martes, 11 de marzo de 2014

Un deportista enamorado del mar

Marcos del Agua, el joven estudiante asturiano desaparecido tras el naufragio, fue nadador, socorrista y jugador de waterpolo y compagina la práctica del surf con su pasión por el Real Oviedo

11.03.2014 | 13:11


Marcos del Agua Chacón nunca temió a la mar. El ovetense de 28 años que permanecedesaparecido desde el hundimiento del arrastrero "Santa Ana" frente al Cabo Peñases un apasionado de cualquier actividad que exija dar un par de brazadas. "El Chino", como es conocido entre sus amigos, practicó natacióndurante casi dos décadas, fue jugador del equipo de waterpolo de su ciudad, trabajó comosocorrista en varias piscinas municipales y ama el surf con locura. "En circunstancias normales, habría llegado a tierra sin ningún problema", repetían ayer, una y otra vez, sus allegados, con la voz temblorosa y la mirada perdida. "Nos estamos preparando para lo peor", reconocían, poco después de que se suspendieran las labores de búsqueda. Y se hacían cruces por la mala suerte del joven, antiguo alumno del instituto de la Ería, que había embarcado en el pesquero tan sólo unas horas antes para realizar prácticas como estudiante de Formación Profesional. La familia, que pasó la jornada en Avilés atendida por autoridades y psicólogos, se aferraba a sus dotes de deportista para mantener viva la esperanza.
La zozobra del "Santa Ana" noqueó a primera hora de la mañana a los vecinos y comerciantes de la calle Catedrático Martínez Cachero de Oviedo, en la zona de Pórticos, donde Del Agua reside en compañía de sus padres, Manuel y Raquel, desde que su hermana, Melania, se mudó a Gijón para trabajar como logopeda y juez de natación. Su portal está situado justo enfrente de las piscinas del Parque del Oeste, donde el joven trabajó como socorrista contratado por la empresa EDP varios años, al igual que en los complejos municipales de Teatinos y La Corredoria. "Es un enamorado del agua. Una persona activa y predispuesta. Muy echado para delante", señalaba ayer una compañera que compartió horas y horas de bañador junto al chico. "Lo dejamos cuando el Ayuntamiento cambió de adjudicataria. Pero creo que a él le habría gustado seguir. Se le veía con una ilusión enorme", añadía, impactada.
La desazón atenazó ayer también a los miembros del Club Natación Ciudad de Oviedo, entidad a la que Del Agua estuvo vinculado durante muchos años, primero como nadador y, después, como jugador del equipo de waterpolo. "Él reúne las mejores condiciones físicas para salir de un siniestro como éste, eso no lo dudo. Es un chaval fuerte, deportista, que se cuida mucho. Va a correr y al gimnasio", aseguraba Javier Hurlé, director técnico de la entidad, vestido con indumentaria deportiva y chanclas, junto al mostrador de la entrada principal a las piscinas, donde se ejercita el equipo. "Empezó a entrenar siendo apenas un niño, en las instalaciones de Otero y el Cristo, antes de que nos mudáramos", proseguía, con tono de preocupación. "Lo dejó hace unos siete años. Pero lo seguimos viendo por aquí. Es muy abierto, extravertido, le gusta hacer bromas", remataba.
De su carácter espontáneo dio muestras este sábado en la playa de Salinas, adonde fue a surfear con varios amigos para liberar tensión horas antes de acudir al puerto de Avilés y ocupar su puesto en el "Santa Ana", el barco preparado para la captura de xarda donde tenía previsto realizar las prácticas necesarias para obtener su título náutico pesquero. "Le comentó a un miembro del club que tenía muchas ganas de empezar. Estamos todos muy impresionados", acertaba a decir Hurlé, mientras bajaba la mirada. "Lo último que se pierde es la esperanza. Las próximas horas serán determinantes", remataba.
Tras una zona verde elevada, situada a escasos metros de las piscinas del Parque del Oeste y el domicilio de Del Agua, emerge el estadio Carlos Tartiere, adonde el joven acude regularmente para animar al Real Oviedo, otra de sus grandes pasiones. "Es un chaval que participaba, de vez en cuando, en las actividades que organizamos. Le encanta ir al fútbol", explicaba ayer Ignacio Suárez Riesgo, miembro del grupo de aficionados Symmachiarii, que se enteró de la desaparición a media mañana. "Tenemos muchos conocidos en común. Va a haber mucha gente afectada porque era un chico que se dejaba ver a menudo", remataba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario