La primera pieza de la gran red del patrimonio industrial asturiano ya está puesta; añadamos otras
GUILLERMO LAINE JEFE DEL DEPARTAMENTO COMERCIAL DE SADIM (GRUPO HUNOSA) Cuando el pasado día 21 le tocó a Sadim clausurar los VIII Encuentros de patrimonio minero organizados por la asociación de vecinos de Santa María del Mar, a medida que mis compañeros Iván Fanjul y Lilia García desgranaban el relato de sus trabajos, empecé a ser consciente de que habíamos conseguido una máxima del patrimonio: la obra ejecutada había pasado de ser una mera sucesión de elementos constructivos y se había convertido en documento histórico, con el castillete de la mina de Arnao como actor principal, no en vano ha sido elevado a BIC con la categoría de Monumento. A cada uno de los componentes de la obra se le había añadido cuidadosamente su interpretación y el conjunto resultante nos habla de una parte de la historia dentro del contexto industrial de nuestro país.
La primeras páginas de esta historia se pueden leer en el centro de interpretación, formado por el edificio que inicialmente conformó los talleres de la mina y que se recuperó arquitectónicamente siguiendo su aspecto original tal y como se veía en la foto anterior a su conversión en casino. Pues bien, la página 1 brinda el relato relativo a la geología y nos sitúa en ese periodo carbonífero y Devónico de Arnao, haciéndonos conscientes de la importancia que tiene y el motivo por el cual universidades europeas y españolas desplazan anualmente a sus estudiantes a esta región para hacer estudios detallados en este aula al aire libre del Devónico que es Arnao.
La página 2 nos habla de los orígenes de la cuenca minera asturiana, pues tal y como se pone de manifiesto en el museo, la cuenca minera comienza en esta pequeña localidad de la costa, a pie de playa y cerquita de Salinas.
Las páginas 3 y siguientes nos hablan de la evolución tecnológica de la industria, del crecer de Arnao en el contexto europeo, de la aparición de la Real Compañía Asturiana de Minas (RCAM) y en cómo se convierte luego en referencia minera y metalúrgica de España y de Europa.
Siguiendo por los pasillos de la sala de máquinas y el castillete, el documento nos desgrana los planteamientos mineros hechos por la RCAM, y como se pasó del malacate a la máquina de vapor; además podremos tener conocimiento de la existencia de «Eleonore», un pequeño tren de vapor encargado del transporte de carbón. Las jaulas nos hablaran no sólo del cotidiano trajín arriba y abajo, sino que también nos podrán relatar la intrépida presencia de Isabel II en este recinto y cómo la comitiva real se adentró en la mina.
En la bajada a la mina, en las galerías recuperadas, podremos comprobar cómo se cumplían los dogmas dados en aquel primer libro de laboreo de minas editado en 1839 y escrito por el primer catedrático de laboreo de la Escuela de Minas de Madrid, el ingeniero de minas Joaquín Ezquerra del Bayo: «Toda infraestructura minera que deba de durar más de quince años debe de ser fortificada con mampostería». En Arnao, el uso del ladrillo permitió dar longevidad a una galería de mina que, iniciada en 1833, nos ha llegado hasta nuestros días.
Todo eso y muchas cosas más podrán aprenderse y leerse en esta obra ejecutada en Arnao.
Pero no debemos de pararnos aquí, pues como expusimos en esas jornadas de Santa María del Mar, la realización de este trabajo hay que considerarla como un inicio para un proyecto de mayor envergadura, pues puede y deben de ejecutarse obras complementarias que permitan dar a toda la instalación la interpretación que la historia exige. Hay posibilidades de ampliar el circuito vistable de la mina, de recrear el sistema de explotación y al igual que Sadim hizo en Almadén recuperar ese malacate con bueyes encargado del movimiento de las jaulas por la caña del pozo. Tenemos documentación suficiente para hacerlo. También hemos recogido información que permitiría recrear la máquina de vapor usada y otros elementos existentes en la mina.
Pero si además la geografía ayuda y nos deja un Arnao al lado del aeropuerto -que lo enlaza por aire-; vecino al puerto -que lo encamina al mar-; y con autopistas para su enlace con la Meseta y con Cantabria... Entonces, ¿no sería acaso buena idea hacer una explotación patrimonial conjunta con la cuenca minera central (MUMI, Samuño, Turon?), con la cuenca del Narcea, con el Museo del Ferrocarril y con otras iniciativas existentes en Asturias en materia de patrimonio? Es decir, plantear la gran red de patrimonio industrial del Principado de Asturias. La puerta marítima del patrimonio industrial asturiano puede que ya exista y es Arnao.Añadamos más puertas y ventanas a esta red.
