sábado, 17 de septiembre de 2011

Un «espía» sumergido en el Cantábrico

La Universidad de Oviedo instala una boya preparada para recoger datos en la costa de Llumeres al objeto de estudiar el potencial energético de la zona

Luanco, Illán GARCÍA

La Universidad de Oviedo botó ayer una boya oceanográfica en el mar Cantábrico, más concretamente a 2,4 kilómetros de la costa de Llumeres, en Bañugues, para realizar mediciones meteorológicas y medioambientales, además de cuantificar el potencial de los recursos energéticos marinos. Las características concretas de esta investigación son pioneras en España.

El hecho de fondear esta boya, que se trasladó desde el muelle del Gayo, en Luanco, hasta Llumeres, responde a un proceso iniciado hace años para buscar la ubicación idónea en aguas del Cantábrico para realizar análisis mediante de varias fuentes de energía: las olas, el viento y la acuicultura, es decir, las algas. La boya, de casi 600 kilos de peso, lleva consigo quince tipos de sensores capaces de hacer mediciones en tiempo real y determinar la mejor ubicación de una futura estación energética marina.

«El siguiente paso será instalar otra boya en cabo Busto, en Luarca», explicó Enrique Jáimez, gerente del cluster de Energía, Medio Ambiente y Cambio Climático de la Universidad de Oviedo, que se encarga de desarrollar el proyecto, que culminará una vez se conozcan los datos que transmitirá la boya y que ayudarán a definir la ubicación definitiva de una plataforma.

La boya, que costó unos 200.000 euros y estará ubicada a una profundidad de unos 47 metros, tiene como objetivo final el impulso de la investigación de energías renovables de origen marino. La boya, que a primera vista recuerda a una nave espacial, se divide en tres partes: el casco, el flotador y la superestructura. El casco o subestructura contiene la unidad de control, proceso y almacenamiento de datos además del sensor de oleaje y baterías recargables; el flotador tiene forma de disco, lo que permite que la boya siga el movimiento de las olas y así se facilita su medición, la última parte, la superestructura, está hecha de vidrio. «En un futuro se podrán localizar especies invasoras, aves migratorias y mamíferos marinos», indicó Jáimez. A su lado, Vicente Gotor, rector de la Universidad de Oviedo, defendió este proyecto que quiere aprovechar los recursos energéticos marinos. Por su parte, Daniel Bernardino, jefe del distrito marítimo de Luanco, destacó que la ubicación de la boya no afectará a las embarcaciones pesqueras que faenan en la costa.
Dos trabajadores ultiman detalles en la boya antes de su lanzamiento al mar, ante la mirada de los impulsores del proyecto.

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