionetas estaban perfectamente equipadas y viajaban a la altura adecuada, según la Delegación del Gobierno.
La terminal asturiana activó de inmediato el plan de emergencia aeroportuaria y no lo dio de baja hasta las cuatro y cuarto de la tarde. El director del aeropuerto, Juan Carlos San Martín, explicó que la seguridad no se vio afectada y descartó en una primera comparecencia que existiese relación alguna entre las condiciones meteorológicas (niebla y lluvia abundante) y el doble accidente. Las verdaderas causan se investigan, aunque las últimas informaciones de la Delegación de Gobierno sí relacionan ambas circunstancias.
La tercera avioneta tomó tierra en el aeropuerto de Santander a las tres de la tarde. Cuatro horas después ni el delegado del Gobierno en Asturias, Antonio Trevín, ni el teniente coronel jefe de la Comandancia de Gijón de la Guardia Civil, Juan Bautista Martínez Raposo, tenían conocimiento alguno del paradero de los dos ocupantes, un alemán y un polaco cuya identidad no había trascendido al cierre de esta edición: «Todavía no hemos podido hablar con ellos», coincidieron en una rueda de prensa.
La información que puedan facilitar los dos supervivientes resulta determinante para establecer las causas de ambos siniestros, los primeros mortales en la historia del aeropuerto asturiano, que se inauguró en 1968.
La Comisión de Investigación de Accidentes Aéreos, que depende del Ministerio de Fomento, envió a Asturias un equipo de cinco especialistas para unirse a la investigación, que desde un principio lideró la Comandancia de la Guardia Civil de Gijón. Este grupo está formado por tres investigadores y dos mecánicos de apoyo, cuya llegada estaba prevista para la pasada noche. En medios oficiales confían en que el primer informe sobre lo ocurrido se redacte antes de dos semanas.
Antonio Trevín explicó que en el operativo de emergencia participó medio centenar de trabajadores del aeropuerto y de las fuerzas de seguridad de la terminal, 63 agentes de la Guardia Civil, Salvamento Marítimo, dos helicópteros de Bomberos de Asturias, el grupo de rescate, tres unidades móviles de Bomberos del parque de La Morgal, otros tres del de Pravia y dos más del avilesino. También se desplazaron al lugar dos furgonetas multisocorro, dos vehículos ligeros y seis ambulancias de Transinsa, todo ello coordinado por la jefatura de la zona central del 112-Asturias. El Juzgado de primera instancia e instrucción número 3 de Avilés se hará cargo del caso. Los restos de los cuatro polacos fueron trasladados desde al aeropuerto de Asturias hasta el tanatorio de La Carriona, en Avilés, donde está previsto que a lo largo del día de hoy se les practique la autopsia.
Los pasajeros que ayer esperaban la salida de sus vuelos cuando se produjo el doble accidente reaccionaron con una mezcla de tranquilidad y sorpresa ante lo ocurrido, al igual que el personal que trabaja en el aeródromo de Santiago del Monte. «Aquí no nos enteramos de nada. Oí un fuerte golpe, nada más. Al rato llegó una compañera diciendo que una avioneta se había estrellado contra el edificio de formación. Salimos hacia allí y vimos que el avión estaba hecho pedazos y un gran revuelo de gente por la pista. Aparte de eso nada más», explicó un trabajador del aeropuerto.
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