GUILLERMO LAINE JEFE DEL DEPARTAMENTO COMERCIAL DE SADIM (GRUPO HUNOSA) Cuando el pasado día 21 le tocó a Sadim clausurar los VIII Encuentros de patrimonio minero organizados por la asociación de vecinos de Santa María del Mar, a medida que mis compañeros Iván Fanjul y Lilia García desgranaban el relato de sus trabajos, empecé a ser consciente de que habíamos conseguido una máxima del patrimonio: la obra ejecutada había pasado de ser una mera sucesión de elementos constructivos y se había convertido en documento histórico, con el castillete de la mina de Arnao como actor principal, no en vano ha sido elevado a BIC con la categoría de Monumento. A cada uno de los componentes de la obra se le había añadido cuidadosamente su interpretación y el conjunto resultante nos habla de una parte de la historia dentro del contexto industrial de nuestro país.
La primeras páginas de esta historia se pueden leer en el centro de interpretación, formado por el edificio que inicialmente conformó los talleres de la mina y que se recuperó arquitectónicamente siguiendo su aspecto original tal y como se veía en la foto anterior a su conversión en casino. Pues bien, la página 1 brinda el relato relativo a la geología y nos sitúa en ese periodo carbonífero y Devónico de Arnao, haciéndonos conscientes de la importancia que tiene y el motivo por el cual universidades europeas y españolas desplazan anualmente a sus estudiantes a esta región para hacer estudios detallados en este aula al aire libre del Devónico que es Arnao.
La página 2 nos habla de los orígenes de la cuenca minera asturiana, pues tal y como se pone de manifiesto en el museo, la cuenca minera comienza en esta pequeña localidad de la costa, a pie de playa y cerquita de Salinas.
Las páginas 3 y siguientes nos hablan de la evolución tecnológica de la industria, del crecer de Arnao en el contexto europeo, de la aparición de la Real Compañía Asturiana de Minas (RCAM) y en cómo se convierte luego en referencia minera y metalúrgica de España y de Europa.
Siguiendo por los pasillos de la sala de máquinas y el castillete, el documento nos desgrana los planteamientos mineros hechos por la RCAM, y como se pasó del malacate a la máquina de vapor; además podremos tener conocimiento de la existencia de «Eleonore», un pequeño tren de vapor encargado del transporte de carbón. Las jaulas nos hablaran no sólo del cotidiano trajín arriba y abajo, sino que también nos podrán relatar la intrépida presencia de Isabel II en este recinto y cómo la comitiva real se adentró en la mina.
En la bajada a la mina, en las galerías recuperadas, podremos comprobar cómo se cumplían los dogmas dados en aquel primer libro de laboreo de minas editado en 1839 y escrito por el primer catedrático de laboreo de la Escuela de Minas de Madrid, el ingeniero de minas Joaquín Ezquerra del Bayo: «Toda infraestructura minera que deba de durar más de quince años debe de ser fortificada con mampostería». En Arnao, el uso del ladrillo permitió dar longevidad a una galería de mina que, iniciada en 1833, nos ha llegado hasta nuestros días.
Todo eso y muchas cosas más podrán aprenderse y leerse en esta obra ejecutada en Arnao.
Pero no debemos de pararnos aquí, pues como expusimos en esas jornadas de Santa María del Mar, la realización de este trabajo hay que considerarla como un inicio para un proyecto de mayor envergadura, pues puede y deben de ejecutarse obras complementarias que permitan dar a toda la instalación la interpretación que la historia exige. Hay posibilidades de ampliar el circuito vistable de la mina, de recrear el sistema de explotación y al igual que Sadim hizo en Almadén recuperar ese malacate con bueyes encargado del movimiento de las jaulas por la caña del pozo. Tenemos documentación suficiente para hacerlo. También hemos recogido información que permitiría recrear la máquina de vapor usada y otros elementos existentes en la mina.
Pero si además la geografía ayuda y nos deja un Arnao al lado del aeropuerto -que lo enlaza por aire-; vecino al puerto -que lo encamina al mar-; y con autopistas para su enlace con la Meseta y con Cantabria... Entonces, ¿no sería acaso buena idea hacer una explotación patrimonial conjunta con la cuenca minera central (MUMI, Samuño, Turon?), con la cuenca del Narcea, con el Museo del Ferrocarril y con otras iniciativas existentes en Asturias en materia de patrimonio? Es decir, plantear la gran red de patrimonio industrial del Principado de Asturias. La puerta marítima del patrimonio industrial asturiano puede que ya exista y es Arnao.Añadamos más puertas y ventanas a esta red.
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