lunes, 31 de octubre de 2011

Mitologia Asturiana - El Cañon de Aviles

El denominado Cañón de Avilés es un valle sumergido descomunal, que atraviesa transversalmente la plataforma y el talud, situándose de forma oblicua a la línea de costa y a poco más de 7 millas marinas (menos de 15 Km.) mar adentro desde la bocana de la ría de Avilés. Podemos encuadrarlo entre el Cabo de Vidio, concejo de Valdés, y el Cabo de Peñas, perteneciente al de Gozón. Se sumerge hasta cerca de 5 k. de profundidad y es el más profundo del mundo, avanzando desde los 140 metros sobre la plataforma, hasta los 4.750 metros en la base del talud. Está considerado a nivel mundial, como el tercero más importante, situado en las cercanías de la costa. Su anchura es de 32 kilómetros y se formó a consecuencia de la influencia de la la falla «Ventaniella», línea abierta que viene del Puerto Ventana, situado en la cordillera Cantábrica, y que se desdibuja en las profundidades marinas del golfo de Vizcaya. En esta falla se pueden provocar movimientos tectónicos y por tanto es una zona considerada sísmicamente activa. En el mismo Avilés los seísmos apenas alcanzan el grado 3 de la escala de Richter, esto quiere decir que son prácticamente imperceptibles.

HÁBITAT, ESPECIES Y PRESIÓN PESQUERA.

La influencia de esta falla se hacen patente al llegar al mar, dadas sus connotaciones… a apenas 200 metros del final de la plataforma continental comienza el descenso hacia la llanura abisal y, a ocho millas de la entrada de la ría, se alcanzan profundidades de 4.000 metros. Así pues la luz desaparece a tan solo cincuenta metros de profundidad, la zona afótica. En esta zona, a consecuencia de las singulares corrientes marinas que se generan, a consecuencia de este cañón, se genera una cadena alimentaria más que interesante, llamada a la que acuden los cachalotes (concentra la mayor biodiversidad de cetáceos del Cantábrico) y en la que se desarrollan los denominados kraken o calamares gigantes (Architeuthis Dux y Taningea Danae), Calamar gato (tiene uñas en lugar de ventosas y dos órganos fotóforos) y otras raras especies extraídas como rapes albinos, bogavantes de tres pinzas o tiburones anguila... verdaderos monstruos marinos. Corales y flora marina que difícilmente se encuentran en otras latitudes se hacen aquí presentes. Actualmente sólo tres puntos del planeta son referencia de avistamientos de estos monstruos marinos, Nueva Zelanda, Japón y la costa asturiana. Son más que abundantes los avistamientos de delfines comunes, listados y mulares, zifios, rorcual aliblanco, cachalote pigmeo, así como la presencia del calderón común.

La propia geografía a alterado la hidrodinámica en esta zona, ya que las corrientes marinas de Avilés son muy distintas de las de Gijón, sirva como ejemplo. En invierno las corrientes en el Cantábrico toman como dirección Francia y, en verano, sucede lo contrario; parten de Francia y se dirigen al océano Atlántico. Lo habitual es que durante la época estival se agoten los nutrientes, sin embargo, cuando se alcanza el cañón de Avilés no sucede esto. Se ha observado que aquí se mezclan las distintas capas con suma facilidad y se genera una cadena trófica más rica. A consecuencia de esto se diversifica la floración de algas y la presencia de numerosos nutrientes convirtiendo esta zona en uno de los ecosistemas más extraordinarios de la plataforma del Mar Cantábrico. Aquí se ubican los hábitat necesarios para la reproducción de importantes especies de interés comercial, como la merluza y el rape. El fondo abisal sigue siendo una incógnita.

Todas las características anteriores hacen que esta zona sea objeto de una intensa actividad pesquera, especialmente dañina en el caso de la pesca de arrastre, que es practicada de forma habitual en aguas del cañón de Avilés y en los fondos aledaños de la plataforma asturiana. La cercanía a la costa hace que sea especialmente sensible a hechos como la ampliación del puerto de Avilés, posibles contaminaciones por vertidos de aguas residuales urbanas e industriales y la degradación costera a causa de un desarrollo industrial, urbanístico y turístico desmedido, junto a un habitual e intenso tráfico marítimo. A pesar de las buenas intenciones ministeriales, se señala la pesca como uno de los obstáculos para declarar el cañón de Avilés como zona protegida. La cercanía con la costa propicia que los pescadores de arrastre frecuenten sus aguas, así como la de los de superficie, aunque sus capturas se limitan a sardina y bacaladilla. Para que el cañón sea declarado zona protegida debería haber una regulación pesquera en la que no se prohíba la pesca, sino que se concreten tiempos de veda y se disminuya la presión que podría desembocar en que muchas de las especies que actualmente viven en sus aguas huyan a otras zonas más benévolas.

En el Cañón de Avilés hay unas ochocientas especies de organismos bentónicos, muchos tan importantes y emblemáticos como los de El Cachucho; el problema del Cañón es que las aguas son del Principado y del Estado y existe competencia pesquera. Hay que pensar también que toda área protegida conlleva costes de mantenimiento, pues cada tres o cuatro años se deben demostrar las ventajas de la declaración, efectuar una monitorización, guardas, etc. En el cañón de Avilés, además, existe el problema de que hay muchos barcos faenando.

El 7 de Julio del año 2008, el buque Oceana Ranger, mediante la utilización de un robot submarino capaz de descender a 600 m. de profundidad, descubrió un rico ecosistema de colares, corales negros, gorgonias y esponjas, entre los que destacan los corales blancos y las esponjas de cristal. Casi el 50% de estos ecosistemas han desaparecido de aguas europeas, dato que tiene especial relevancia, ya que actualmente la mitad de los arrecifes europeos ya han desaparecido; algunas formaciones coralinas han sido datadas en más de 8.000 años. Estos corales blancos de aguas profundas y frías, entre los cuales se han llegado a contabilizar más de 800 especies diferentes, pueden formar uno de los ecosistemas más importantes de Europa. Estudios recientes han estimado que casi la mitad de los arrecifes de coral de profundidad de Europa han desaparecido, en especial, a causa del uso de técnicas de pesca destructivas como el arrastre de fondo. Es de destacar que el 90% de las especies alóctonas de la península Ibérica habitan aquí, en el Cañón de Avilés.
Antes del 2010, todos los países europeos deben presentar una lista de espacios protegidos marinos de acuerdo con la Convención OSPAR para la conservación del Atlántico Nordeste. Y para 2012, al menos el 10% de la superficie marina del mundo debe estar ya protegida para cumplir con los objetivos del Convenio de Biodiversidad de Naciones Unidas.

Fuente visitada.
asturiassalada.com

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