Los capitanes Carlos Martínez y Emilio González relatan las dificultades de la operación de rescate en el ‘Santa Ana’
20.03.14 - 00:30 -
Han sido los dos rostros visibles ante los medios de comunicación de los equipos que la Guardia Civil ha desplegado, bajo las órdenes de la Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima (Sasemar), en el entorno de Isla Erbosa, frente al Cabo Peñas, lugar contra el que el pesquero 'Santa Ana' se estrelló la madrugada del lunes día 10. Carlos Martínez, capitán del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS), y Emilio González, capitán del Servicio Marítimo Provincial, repasan cómo se ha desarrollado el dispositivo de rescate, fundamental para encontrar a los marineros desaparecidos.
-Durante las ruedas de prensa que han ofrecido se les ha visto con cara de cansancio y, en ocasiones, hasta de enfado.
-Carlos Martínez: De cansancio, sí. Son jornadas que empiezan a las 4 y media de la mañana para que, a las 7, los buceadores y componentes del Servicio Marítimo sepan qué es lo que tienen que hacer cuando nos reunimos con ellos. ¿Cansancio? Sí. ¿Enfado? No.
Emilio González: También está la tensión. Estás haciendo algo para alguien que tienes al lado. Quieres dar el máximo y estás dando el máximo. No se entiende de otra forma.
-¿Cómo se encontraron el barco?
-C. M.: Le voy a poner un ejemplo. Usted coge cinco autocaravanas, las pone en una esquina y las aplasta contra ella. Estamos ante materiales que flotan y un barco dado la vuelta. Es indescriptible. No hay que verlo, hay que sentirlo. Cuando te metes ahí y ves lo que tienes alrededor, no sabes si subes o si bajas, si vas a la derecha o la izquierda. Los planos que tú tienes coinciden perfectamente, pero está todo totalmente dado la vuelta. Hay que estar ahí, no se puede describir. Imagínese que dan la vuelta a su casa, la menean y dejan torcida y mirando para una esquina mar arriba. Todo lo que podría flotar en su casa, ahí está. Es la única manera en que puedo definir lo que vivimos. No hay un ejemplo. No. Es que uno lo tiene que imaginar. Es imposible describir algo igual. Se ven clavos y maderas rotas, y tú vas pensando en que se te va a romper el 'jacket' -una especie de chaleco técnico que utilizan los buceadores- y vas a salir disparado hacia arriba. Hay que vivirlo. No es ninguna película.
-¿Qué han sentido ahí abajo?
-C. M.: Miedo. El día que dejemos de sentirlo, vamos mal. También soledad, aunque vayas con tu compañero al lado. Pero básicamente, se siente miedo. El que diga que no lo tiene no puede estar en un grupo como éste.
-¿Y otras dificultades?
-C. M.: Todas. Todo lo que se puede encontrar buceando en el mar, lo encuentras en Cabo Peñas y Finisterre, que son los dos puntos más críticos que hay. Corrientes, mar de fondo, bajamar, pleamar, mala visibilidad, todo. Es una experiencia increíble. Las condiciones en las que hemos buceado son las peores en las que se puede bucear.
-¿Es el accidente más complicado al que han hecho frente?
-C. M.: En mi caso, sí.
E. G.: Sí.
-¿Recuerdan otro parecido?
-C. M.: El del 'Pepita Aurora', un pesquero que también se hundió en Andalucía, más pequeño y sin tanto recoveco.
E. G.: Un par en Santander, pero sin las víctimas, ni los desaparecidos ni las condiciones tan malas como los de ahora. No tienen nada que ver.
-El dispositivo recibió críticas de parte del entorno de una de las víctimas. ¿Cómo les sentaron?
-E. G.: Cada uno puede decir lo que quiera, pero las críticas han de ser constructivas, que llamen para dar buenas ideas. Para ellas estamos abiertos siempre, tanto el capitán Carlos como yo. Por ejemplo, alguien que conozca el barco y nos diga que es mejor atacarlo por un lado en vez de por otro. Hemos mantenido un montón de reuniones con Capitanía Marítima y los armadores, hemos hablado a cualquier hora, de día y noche. No dormimos pensando en lo que íbamos a hacer al otro día. Por eso, todo lo que sea para ayudar, nos parece fenomenal.
-El nivel de los buzos que han participado en el operativo es incuestionable.
-C. M.: Los ocho mejores buceadores expertos que hay en el Cantábrico están destinados en el GEAS de Asturias. Han estado ahí desde el primer día del hundimiento del 'Santa Ana'. Estos ocho buzos expertos de Asturias, además de los doce que hay en La Coruña, son los mejores que hay.
-¿Qué tal fue el trabajo con Salvamento Marítimo?
-C. M.: Muy bien. Salvamento Marítimo es responsable del operativo, una institución que ha salvado miles de vidas. Hemos trabajado en estrecha colaboración. Si uno de mis buzos tenía algún problema, siempre había un buceador de Salvamento Marítimo dispuesto. Y viceversa. Hemos estado siempre juntos en los barcos, como se pudo ver desde el Cabo Peñas.
E. G.: El trabajo ha sido conjunto, franco, directo. Hombro con hombro para lo bueno y lo malo. Cuando había dificultades, las afrontamos juntos, sin diferencias de color. Lo único que nos importan son las familias. El contacto era permanente entre ambos.
-¿Han sentido presión?
-E. G.: Estábamos haciendo nuestro trabajo, nada más. La única presión que teníamos era decirle a las familias que había que esperar a la siguiente inmersión. Todo lo demás es pura anécdota.
-Capitán Martínez, usted acompañó en el hospital al buzo que perdió parte de dos dedos durante una inmersión hasta pasadas las 12 de la noche. ¿Qué relación tiene con sus hombres?
-C. M.: Es una relación muy estrecha, cordial y de confianza. Discutimos, nos peleamos, pero al final hay que sacar el trabajo adelante. Es la misma relación que puede tener el capitán Emilio con su equipo. Tampoco somos súper hombres, somos guardias civiles, cada uno en su especialidad. Yo, si me pongo a llevar un barco, no tengo ni idea. Me tiene que echar una mano Emilio. Y si Emilio necesita buceadores, debo estar yo. Lo bueno que tiene la Guardia Civil es que disponemos de un montón de especialidades. Si un día toca la campana, todos estamos ahí, para lo que haga falta.
-Apuntó también lo siguiente a un periodista: 'No le quiero decir lo que estoy pensando del rescate éste'. ¿Se puede saber ya?
-C. M.: No, directamente no. Tengo a un compañero con dos dedos amputados, imagínese lo que se me estaba pasando por la cabeza en ese momento.
-¿Ha sido difícil el trato con los familiares?
-C. M.: Emilio es el que más ha tratado con ellos.
E. G.: Sí, lo ha sido.
-El martes confirmaron que en el interior del 'Santa Ana' no quedaba nadie. ¿Qué giro dará ahora el dispositivo de rescate?
-E. G.: La competencia es de Capitanía Marítima y de Sasemar. Seguiremos haciendo lo mismo que hasta ahora, colaborar al máximo, poner a su disposición todos los medios, barcos, helicópteros, los GEAS de Asturias. Según vayan marcando las zonas más apropiadas seguiremos entrando a hacer lo que sea necesario.
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